José
Ramón Muñiz Álvarez
“RARO
DEBATE SOBRE EL HAMBRE Y EL AMOR ENTRE
UN
NOBLE CABALLERO Y SU
SIRVIENTE”
(Debate)
GERMÁN-.
Quiere el amor darme muerte,
que,
en queriendo ser amor,
engendrar
sabe el dolor
en
quien sus males advierte.
Acaso
es terrible suerte
verse
en sus manos vencido,
y,
pues me siento dolido,
derrotado
en ese duelo,
quiero
alcanzar el consuelo
en
mi pecho escarnecido.
PANDURO-.
También el amor yo siento,
porque
tal es la fatiga
que
delira en mi barriga
que
no aguanto el sufrimiento.
Y,
pues soy un hombre hambriento,
solo
me resta decir
que
entre servir y pedir,
es
mejor ser pedigüeño,
porque
nunca paga el dueño
todo
lo que hace sufrir.
GERMÁN-.
¡¡¡Pero cómo la osadía
demuestras,
siendo criado,
si
eres hombre afortunado
que
come pan cada día!!!
Mira
que yo en la porfía
de
los males me lamento,
porque,
siendo hijo del viento
este
afán tan peregrino,
en
mi pasión me domino
y
me doy al sufrimiento.
PANDURO-.
Es el amor vicio ocioso
que
sufre el adinerado,
pues
quien vive desdichado
nunca
se muestra amoroso.
Otro
daño doloroso
siente
en sus carnes quien llora
sin
comer desde la aurora
hasta
que llega el ocaso,
y
en este dolor me abraso,
que
comer es gran demora.
GERMÁN-.
Todo es hablarte de amor
y
pensar tú en los manjares,
que
son caprichos y azares
de
hombre tan devorador.
¿Puedes
hacer el favor
y
olvidar ya la comida?
Pues
amor que no se olvida
es
lo que turba mi mente,
una
imagen sabiamente
bella,
pero resentida.
PANDURO-.
Todo es hablarme de amores
y
olvidar el alimento,
porque
solo el pensamiento
vive
contando dolores.
Y
son malos resquemores
los
que decís del amor,
pues,
si sufrís el amor,
en
llegando a tal estado,
no
mostrarse enamorado
es
acaso lo mejor.
GERMÁN-.
No decirse en los amores
de
una dama tan altiva
es
una actitud esquiva
que
es impropia en los señores.
Que
somos mantenedores
del
amor y su grandeza,
pues
fuera infame bajeza
no
servir a una alta dama
que
en su desdén se derrama
con
la mayor aspereza.
PANDURO-.
También sé yo del amor,
que
son los amores fieles
los
que brindan los pasteles
en
las tardes de color.
No
existe pasión mejor,
y
los hace el pastelero,
que
pone el mayor esmero
en
enseñar a su hijita,
que
cuando me ve se agita
porque
soy vuestro escudero.
GERMÁN-.
No es amor eso que nace
de
tu corazón sin fe,
pues
siempre el amor se ve
como
dolor que renace.
Que
mal se agita y deshace
el
que enamorado vive
y
los dolores recibe
del
amor que lo maltrata,
pues
con burlas lo retrata
y
maldito lo concibe.
PANDURO-.
Pues, por no ser maltratado,
el
amor y sus mansiones
dejaré,
mas dos jamones
he
de pedir y un asado.
Y
si decís que es pecado
que
el más malo disimula,
haré
como quien anula
el
amor y se dedica
a
gozar de lo que explica
como
pecado de gula.
2012
© José Ramón Muñiz Álvarez
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