José
Ramón Muñiz Álvarez
“LA
VENGANZA
DEL
BASTARDO”
O
“EL
PERDÓN
DEL
REY
PUTERO”
(juguete
trágico, redactado en verso
sobre
el asunto del
honor)
-JORNADA
ÚNICA-
PERSONAJES
DE
ESTE
DRAMA-.
Mesonero,
mesonera,
don
Carlos,
don
Pero,
el
personaje
misterioso,
el
capitán,
tres
soldados,
el
caballero
y
el
escudero, don Beltrán.
ESTAMPA
ÚNICA-.
Lúgubre
y
oscuro
mesón
lleno
de
telas
de
araña
y
de
polvo
en
cada
una
de
sus
partes,
al
lado
de
cuyas
paredes,
de
una
muy
ruda
construcción,
hechas
con
vulgar
sillarejo,
descansan
gruesos
barriles
y
algunos
odres
donde
se
guarda
el
vino
que
el
mesonero
sirve
a
ricos
y
pobres.
Escena
I
El mesonero limpia con paciencia las
mesas en las que suelen sentarse los asiduos y gentes de paso que
vienen a probar la cena rústica que se sirve este lugar apartado de
la mano de Dios. Su mujer barre con furia el suelo sucísimo, con
gesto mohíno.
MESONERO (contento)-. ¡Buena tarde hemos
tenido!
MESONERA (alegre)-. ¡Sí, señor, muy
buena tarde!
MESONERO (convencido)-. Del vino hay que
hacer alarde…
MESONERA (segura)-. Este año bueno ha
salido.
MESONERO (secándose el sudor)-. Es
trabajo agradecido.
MESONERA (que sigue barriendo)-. Desde
luego, pues se vende.
MESONERO (complacido)-. Gusta mucho.
MESONERA (convencida)-. Se comprende:
que es buen vino el que les damos.
MESONERO
(feliz)-.
¡¡¡¡Y
mira
que
lo cobramos!!!!
MESONERA (satisfecha)-. Pues digo yo que
se entiende.
¡¡Porque quién no quiere añejo,
si es acaso el mejor vino,
que conduce al desatino
y al mundo deja perplejo!!
Porque el vino es el espejo
de la sonada alegría,
y toda la gente fía
de su gracia y su dulzura,
pues en el vino apresura
la mente su fantasía.
MESONERO (secándose de nuevo)-. Es muy
cierto, sí, muy cierto.
MESONERA (contenta)-. Y el vino gusta a
la gente.
MESONERO (prudente)-. Puede el vino,
suavemente,
causar un gran desconcierto.
MESONERA (feliz)-. Pero nos trajo el
concierto
de este dinero que vino,
consagrando su destino,
porque el vino así lo pudo,
que todo es dinero y dudo
si con el vino no vino.
Todo será que el buen cura
venga a beber cada día.
MESONERO (pícaro)-. Si viene de la
abadía,
ya le falta la mesura,
que entre algunos se murmura
que bebe el vino al abad,
que le da, por caridad,
ese vino venturoso.
MESONERA (risueña)-. No es como el tuyo
sabroso.
MESONERO (serio)-. Pues gusta en la
vecindad.
El caso es que hay
que vender.
MESONERA (serena)-. Digo yo que es
importante.
MESONERO (alegre)-. Con un vino semejante,
poco se puede perder.
MESONERA (picarona)-. Tal vez al que ha
de beber
y en el tonel se nos quede.
MESONERO (seco)-. Con los borrachos no
puede
ninguno tener paciencia.
MESONERA (contenta)-. No es el vino mala
ciencia.
MESONERO (agradecido)-. Grandes cosas nos
concede.
Escena
II
Entra don Carlos en el mesón. Es
hombre de buen talle, vestido de manera elegante, al uso de la época,
con sombrero de anchas alas, de los que llevan una pluma de color
rojizo, elegante gorguera y traje a la flamenca. Pasa con naturalidad
y entabla conversación.
MESONERO (cortés)-. Buenas noches,
gentilhombre.
DON CARLOS (señorial)-. ¿Quién es aquí
el mesonero?
MESONERO (orgulloso)-. Sabed, señor,
que estos muros
herencia son de mi abuelo.
DON CARLOS (curioso)-. Quiero, pues, la
mejor mesa,
y probar el vino añejo.
MESONERO (seguro)-. Curar puede las
fatigas
el mejor tinto que tengo.
DON CARLOS (firme)-. Pues a fe que he de
probarlo.
MESONERO (firme)-. Pues a fe que he de
traerlo.
DON CARLOS (feliz)-. Pues que venga
presto el vino.
MESONERO (dichoso)-. Pues que venga el
vino presto.
DON CARLOS (arrogante)-. Habéis de ser
generoso.
MESONERO (bravo)-. Generoso como suelo.
Y he de decir que es mi fama
tan grande como es el reino,
y mis vinos los conocen
hombres de rancio abolengo.
DON CARLOS (satisfecho)-. Haré bien yo
con probarlos.
MESONERO (jactancioso)-. Siempre es bien
si el vino es bueno.
DON CARLOS (risueño)-. Espero aquí a un
viejo amigo
y quiere del vino añejo.
MESONERO (confiado)-. Pues habrá que
darle gusto.
DON CARLOS (sentándose)-. Pues el gusto
le daremos.
MESONERO (yéndose)-. ¿Traeré los vinos
más caros?
DON CARLOS (exigente)-. No dejéis de ser
espléndido,
pues quiero con vos ser justo
y he de daros buen dinero,
con tal de que nadie diga
que yo escatimé en el precio.
Escena
III
El
mesonero
se
retira
por
una
escalera
que
lleva
a
la
bodega,
de
la
que
sube
con
dos
buenas
jarras
de
vino
que
coloca
ante
don
Carlos.
