lunes, 8 de junio de 2015

Ocaso

José Ramón Muñiz Álvarez
“Rumores que nos llegan al ocaso” o “el
pájaro del agua y su
alarido”

           El pájaro del agua nos dice, con su canto, los ecos de las lluvias silenciosas, y grita los secretos que llenan los paisajes colmados por el verde en la arboleda. Al tiempo que el crepúsculo se enciende en lo lejano, las voces de los perros nos hechizan, mezclándose, en la nada, tal vez a los rumores que mueren en el aire peregrino.
           Y no sospechan nunca las gentes de los pueblos que todo está poblado de ilusiones que admira cada brillo callado de la orilla del charco en que se encuentran las estrellas. Allí van los tritones, allí las salamandras, con paso torpe y lento en las cunetas de los caminos tristes y en el asfalto muerto que ignora los encantos de la noche.
           Pero esto lo ha admirado quién sabe si un poeta, si acaso un trovador o un miserable que teje sus tristezas en versos encendidos que cantan a la vida y a la muerte. Por eso habrá de hablaros del brillo de la aurora que nace con las horas más tempranas y el eco del ocaso que deja entre las sombras vestigios de esperanzas engañadas.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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