viernes, 29 de julio de 2016

Soneto para Alejandro García

Soneto para Alejandro García González

              También a don Quijote y su escudero
castigan con firmeza tanto alarde
el sol que, a la mañana, a veces arde,
y el viento si se torna traicionero:
              el aire alborotó, por el sendero,
la brisa silenciosa de una tarde
que sabe en el camino ser cobarde,
si llega al horizonte su lucero.
              Lo cierto es que en Venero nos espera
la paz de ese descanso detenido
que sabe consolar al que camina.
             Y es forma de agotar la primavera
hablar de ese verano prometido
rogando que regrese Proserpina.


2016 © José Ramón Muñiz Álvarez
 

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