lunes, 7 de enero de 2013

LAS VOCES SILENCIOSAS DE OTRO ENERO


LAS VOCES SILENCIOSAS DE OTRO ENERO


PRIMERA

          Hoy Viena ha despertado melancólica, dejada a las penurias de un enero que espera nuevas nieves en la helada. No importa esa resaca que dejaron las horas de ajetreo y de los bailes que hicieron de la música un milagro. Y el eco de la lluvia en su descenso nos trae recuerdos mágicos de días que ven un sol radiante en las alturas. Es leve la caricia de la aurora que llega con tardanza descubriendo sus luces y dorados, sus grisallas. La luz del sol se filtra entre las nubes, queriendo penetrar en esos reinos que el hielo ganar pudo sin esfuerzo. No falta una batalla, pues es tiempo de noches y de inviernos que no ceden, sabiendo del silencio que ha vencido.


SEGUNDA


          Las tardes del invierno saben tristes, al ver, tras el cristal de la ventana, las nieves que descienden con paciencia. El viento corre rápido en la calle, callado y solitario, como el hombre que enciende el cigarrillo sin un rumbo. Y el ritmo del granizo repentino parece darle brillos apurados al lánguido concierto del asfalto. Pero antes del crepúsculo que incita al llanto y al dolor, con alegría, veréis el entusiasmo en los hogares: no todo es desolado en ese mundo que anegan furibundos temporales que hieren desde el este sin clemencia. La noche caerá pronto, y con la noche, Herr Schagerl ha dejado los ensayos, la vida repentina de los músicos.


TERCERA

          Qué fácil suponer que ya ha llegado, que, entrando por la puerta, su familia lo espera, sin paciencia, pues es hora. Hoy es nueve de enero y es preciso que Schagerl sea feliz y que disfrute, dejando atrás tensiones cotidianas. Él deja su violín, y, ya cansado, se sienta en el salón junto a la esposa, que esconde una sorpresa a su marido. Y, al ser nueve de enero, los recuerdos afloran de un lejano Niederösterrich que no está tan atrás, al fin y al cabo. Al fin llega el momento del descanso, pues Viena, con su vida tan urbana, pudiera confundirse a un torbellino. No faltarán las nieves esta noche, mas hay calor en casa, y el afecto de dos hijas hermosas que lo adoran.



CUARTA


          Ya es tiempo de los goces en familia.



QUINTA

          No importa si ha crecido alguna cana si el alma es la de un niño cuando toca y luce su talento el viejo Schagerl. No falta en él la gracia y la maestría que lo hace ser la luz de PhiliTango, y es parte de la insigne Filarmónica. Es Schagerl, además, muy tolerante, cortés, gentil, querido entre las gentes que saben apreciar su cortesía. El suyo es un espíritu que mezcla la magia de los valses del antaño y el jazz ruidoso de los nuevos tiempos. Es clásico y moderno, porque sabe que esconden la poesía en cada nota las musas que regalan bellas artes. No cabe duda, en fin, que su linaje procede de una raza, cuyo brillo se advierte en un destello, cuando mira.


José Ramón Muñiz Álvarez

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