Este
prueba
el
vino,
sin
hacer
muchos
ascos,
porque
el
lugar
no
es
todo
lo
limpio
que
debiera
para
gente
tan
notable.
Llega
don
Pero,
que
entra
y
saluda
con
una
reverencia,
quitándose
el
sombrero
festivamente.
DON CARLOS (afable)-. El tiempo corre con
prisa.
DON PERO (gentil)-. Vos sabéis lo que es
el tiempo.
DON CARLOS (cortés)-. Pues justo con vos
ha sido.
DON PERO (adulador)-. Con vos no lo ha
sido menos.
DON CARLOS (risueño)-. No mintáis,
porque las canas
han tomado mi cabello.
DON PERO (amigable)-. Tampoco digáis que
es tanto.
DON CARLOS (gracioso)-. Lo digo, pues que
soy viejo.
DON PERO (irónico)-. Pues no diréis que
soy mozo.
DON CARLOS (serio, en voz baja)-. Poco
importa, pues os cuento…
Es preciso darle muerte,
puesto que lo quieren muerto,
que no ha de salir con vida.
DON PERO (hablando bajo)-. Queda ya todo
dispuesto:
habrá de morir mañana
en un suceso siniestro,
pues llorarán las naciones
esta muerte.
DON CARLOS-. Sed discreto,
DON PERO (al mesonero, en voz alta)-.
Dejadnos solos, buen hombre.
MESONERO (prudente)-. Pues tal pedís,
nos iremos.
Escena
IV
El mesonero y su esposa se van, ante
la petición de don Pero, percibiéndose cierto miedo en el rostro de
ambos. Prosigue la conversación entre los dos caballeros:
DON CARLOS (sorprendido)-. ¿Decís que
es hombre cabal?
DON PERO (satisfecho)-. Digo que es
hombre mejor.
DON CARLOS (contento)-. ¿Podrá
demostrar valor?
DON PERO (alegre)-. ¡¡¡¡¡Como que
vos sois mortal!!!!!
DON CARLOS (dudoso)-. ¿Será capaz de
hacer tal?
DON PERO (seguro)-. Sabrá hacerlo con su
espada.
DON CARLOS (preocupado)-. ¿Y no ha de
cobrarnos nada?
DON PERO (desenfadado)-. No le hace falta
dinero.
DON CARLOS (extrañado)-. ¿Mas quién es
tal caballero?
DON PERO (risueño)-. Alguien con alma
templada.
DON CARLOS (impaciente)-. Digo que tendrá
algún nombre.
DON PERO (seco)-. Es un hombre de
prudencia.
DON CARLOS (dubitativo)-. Mas tendrá
noble ascendencia.
DON PERO (ofendido)-. Puede ser tal que
os asombre.
DON CARLOS (exigente)-. ¡¡¡¡¡Decid
pues quién es el hombre!!!!!
DON PERO (enfadado)-. No hace falta decir
más.
DON CARLOS (irritado)-. ¡¡¡¡¡Por
vida de Satanás!!!!!
DON PERO (imponiéndose)-. ¡¡¡¡¡No
he de decirlo, señor!!!!!
DON CARLOS (furioso)-. ¿¿¿¿Acaso soy
delator????
¿¿¿¿Es que no me lo dirás?????
DON PERO (descontento)-. Sé guardar bien
un secreto.
DON CARLOS (empeñado)-. Es fallar a mi
confianza.
DON PERO (prudente)-. No es caprichosa
mudanza,
si es preciso ser discreto.
DON CARLOS (airado)-. Pues me faltáis al
respecto,
que esto es cosa desusada.
DON PERO (precavido)-. No temáis, señor,
por nada,
que todo callar es bien.
DON CARLOS (decepcionado)-. ¡¡¡¡¡Y
no hemos de saber quién!!!!!
DON PERO (conciliador)-. Es persona
renombrada.
DON CARLOS (con empeño)-. ¿Y si doblase
la paga?
DON PERO (sereno)-. No es corriente,
señor mío.
DON CARLOS (indignado)-. Pues me cuesta
un señorío.
DON PERO (insistente)-. En esto nunca se
indaga.
DON CARLOS (pesaroso)-. Lograréis que me
deshaga,
lleno de curiosidad.
DON PERO (empeñado)-. Vale poco, la
verdad…
DON CARLOS (esperanzado)-. He de daros
buen dinero.
DON PERO (sorprendido)-. ¡¡¡¡¿Más
dinero?!!!! Yo prefiero
que se calle la verdad.
DON CARLOS (molesto)-. Pero yo quiero
saberlo.
DON PERO (enfático)-. Vayamos a lo
seguro…
DON CARLOS (airado)-. No saberlo me da
apuro.
DON PERO (tranquilo)-. Pues fácil es
comprenderlo.
DON CARLOS (extrañado)-. ¿Comprenderlo?
DON PERO (sereno)-. No saberlo
es la mayor garantía.
DON CARLOS (exigente)-. ¡¡¡Hablad
claro como el día!!!
DON PERO (irónico)-. ¡¡¡¡Claro, como
el alba clara!!!!
¡¡¡¡La verdad es siempre avara…!!!!
DON CARLOS (seco)-. ¡¡¡¡No soporto la
ironía!!!!
Escena
V
Llegada de un personaje embozado. Este
personaje misterioso se esconde tras su capa y un sombrero grande,
sin dejar que los demás vean su rostro, pero se adivina su rango por
la calidad de las telas y el buen vestir, que denotan pertenencia a
un alto estamento.
DON PERO (irritado)-. ¡Sed, don Carlos,
más prudente!
EL PERSONAJE (serio)-. ¡Buenas tardes
caballeros!
