NO
ES BELLO DESPERTARSE
No
es bello despertarse
con
esas desazones:
el
mar espera en paz y es algo eterno
sus
olas van, serenas, a la orilla,
y
siempre sus espumas, en la arena,
tendrán
esa belleza blanquecina.
La
muerte nos aguarda,
vendrá
y podrá arrancar lo que no fuimos,
y
acaso lo que fuimos ciertamente,
mas
no seremos olas en la orilla.
No
es bello ver el alba
sin
una certidumbre:
no
habremos de ser mar ni durar siempre,
pues
todo va perdiéndose en la nada,
pues
todo va volviéndose vacío
y
no hemos de estar siempre en este mundo.
Ya
no podremos nunca,
llegada
ya la muerte, ese misterio
que
tienen las heladas sobre el campo,
ni
el beso de la nueva primavera.
Las
olas de esos mares
serán
recuerdo siempre,
y,
en cambio, pues es tal nuestro destino,
habremos
de fundirnos en la nada,
perdernos
en los bosques de la nada,
dejarnos
al azar, en el silencio.
Las
nieves silenciosas
no
habrán de pronunciar lo que decían
las
brisas bulliciosas de nosotros,
dejados
para siempre en la estacada,
en
las mansiones grises del pasado.
2014 ©
José Ramón Muñiz Álvarez
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