lunes, 3 de junio de 2013

LAS HADAS

"Las hadas permanecen escondidas"

Dedicado a mis sobrinos Jimena y Mael

        Las hadas permanecen escondidas,
guardándose del ojo que, curioso,
pretende sorprenderlas en su vuelo.
        Dejada atrás la infancia no es posible
mirarlas, encontrar en la arboleda
la llama de su magia poderosa.
        Tal vez encontraréis que, por la noche,
encienden las luciérnagas la llama
no lejos del molino del arroyo.
        Mas ellas, que no duermen, nos observan,
tras la neblina densa del ocaso
que suele levantarse en el estanque.
        Esperan a que el canto del autillo
convoque a un nuevo amor, desde lo lejos,
al tiempo que se escucha el viento triste.
        Después, cuando ya todo son rumores
mezclados al ladrido de los perros,
se acercan al camino de la aldea.
        Amigas de las fuentes de los valles
y de los castañares, siempre densos,
aguardan a los duendes de la zona.
        Y saben las estrellas que los niños
bien pueden conocerlas, porque quieren
dejarse contemplar por su inocencia:
        los niños, que son todo fantasía,
descubren lo que, oculto a los adultos,
se torna en un secreto para pocos.
        Risueños, son custodios de una ciencia
que ignoran los mayores, cuando dicen
que todo son leyendas e invenciones.
        Y es bello contemplarlos, porque sienten
que existen los hechizos misteriosos
en reinos con castillos y princesas.
        Y, al cabo, quién no quiso, siendo viejo,
pensar que fue verdad que, en lo pasado,
también hubo dragones en las cuevas.
        Los niños, que son sabios como nadie,
sabrán guardar silencio y no decirnos
el sitio en que se esconden esos seres...
 
2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

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