martes, 22 de octubre de 2013

Sonetos para María



“Dejó con su tristeza el raro aliento”



         Dejó con su tristeza el raro aliento
del hielo y de la nieve el viento duro,
que suele, con su fuerza, con apuro,
hablar con el lenguaje más violento.
         Lo saben, en el alto firmamento,
corriendo por el cielo más oscuro,
las nubes silenciosas, donde, puro,
desciende su granizo con contento.
         El sur en todo caso es primavera
de luces y bellezas cuya herida
se torna, repentina, en una aurora.
         Del sol disfruta allí la cumpleañera
que alegre bebe el vino de la vida
que quiere otro verano sin demora.

“El aire al ver la luz de la mirada”




         El aire, al ver la luz de la mirada,
celebra de sus ojos la hermosura,
que supo despertar esa locura
que el alba adivinó donde la nada.
         Y vino silenciosa la alborada,
hiriendo la ponzoña más oscura,
mirándola nacer en la blancura,
dejando atrás la negra madrugada.
         El beso fue del alba ese castillo
que vio nacer, alegre y alocado,
el brillo que despierta con el día.
         Y raudo fue el color de puro brillo
que la mañana gris halló a su lado,
llegado el cumpleaños de María.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

Soneto de Cumpleaños



“Soneto para las tardes de octubre”
(para el cumpleaños de Peter Schmit)


         El viento dominó, con raro hechizo,
la tarde gris, vencida y despojada,
que supo patinar sobre la nada
en la tristeza rara de su rizo.
         Llegó tras los cristales el granizo,
anuncio del capricho de la helada,
y, ardió, con el color de la nevada,
su brillo y, con apuro, se deshizo.
         Y todo se escondió de la tristeza
que llena los paisajes otoñales
que saben de la nieve del enero.
         El viento que sacude con dureza
podrá mirar, detrás de los cristales,
a Peter, no muy lejos del brasero.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

Für Erich Schagerl


“El aire al ver la luz e la mirada”
(para Erich Schagerl)


         Las cuerdas rozó el arco con bravura
después de aquellas tardes otoñales,
y un sol herido hallaron los cristales
que del violín oyeron la dulzura.
         La música no es música, es locura,
si suenan con sus ecos magistrales,
llevadas por extraños vendavales,
las notas de un violín que se apresura.
         Y es bello escuchar música de Viena
si un músico que adora el arte mismo
tejer los sueños sabe con talento.
         De Schagerl el violín alegre suena,
rompiendo las barreras del abismo
que se abre sobre el alto firmamento.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

jueves, 10 de octubre de 2013

Puente de Domingo Flórez

SONETO DE CUMPLEAÑOS PARA LOLI ALONSO HALLADO

         El Puente queda atrás con los rigores
de inviernos de ventiscas y nevadas,
de tardes de lloviznas agitadas
y meses veraniegos y calores.
        Y atrás quedan los raros surtidores
que dieron al Cabrera sus cascadas,
si van sus aguas hoy alborotadas
al Sil, donde se mezclan su colores.
         Las Médulas esperan lentamente
el paso de los siglos cuyas alas
se apuran como el agua de los ríos.
         Y ve el otoño Loli, desde Salas,
con algo de nostalgia, dulcemente,
preludio del granizo y de los fríos.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez