miércoles, 5 de junio de 2013

Para Mael y Jimena


Suele siempre, en la espesura,
donde está bien guarecido,
escucharse ese sonido
que en la hojarasca se apura:
oculto en la sombra oscura,
ya lo escucha el bosque entero,
porque con gesto altanero,
en la abnegada labor,
es siempre trabajador
el pájaro carpintero.

Y el mirlo a los ruiseñores,
estos al buen herrerillo,
en un lenguaje sencillo,
cuentan todos los rumores.
Y es que no fueron tambores
lo que supuso el jilgguero,
escuchando al pendenciero
con aire alborotador,
pues siempre es trabajador
el pájaro carpintero.

Y al autillo sigiloso
la lechuza, con su ciencia,
también puso en advertencia
del sonido rumorosos.
Porque, rompiendo el reposo
con un aire tan ligero,
se mostraba lisonjero,
mas también provocador,
siendo tan provocador
el pájaro carpintero.

Que el cárabo en su morada
se quejó, tal vez, molesto,
como no hicieron el resto,
al llegar dela alborada.
Y, al cruzar la senda helada,
jinete en caballo overo,
supo de él el caballero
que cabalgando al albor,
dijo que es madrugador
el pájaro carpintero.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

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