viernes, 15 de junio de 2012

PARA JOSU HERNÁNDEZ OLABARRIETA

Soneto

         Las nieves y el granizo, con apuro,
bajaron de los montes hasta el llano,
y, triste, en el paisaje ayer lozano,
el cielo coronó el silencio oscuro:
         la herida de un otoño prematuro
sintió, con el crepúsculo temprano,
quien, alcanzando el fruto del verano,
el puerto vil halló, jamás seguro.
          Y fue el ocaso breve con su brillo
como esa luz que teje la alborada
que se alza, coronando su hermosura:
         si breve, si violento en la hondonada,
si raudo, si veloz en su castillo,
también como un destello de bravura.

2012 © José Ramón Muñiz Álvarez


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