Für Lili und Anne Schagerl
Descienden con hermosura
dos ángeles cuyo hechizo
es el blanco del granizo
en la negra noche oscura.
El viento triste murmura
y, al agitarse su aliento,
los ve el claro firmamento
llegada la nochebuena,
que por fin adora Viena
al Niño en su nacimiento.
Y llegan con los albores
de su clara vestimenta
donde la nieve se asienta
entre sus puros colores.
Y son como ruiseñores
si, dando trinos al viento,
los ve el claro firmamento
llegada la nochebuena,
que por fin adora Viena
al Niño en su nacimiento.
Brillan con clara inocencia
entre las llamas ardientes
Lili y Ana, relucientes
como su limpia conciencia.
Y en sus ojos hay decencia,
si, al encenderse un momento,
los ve el claro firmamento
llegada la nochebuena,
que por fin adora Viena
al Niño en su nacimiento.
2012 © José Ramón Muñiz Álvarez
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