DON CARLOS (con enojo)-. ¡No encuentro
que haya imprudencia!
DON PERO (por lo bajo)-. Es este que, con
sombrero,
se esconde y con larga capa.
DON CARLOS (sorprendido)-. ¡¡¡¡¿De
modo que es él?!!!!
DON PERO-. Muy cierto.
EL PERSONAJE (serio)-. Hace ya tiempo que
vine,
y a vuestras mercedes quiero
dirigirme, pues es justo.
DON PERO (amable)-. Tomad, buen amigo,
asiento.
DON CARLOS (cortés)-. Mirad que en la
jarra el vino
espera por vos tan fresco.
EL PERSONAJE (despectivo)-. No es el vino
lo que quiso
que frecuente estos senderos.
DON CARLOS (serio)-. Hablemos, pues, del
encargo.
EL PERSONAJE (decidido)-. No hará
menester dineros,
según se os dijo, señores,
porque a los cielos confieso
que es mi razón la venganza,
y es la venganza el acero.
DON CARLOS (intrigado)-. No me han dicho
vuestro nombre.
EL PERSONAJE (molesto)-. ¿Para qué
queréis saberlo?
DON PERO (temeroso)-. Le dije que no lo
hiciera…
EL PERSONAJE (serio)-. Debéis, señor,
ser discreto:
no quiero ser conocido,
y no os figuréis que temo
a que venga la justicia.
DON CARLOS (extrañado)-. Pues no es tal
lo que yo entiendo:
diréis vuestro nombre, digo.
EL PERSONAJE (colérico)-. ¡¡¡¡¡Medid
lo que estáis diciendo!!!!!
Nadie habrá de delataros,
pero debe ser secreto
el motivo que me guía,
porque, siendo mi abolengo
tan alto como su estirpe,
esconder la ofensa debo,
que nadie ha de saber nunca
las palabras que dijeron
esos labios alocados
ni la forma en que me hirieron.
DON PERO (con dudas)-. ¿Y no os hará
falta ayuda?
EL PERSONAJE (decidido)-. No más de la
que ya tengo.
DON CARLOS (inseguro)-. ¿Sabréis darle
muerte, acaso?
EL PERSONAJE (firme)-. Habré de dejarlo
muerto.
DON CARLOS (tajante)-. Debéis saber que
hay peligro,
puesto que viene en su séquito
gente de mucha valía
que, queriendo defenderlo,
estorbará vuestro ataque.
EL PERSONAJE (decidido)-. No ha de ser
impedimento:
él fue quien, con su arrogancia,
con su soberbia y maldad,
mancilló mi dignidad,
nombre de cuna tan rancia;
y, pues era la abundancia
de mi casa gran tesoro,
quiso usurparnos el oro,
la riqueza y el honor,
la nobleza y el valor
que sirvieron con decoro.
Pues es un hombre malvado,
y es que es tal su desvergüenza,
que lamento que me venza
la grandeza de su estado,
que, pues es hombre afamado
y, entre tantos, con poder,
quiero la muerte poner
en ese pecho mezquino
que logró este desatino
en que me pude ofender.
Puesto que vivo sin nada
por culpa de un poderoso,
un hombre cruel y alevoso
que hizo dura su mirada.
Y habrá de poder mi espada,
atravesando su pecho,
darle calma a mi despecho,
su consuelo poder dar
a quien tuvo que llorar
al no asistirle el derecho.
Porque siento que es inmundo
el derecho en esta vida
que se mira, consumida,
en la injusticia del mundo.
Y no dudaré un segundo
en llenarlo con la muerte
que sobre la espada vierte
el veneno vengativo
que me hizo en el mundo esquivo
y en mi pecho se convierte.
Y lo vuestro es otro caso,
pues decís que son razones
que reclaman las naciones,
y en oyéndolo me abraso.
Mas, vayamos paso a paso,
que si su muerte queréis,
os juro que la tendréis
con política y sin ella,
sin importarme la estrella
de lo que aquí defendéis.
Escena
VI
Entra un capitán seguido de varios
soldados en el mesón, todos con espadas puestas al cinto, gran
sonrisa en los labios y actitud de querer beber. La presencia de
estos parece molestar al trío de la mesa, que, de pronto, se decide
por callarse.
CAPITÁN (a los de la mesa)-. ¡Señores,
muy buenas tardes!
SOLDADO 1 (exultante)-. ¡Que sirvan el
vino añejo!
SOLDADO 2 (contento)-. ¡No ha de faltar
en mi mesa!
SOLDADO 3 (burlesco)-. ¡Seré dichoso
con ello!
CAPITÁN (a los de la mesa)-. ¡Venimos
de los caminos,
que se hace el camino eterno,
y aquí nos vemos, señores!
¿Y no está aquí el posadero?
DON CARLOS (seco)-. Debe andar por las
bodegas.
CAPITÁN (expresivo)-. ¡Pues tengo el
gaznate seco!
SOLDADO 1 (risueño)-. ¡¡¡¡Señores,
es gran compaña
para beber vino bueno,
en esta mansión famosa,
el capitán!!!!
SOLDADO 2 (alegre)-. ¡¡¡¡Desde
luego!!!!
¡¡¡¡Será bien no perder trago,
pues dicen que en los infiernos
no conocen mejor vino,
ni en las alturas del cielo!!!!
SOLDADO 3 (revuelto)-. ¡¡¡¡Pues a
beber!!!!
CAPITÁN (impaciente)-. ¡¡¡¡Solo
falta
que se acerque el mesonero…!!!!
SOLDADO 3 (alegre)-. Y ha de venir con
gran prisa,
que el escudo que defiendo
es, entre tantos blasones,
el mayor de todo el reino,
con su timbre y con su orgullo,
su linaje y su abolengo,
ya que me llena la tripa
y, pagando el mejor sueldo,
me permite tales vicios…
SOLDADO 1 (impaciente)-. Mas falta aquí
el mesonero.
