jueves, 27 de febrero de 2014

Sigfrido



José Ramón Muñiz Álvarez
EL SECRETO DE LAS FRAGUAS” o “EL ACERO DE LA ESPADA”
(La leyenda del joven Sigfrido y su aventura
antes de enfrentarse al
dragón)

http://jrma1987.blogspot.com

No ha de quejarse el herrero
en esa caverna oscura,
viendo al joven que se apura,
dándole forma al acero.
Porque puede, con esmero,
ser espíritu aguerrido,
que, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Que la fragua arde dichosa,
al nacer la luz del día
y, ante tanta bizarría,
se forma la espada hermosa.
Y es que la llama graciosa
ve al muchacho decidido,
que, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Y, pues se torna en ceniza
el alimento del fuego,
no cesa el valor más ciego
en la mañana inverniza.
Que su brazo encoleriza
hasta el hierro ver fundido,
que, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Que suda quien se contenta
con el esfuerzo violento,
si, ante la fragua sediento,
la espada afilar intenta.
Y es que siente como afrenta
no ver el hierro vencido,
que, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Porque custodio del oro
es el dragón que en la cueva
milenios de sueño lleva,
siendo señor del tesoro.
Y la ambición es decoro
en un joven atrevido,
que, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Que no sabe que su dueño
guarda en su mano el anillo
que, además del puro brillo,
se ofrece al más loco empeño.
Porque el poder es un sueño
que con él viene ofrecido,
si, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Y, pues el oro hechicero
puede mudar su apariencia,
tiene un yelmo rara ciencia
con su brillo traicionero.
Y, con gesto pendenciero
quiere el hierro ver torcido
quien, con ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forja valiente la espada
el coraje de Sigfrido.

Que, valiente en el combate,
en las guerras el primero,
sabrá ser más pendenciero
que quien le plante el debate.
Pues el que el hierro maltrate
será quien más convencido,
con el ánimo encendido,
a la luz de la alborada,
forjará la nueva espada
para que luche Sigfrido.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Poemas para Mael y Jimena”

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