“LOS
COLORES REGALADOS AL ALBA QUE
DESPIERTA”
(Poema
prosístico para Mael Muñiz
Vega
y Jimena Muñiz
Fernández)
Son
bellos los colores regalados al alba que despierta cada día: mirar
por la ventana se hace hermoso, detrás de los cristales empañados,
fijando la mirada hacia lo lejos, buscando los paisajes cuyas luces
descubren con el eco de un bostezo que pudo pronunciar el cielo
mismo; sentir la brisa fresca de mañana se torna en un placer no
duradero que busca en impresiones sensoriales pasiones casi místicas,
rarísimas, quizás hasta inefables, cuando solo parecen expresarse
en la poesía; soñar con las colinas y los valles se torna en la
propuesta más sensata, dejando atrás el diario, el noticiario, las
letras diminutas del periódico, que cuentan accidentes y mil
guerras, desastres que suceden en el mundo.
Son
bellos los presentes que deja la mañana en nuestra boca: es un sabor
curioso el que nos deja, si vemos sus colores a lo lejos, si sabe
acariciarnos nuestras sienes, dejando su perfume, sus fragancias, en
la sonrisa amable de ese beso que sueña el que la ve donde
despierta; es un sabor que lleva a la locura los ánimos dormidos de
la noche, el grito de cansancio de ese lunes que viene, con sus
grises y su llanto, dejándonos morir de aburrimiento, pues se hace
melancólico y mezquino; es un sabor que puede confundirnos,
brindarnos esperanzas, derrotarnos, dejarnos, como a veces, en la
nada, perdidos a las puertas del vacío, sabiendo que otro día se
avecina, que viene y nos asfixia con sus horas.
2014
© José Ramón Muñiz Álvarez
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