EL PERSONAJE (curioso)-. ¿Vais al
servicio del rey?
Pues, según estoy oyendo,
guardáis a gente importante…
SOLDADO 1 (orgulloso)-. Somos guardias de
su séquito.
DON CARLOS (nervioso)-. De modo que el
rey se acerca…
SOLDADO 2 (altivo)-. Se viene, sí, que
al sendero
nos mandó con grandes prisas,
para que le adelantemos
su llegada a quienes viven
en esta villa.
DON PERO (satisfecho)-. Comprendo.
Bien hacéis, señor soldado,
que adelantarse es lo bueno,
y él es hombre de raigambre
y os ha de dar gran dinero,
ya que sois honrada gente.
CAPITÁN (extrañado)-. ¿Mas no viene el
posadero
y no hay nadie en la posada…?
DON PERO (prudente)-. Dadme licencia un
momento
que lo llame.
CAPITÁN (curioso)-. ¿Está en la casa?
DON PERO (a voces)-. ¡¡¡¡Venid
presto, mesonero!!!!
SOLDADO
1 (dichoso)-. ¡Será preciso que sirvan,
señores,
el mejor vino,
que
es el vino lo más dulce
que
existe en el señorío!
SOLDADO
2 (animado)-. ¡Media jarra es poca cosa,
que
no alegra, en los caminos,
media
jarra al que pretende
su
salvación peregrino!
CAPITÁN
(ufano)-. ¡Yo tengo seco el gaznate!
SOLDADO
1 (serio)-. ¡Yo estoy seco y es preciso
humedecer
la garganta…!
SOLDADO
3 (impaciente)-. ¡Debieran servirlo al tiro!
CAPITÁN
(más impaciente)-. ¡Pues tarda ya el mesonero!
SOLDADO
2 (asombrado)-. Entonces yo me despido.
CAPITÁN
(seco)-. No es momento.
SOLDADO
2 (serio)-. Si no sirven
habré
de partir.
CAPITÁN
(molesto)-. ¿Y es digno?
Beberemos
los demás
lo
que no llevas bebido.
SOLADO
3 (irónico)-. Si acaso no tienes cuartos
basta
solo con pedirlos,
porque
vengo con dineros,
que
no me falta el espíritu
de
la gente generosa,
si
hace falta pagar vino.
SOLDADO
2 (fanfarrón)-. Tampoco es caso de darnos
tanta
voz y tantos gritos,
que,
con poner cuatro escudos,
digo
yo que ya vais listo.
SOLDADO
3 (enfático)-. ¡Mucho son!
SOLDADO
1 (irónico)-. No lo son tanto,
que,
si cuatro hemos venido,
a
igual parte tocaremos,
pues
hay que pagar el vino.
CAPITÁN
(impaciente)-. Tarda mucho el mesonero,
que,
pues es hombre sencillo,
debiera
llegar al punto,
pero
yo nunca lo he visto.
SOLDADO
3 (airado)-. ¡Está bien, guarden silencio
y
no griten desvaríos,
que
traigo aquí los dineros!
No
quiero malentendidos.
MESONERO
(desde la bodega)-. ¡Qué razón, pues os escucho,
tenéis
para tantos gritos,
que
se oyen en la bodega
cuando
bajo por más vino!
¡Pues
con paso desgraciado
he
de llegar y adivino
que
viene la soldadesca,
que
gusta del griterío,
y
tratar con esta gente
suele
siempre ser conflictos…!
Escena
VII
Mientras todos esperan la aparición
del mesonero, que habría de llegar con vino suficiente para la nueva
clientela, llegan al mesón un caballero y su escudero, ambos
vestidos dignamente, según los usos de la época, pero con polvo en
los ropajes, de tanto andar caminos.
CABALLERO (picado)-. Acaso vos, buen
señor
me parecéis conocido.
EL PERSONAJE (muy serio)-. Tal no es
cierto ni lo ha sido.
DON CARLOS (desafiante)-. ¡¡Vamos,
haced el favor!!
CABALLERO (curioso)-. ¿Sentís entonces
temor
de decirme vuestra gracia?
EL PERSONAJE (furioso)-. ¡Buscaréis
vuestra desgracia
con tan torpe proceder!
DON PERO (nervioso)-. ¡¡Si valiente
habéis de ser…!!!
CABALLERO (burlesco)-. ¡¡Es tal vez lo
que me sacia!!
EL PERSONAJE (irónico)-. Bien pudiera
ser que acierte,
para veros bien saciado,
en ser hombre muy calmado
y perdonar vuestra suerte.
Pues otro os daría muerte
en pago a tanta insolencia.
CABALLERO (desenvainando)-. He de decir,
en conciencia,
que vos me sois conocido.
EL PERSONAJE (desenvainando)-. ¡¡¡¡Digo
que estáis confundido
y agotaréis mi paciencia!!!!
CAPITÁN (altisonante)-. Señores, soy
capitán,
y la guerra es cosa mía,
que tengo la sangre fría
y el coraje del volcán.
Os ordeno, por Satán,
que, dejando las espadas,
luzcáis las bocas cerradas
con espíritu prudente.
EL PERSONAJE (envainando)-. Yo lo haré
serenamente.
CAPITÁN (al caballero)-. ¡Vos también
y aquí no hay nada!
CABALLERO (envainando)-. ¡¡¡Está
bien, me he equivocado
y me digo confundido!!!
EL PERSONAJE (risueño)-. ¡¡¡No me doy
por ofendido!!!
CAPITÁN (triunfante)-. ¡¡¡Vamos, que
ya se ha acabado!!!
