domingo, 27 de marzo de 2016

La lluvia purifica los caminos




La lluvia purifica los caminos: existen, entre densas arboledas, senderos que se pierden y se buscan, hallando las aldeas más hermosas; no lejos del lugar donde está el muro del viejo castro astur, hay otros montes de dólmenes callados bajo el cielo. La bruja vive cerca de la zona, las gentes la visitan y la escuchan, pues saben que ella es sabia como nadie.
Son estos los lugares del raposo: el grito del autillo cada noche, sus voces tenebrosas, agoreras y el verso de la abuela junto al fuego; quizás aquellos cuentos en que el lobo servía a los ancianos para hacernos temer en la niñez, tal vez lejana, y el beso de la niebla con la aurora, si son más misteriosos estos bosques, pudieran darnos cuenta de lo dicho.

2005 © José Ramón Muñiz Álvarez

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