martes, 8 de enero de 2013

Sonetos de Niederösterreich


I

        El mes abrió las puertas al granizo
que quiso dibujar valles nevados,
y, como los arroyos desbordados,
un mágico violín rizó su hechizo:
        un trémolo que raudo se deshizo,
susurro de los valles olvidados,
los montes pudo ver alborotados,
sospecha del enero primerizo.
        La música batió toda hermosura,
sabiendo que los valles del olvido
pudieron ser un halo de poesía.
        Y Schagerl el feliz violín apura,
sacando de su cuerda ese sonido
que enciende la más bella melodía.

II

        Los Alpes admiraron en la altura
las tierras más humildes, las colinas,
lugares que las brisas peregrinas
suponen junto al agua que murmura.
       Y nace de la fuente, siempre pura,
que a Mahler inspiró, si, cristalinas,
las aguas, con las músicas divinas,
discurren anunciando su dulzura.
       Querrá beber purezas el deshielo
cuando, llegada ya la primavera,
su aliento se haga canto perezoso.
       Podrá ser más azul el alto cielo
que ver la luz del sol acaso espera,
sin altas cumbres, lleno de reposo.

José Ramón Muñiz Álvarez
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