ESCUDERO (al caballero)-. ¿Y quién es?
CABALLERO (al escudero)-. Un alocado.
ESCUDERO (al caballero)-. ¿Es seguro?
CABALLERO (al escudero)-. Como os digo.
ESCUDERO (al caballero)-. Pues poca
esperanza abrigo
de que se digne a ceder.
CABALLERO (al escudero)-. ¡¡Pues es lo
que debe hacer!!
ESCUDERO (al caballero)-. ¡¡No las
tengo yo conmigo!!
CABALLERO (nervioso)-. Y no son pocos
rumores,
que
se dice que asesinos
recorren
estos caminos
con
ánimos malhechores.
Son,
según sé, desertores
que,
por ricos contratados,
hacen
graves atentados
contra
gente de nobleza.
ESCUDERO
(asustados)-. Pues me quedo de una pieza
ante
esos hombres malvados .
En
fin, señor, que no es bien
dejar
en nada el asunto,
pues
en todo esto barrunto
que
no es bueno ese desdén.
Y
si estas cosas se ven
en
zonas tan apartadas,
acaso
evitar celadas
parece
lo más prudente,
que
miedo tengo a esa gente,
pues
son miasmas desalmadas…
CABALLERO
(en voz alta)-. Pues detener a un traidor
es
cosa tan importante,
atento
yo a cada instante,
buscaré
al conspirador.
Pues
dicen que es el valor
de
la soberbia el que mueve
a
todo aquel que se atreve
contra
el fuego del poder,
y
aquí será menester
hacer
el caso más breve.
Que
dar a un traidor la muerte
cosa
es de gran importancia,
si,
preludio de abundancia,
me
pagan bien, que es la suerte.
Pues
siempre en esto se advierte
la
dureza de quien sabe
que
el poder es cosa grave
y
con ello no se juega,
que
a dar una muerte llega
a
la osadía, si cabe.
Y,
porque soy tan osado,
que
me puede la osadía,
quiere
ya mi bizarría
la
liza contra el malvado.
No
será descabellado
ganar
aquí ese favor
de
quien más alto el honor
quiere
acaso mantener,
si
es que amenaza el poder
la
palabra de un traidor.
EL
PERSONAJE (a don Pero y don Carlos)-. Debo, señores, partir,
que
hay peligro en la posada,
pues
es esta gente airada
y
nos han de descubrir.
DON
PERO (bajo)-. Ir ahora es admitir
que
somos conspiradores.
CAPITÁN
(curioso)-. Y vos me diréis, señores,
vuestro
nombre y apellido.
DON
PERO (seco)-. Yo soy don Pero Garrido.
DON
CARLOS (seco)-. Yo soy don Carlos de Alcores.
CAPITÁN
(impaciente, al personaje)-. ¿Y vuestro nombre, señor?
EL
PERSONAJE (mofándose)-. No lo tengo, capitán.
CAPITÁN
(airado)-. ¡¡¡Todo el mundo tiene nombre!!!
EL
PERSONAJE
(desafiante)-.
Tiene
nombre
al
que
lo
dan:
yo,
señor, no tengo nombre.
CAPITÁN
(irónico)-. ¿Es que no podéis callar?
EL
PERSONAJE (serio)-. Si vos queréis, yo me callo.
CAPITÁN
(furioso)-. Entonces desenvainad.
EL
PERSONAJE (serio)-. ¡¡¡Por cuestiones amorosas
ved
que me quiero callar!!!
CABALLERO
(gritando)-. ¡No puedo, señores míos,
en
nombre de la verdad,
dejar
que diga mentira
quien
su nombre ha de callar!
CAPITÁN
(volviéndose)-. ¿Es que vos lo conocéis?
CABALLERO
(serio)-. Os digo que el mismo mal
arde
dentro de sus venas,
que
piensa solo en matar,
y
no respeta linajes.
EL
PERSONAJE (serio)-. Soy de sangre principal,
mas
no he de decir mi nombre.
CABALLERO
(imperante)-. Debierais prenderlo ya,
puesto
que sois la justicia.
LOS
SOLDADOS (valientes)-. ¡¡Lo que mandéis, capitán!!
Si
es que queréis verlo preso,
con
él hemos de luchar,
si
es que preso no se entrega.
CAPITÁN
(exigente)-. Dadme pues la espada ya.
CABALLERO
(triunfante)-. Eso es justo, según digo.
CAPITÁN
(al caballero)-. Vos también.
CABALLERO
(sorprendido)-. ¡¡¡¡Mas, capitán…!!!!
CAPITÁN-.
Es lo justo, señor mío,
pues
que sabéis acusar,
si
a este debo detenerlo,
que
conmigo vos vengáis,
que
estáis los dos en arresto.
DON
PERO-. ¡¡¡Un momento, capitán!!!
Yo
os digo que no hay problema,
que
nadie quiere hacer mal,
sino
este mozo que acusa.
CAPITÁN-.
Las espadas quiero ya.
DON
PERO (seco)-. Cometéis un error grave.
CAPITÁN
(autoritario)-. Nunca hay error, que arrestar
no
es dar muerte, y esta gente,
arrestada,
explicará
lo
que tiene que contarnos,
pues
somos autoridad,
sobre
quiénes son, qué buscan,
a
dó vienen, de dó van,
qué
les pasa y por qué luchan.
LOS
SOLDADOS-. ¡¡¡Las espadas vengan ya!!!
CABALLERO
(airado)-. ¡¡¡¡Sabed, capitán, que sé
que
es este un cruel asesino
de
quien me dijo un vecino
muchas
cosas que os diré!!!!
EL
PERSONAJE (colérico)-. ¡Os confundís!
CABALLERO
(serio)-. Yo os diré
que
es conocido en Sevilla,
donde
saben la mancilla
de
su madre.
EL
PERSONAJE (irritado)-. ¡¡¡¡Mal habláis!!!!
¡¡¡Es
preciso que sepáis
Que
es la más noble en la villa!!!
CAPITÁN
(sagaz)-. ¿Entonces os conocéis?
CABALLERO
(serio)-. Lo conozco, y cierto día
me
contaron que quería
dar
muerte al rey.
EL
PERSONAJE (a voces)-. ¡¡¿Callaréis?!!
CAPITÁN
(seco)-. Bueno será que calléis,
que
habréis de ser escuchado.
CABALLERO
(jactancioso)-. Dijo: “Si el rey me ha engendrado
y
su bastardo he de ser,
poco
me importa tener
que
ser por él deshonrado.
Pero
a mi madre, que es buena,
dulce
mujer, pese a todo,
la
hiere, de extraño modo,
ese
abuso que envenena.
Y
es que de rabia me llena
que
el rey, con ser soberano,
ame
a las damas, ufano,
para
luego abandonarlas,
porque,
después de gozarlas,
se
hace su amor algo vano.
Porque
el rey es hombre cruel
que
burla de las mujeres,
y,
esquivando sus deberes,
en
el amor nunca es fiel.
Yo
correré cual lebrel
para
buscar mi venganza,
y,
puesto que el rey alcanza
a
viajar hasta Aranjuez,
será
todo de una vez,
si
el destino trae bonanza.”
Esto
le oyeron decir
ciertas
gentes sevillanas,
y
en estas tierras lejanas
con
él vengo a coincidir.
Luego
se puede decir
que,
estando el rey tan cercano,
es
matar al soberano
la
razón que lo ha traído.
EL
PERSONAJE (airado)-. ¿Acaso soy un bandido,
un
sinvergüenza, un villano?
No
es cierto lo que ha contado,
y,
de tener el acero,
pudiera
con alto esmero
defender
que soy honrado.
CAPITÁN
(sereno)-. Teneos y estad calmado,
que
os puede costar la vida
mostrar
el alma encendida
en
semejante ocasión,
pues
el rey de la nación
ha
de estar aquí enseguida.
Y,
pues soy el capitán,
esta
gente, incluso vos,
seréis
presos, vive Dios,
hasta
que acabe mi afán.
SOLDADO
1-. Y dura cosa os dirán
ante
el rey, vuestro señor,
que
suele tener rencor
a
la gente traicionera.
SOLDADO
2-. ¡¡No debe tener espera
la
ejecución de un traidor!!
DON
PERO (a los soldados)-. ¡Pues dadnos la muerte ya,
que
este no es juicio que valga!
CAPITÁN-.
El rey hacia aquí cabalga
y
es él quien os juzgará.
MESONERO
(al capitán)-. Estaba temiendo ya
a
estas gentes, señor mío,
porque
fue un escalofrío
lo
que enseguida sentí,
que
hablaron de muerte, sí,
y
estaban llenos de brío.
Y
a pesar de la elegancia
que
lucen, contra la ley,
querían
matar al rey
por
dineros y abundancia.
CABALLERO-.
Son los espías de Francia,
según
mi impresión abriga.
SOLDADO
3-. Sigue siendo la enemiga
del
poderío español,
porque
tiene bajo el sol
el
fruto de su fatiga.
CAPITÁN
(burlesco)-. No hay más que decir, señores,
pues
será el rey vuestro juez
y
la muerte en Aranjuez
podrá
daros sus rigores.
SOLDADO
1 (con odio)-. ¡¡Pagaréis como traidores
ante
el odio de la gente!!
SOLDADO
2 (despectivo)-. ¡¡Habréis de morir vilmente!!
CAPITÁN
(al personaje)-. Quien ataca a un soberano
igual
muere que un villano,
y
vos no sois inocente.
EL
PERSONAJE (con coraje)-. Sabed que no soy espía
y
que nunca fui traidor,
pues
soy noble sevillano,
y
acaso igualara al sol
mi
linaje, si es que os cuento
cuál
es mi nombre y quién soy,
para
que hagáis alharacas,
pues
pongo en esto tesón,
pues
que traidor me llamáis,
en
igualarme con vos.
Y,
sabed que, si bastardo,
orgulloso
de ellos estoy,
que
en mis venas llevo acaso
sangre
de bien y de pro,
porque
es la sangre de reyes,
como
de rey es la voz
que
estas verdades os dice.
CAPITÁN
(sorprendido)-. Pues raro es ser un traidor
y
mostrarse presuntuoso,
que
os lo juro.
SOLDADO
3 (temeroso)-. ¡Vive Dios
que
nos prepara una treta!
CAPITÁN-.
Eso mismo digo yo,
pero
habrá que interrogarlos
a
los tres, pues ellos son
los
que saben del engaño
con
que forjó la traición
quien
al rey muerto quería.
DON
PERO (asustado)-. Hablo por nosotros dos
y
os digo que todo es falso,
pues
falsamente acusó
el
que habló de esa manera,
que,
si nos comprometió,
si
nos acerca al cadalso,
ha
de pagar ante Dios,
porque
somos inocentes.
CAPITÁN-.
Pues eso al juez, porque yo
no
quiero escuchar lamentos
ni
mentiras, que no halló
comprensión
el que traiciona
en
un noble corazón.
EL
PERSONAJE (jactancioso)-. Si el rey ha de preguntarnos,
será
linda la ocasión
(aunque
la vida me cueste),
de
decirle, con valor,
cómo
a mis venas su sangre
puedo
decir que llegó
y
cómo, sin más escrúpulos,
a
una mujer engañó
con
la maldad de su lengua
y
con su escaso valor.
¡¡¡¡La
llama Sevilla puta!!!!
CAPITÁN
(irónico)-. ¡Puta será!
EL
PERSONAJE-. Pero no…
Ella
no es puta señores,
que
puto es quien mal obró,
dejándola
a su abandono.
CAPITÁN
(sarcástico)-. ¿Y hay abandono mejor?
Le
dejaría dineros
antes
de partir.
EL
PERSONAJE-. ¡¡¡¡Señor,
era
mi madre una niña,
y
en la deshonra cayó,
siendo
mujer de linaje,
siendo
la hija de un señor,
teniendo,
como tenía,
gente
que bien la sirvió,
como
para esperar de nadie
dineros
que no pidió
ni
la estirpe que tenía
ni
el nombre que se le dio,
pues
era orgullo y raigambre
aquel
nombre, vive Dios!!!!
CAPITÁN
(burlesco)-. Eso contadlo al verdugo,
que
estáis de la muerte en pos.
Y,
buscando
vuestra
ruina,
habéis
patinado.
EL
PERSONAJE (digno)-. Yo
me
quejo de los engaños
y
los abusos que halló
un
corazón malherido
en
los brazos del amor,
por
culpa de un rey putero.
CAPITÁN
(dándole un golpe)-. ¡¡¡¡Cerrad la boca, por Dios!!!!
EL
PERSONAJE (risueño)-. No habrá de cerrar mi boca
ese
leve bofetón
que
herir puede, en todo caso,
la
carne, mas no el honor.
Al
rey lo llamo putero,
que
tal es la condición
de
quien trata como a putas
a
mujeres cuyo honor
sucumbe,
en fin, a un monarca.
SOLDADO
2 (seco)-. ¡¡Son palabras de un traidor!!
Nadie
hará caso a quien habla
destemplado
y sin honor,
lleno
de rabia y de furia,
falto
de vida y valor.
CAPITÁN
(agresivo)-. ¡¡¡Y sabed, amigo, en fin,
lo
que os he de decir hoy,
que
es que es puta vuestra madre,
si
como puta gozó
los
placeres de un monarca
cuya
sangre tenéis vos!!!
EL
PERSONAJE (indignado)-. Sabed vos, el capitán,
que
os retorciera la lengua,
pues
que queréis hacer mengua
de
una mujer.
Escena
VIII
Don
Beltrán se asoma por la puerta del rústico mesón, haciendo una
graciosa reverencia a todos los presentes y luciendo su buen humor.
SOLDADO
2-. ¡¡¡Por Satán,
que
aquí viene don Beltrán,
y
es que llega con apuro!!!
DON
BELTRÁN (entrando)-. ¡¡¡Tened todos por seguro
que,
pues es cosa de ley,
llegará
a esta villa el rey!!!
CAPITÁN
(al personaje)-. Será con vos hombre duro.
EL
PERSONAJE (orgulloso)-. No imaginéis que, asustado,
he
de llorar a sus pies.
CAPITÁN
(jactancioso)-. He de veros del revés,
compungido
y humillado.
DON
BELTRÁN (al soldado 3)-. Mas ¿qué ocurre aquí, soldado?
SOLDADO
3 (respetuoso)-. Cosas de honor.
DON
BELTRÁN (al soldado)-. ¿Cómo ha sido?
SOLDADO
3 (serio)-. Rápidamente ha ocurrido,
yendo
a la espada la mano:
por
dar muerte al soberano
sabemos
bien que han venido.
DON
BELTRÁN (asustado)-. ¡¡¡¡¿Qué queréis al rey matar?!!!!
SOLDADO
2-. Parece que son espías…
DON
BELTRÁN (más asustado)-. ¡¡¡¡Deben morir!!!!
SOLDADO
3-. ¡¡¡¡Qué agonías
les
tocará soportar!!!!
DON
CARLOS Y DON PERO (a voces)-. ¡¡¡¡No nos hemos de asustar
ni
habéis de infundirnos miedo!!!!
SOLDADO
1 (calmado)-. Rogad a Dios y os concedo
que
os ha de dar su perdón.
EL
PERSONAJE (insolente)-. ¡¡¡¡Nada temen, con razón,
y
también decirlo puedo!!!!
¿Qué
he de temer, si la muerte,
que
en plena noche despierta,
viene
llamando a la puerta
para
dar fin a mi suerte?
Y,
pues la suerte lo advierte,
y
pues hemos de morir,
no
es necesario sufrir
por
lo que está destinado,
si
no es por no haber vengado
de
mi madre su sentir.
Que
el rey es un rey putero,
y,
en llegando a señoríos,
se
entretiene en amoríos
como
gran aventurero.
Y
lleno está el mundo entero
de
esas calladas mujeres
que
supieron los placeres
del
malvado soberano,
que
las deja, pues, no en vano,
tiene
más altos quehaceres.
Que
bastardo me dijeron
cuando
ya en la misma cuna
se
cifraba mi fortuna,
porque
tal nombre me dieron.
Y
sabiendo lo que hicieron,
quise
yo, con sangre fría,
dar
justicia a la porfía,
los
caprichos de ese rey
que
faltar supo a la ley
para
la desdicha mía.
En
todo caso, diré
que
tengo razón en todo,
y,
siendo de cualquier modo,
poco
importa: moriré.
Pero
no me humillaré
para
dar satisfacción
de
mi muerte a la nación
más
injusta, que, en verdad,
es
morir con dignidad
no
darles más la razón.
Que
no es cosa de dineros
lo
trajo a esta aventura
esta
crispada locura
ni
los ánimos más fieros,
sino
los reyes puteros
que
ofenden a la mujer
para
obtener un placer
tan
efímero y mundano
que
a quien tienen en la mano
han
de hacerla perecer.
Que,
dispuesto ya a la muerte,
no
tiene miedo mi pecho,
que
su lema es el despecho
y
ningún temor advierte.
Cúmplase
al cabo la suerte
y
dadme la muerte ya,
que
la vida se me va,
y,
pues se me va la vida,
dejo
aquí mi despedida.
SOLDADO
2 (sorprendido)-. De su razón fuera está…
EL
PERSONAJE-. Y sepa Sevilla entera
que,
si soy hijo bastardo,
son
los rencores que guardo
la
razón para que muera.
Y
no es acaso quimera
lo
que me llena, pues ved,
que,
si vine hasta Aranjuez,
fue
por dar muerte y morir,
que
poco habré de sufrir
si
han de matarme esta vez.
CAPITÁN
(irónico)-. Y no dudo que lo harán,
que,
a la luz de lo que hacéis,
pronto
la muerte hallaréis.
SOLDADO
3 (risueño)-. ¿Los llevamos, capitán?
CAPITÁN
(autoritario)-. No, dejadlos donde están,
pues
no tenemos prisión.
MESONERO
(contento)-. Les servirá de mansión,
si
queréis, esta bodega
donde
el aire helado llega
por
un hueco.
SOLDADO
2 (serio)-. ¡¡¡No hay razón!!!
Los
tendremos vigilados.
CAPITÁN
(cansado)-. Haced caso al mesonero,
porque
ya me desespero
de
ver a estos desgraciados.
SOLDADO
(burlesco)-. Mientras os veis encerrados,
probaremos
del buen vino,
que
el cansancio del camino
hace
hablar a la barriga,
que
suspira, en la fatiga,
comer
el manjar más fino.
Escena
IX
Los
soldados conducen a los prisioneros a la bodega, siguiendo al
mesonero, que se cruza con su esposa, que trae vino y pan para el
capitán. Estos entablan conversación, mientras ella le sirve el
vino en un vaso.
CAPITÁN
(cansado)-. Traedme vos, mesonera,
pues
es hora de yantar,
buen
cordero del que habéis,
y
vino con el que dar
descanso
a esta sed perversa,
que
por estas sendas van
perdidos
cien pasos, miles,
porque
van quedando atrás,
de
la que Aranjuez venimos
con
el rey.
MESONERA
(respetuosa)-. Vos, capitán,
permaneced
bien sentado,
si
lo queréis, descansad,
y
no temáis más peligros,
puesto
que los tienen ya
en
la bodega los vuestros
y
su culpa han de pagar.
CAPITÁN
(presuntuoso)-. Esta vida de aventuras
nos
muestra, en cada lugar,
las
gentes más variopintas
y
las que al acecho están,
pues
siempre ha de haber misterio,
buen
vino y algún manjar
con
que entretener las tripas,
si
os he de decir verdad.
Que
van tres años en Flandes
y,
ya para Portugal,
justo
a punto de embarcarme,
de
pronto me hacen llamar,
pues
el rey a su servicio
me
quiere por capitán.
Y
han sido muchas mujeres,
y
digo que más serán,
las
que he gozado en su lecho
de
París a Perpiñán,
que
esta vida, aunque sin orden,
tiene
gracia y es verdad
que
es bien vivirla contento,
porque
los días se van,
y
en llegando a viejo nada
podremos
de esto catar.
MESONERA
(sirviendo)-. El vino, señor, es bueno,
y
os lo dirá el paladar,
que
es el mejor de la zona.
CAPITÁN
(tras probarlo)-. Puedo jurar que es verdad,
y
que este vino es tan bueno
que
lo habremos de pagar
por
su sabor, ya que es fuerte,
por
su buena calidad.
MESONERA
(orgullosa)-.
De
ello
sabe
mi
marido,
que
es
buen
vino,
capitán.
CAPITÁN
(satisfecho)-. Querrán probarlo mis hombres,
y
es preciso que traigáis
más
bebida, pues merecen
de
sus pasos descansar.
MESONERA
(alegre)-.
El
vino
tendréis
al
punto.
Ahora
vengo, capitán…
Escena
X
La
mesonera
desaparece
en
busca
de
más
vino,
sabiendo
que
los
soldados
acompañarán
al
capitán
durante
la
cena.
El
caballero,
a
quien
le
han
devuelto
su
espada,
y
el
escudero
se
sientan
con
el
capitán.
CABALLERO
(prudente) -. Habladnos de vuestra vida,
que
sois hombre al que escuchar…
CAPITÁN
(dichoso)-.
Es
la
vida
del
soldado,
que,
después
de
caminar,
siente,
lleno de aventura,
el
corazón palpitar.
Y
no
faltan
desafíos
donde
la galera va,
donde
las espumas gimen
si
gimen el viento y mar…
CABALLERO
(interesado)-. ¿Conocéis muchos lugares
después
de tanto luchar?
CAPITÁN
(presumido)-. Desde Flandes hasta Italia
mil
caminos, si no hay más,
y
soy
capitán
del
rey,
pues
me dan cargo de tal,
vivo
dichoso en el mundo,
sigo
el paso con afán,
doy
la muerte al enemigo,
lucho
y defiendo mi pan…
Ni
el diablo sabe enfrentarme,
que
bien lo sabré ahuyentar…
Y,
pues es fuerte mi espada,
mi
coraje puede más
que
el de quien quiere dar muerte
a
la gente principal.
Escena
XI
Pronto
se oyen gritos desde abajo, como si, de repente, se liberara un
torbellino, porque el personaje misterioso se rebela ante los
soldados que lo tienen prisionero.
EL
PERSONAJE (alterado)-. ¡¡¡¡Miserables!!!!
LOS
SOLDADOS (nerviosos)-. ¡¡¡¡Quieto ahí!!!!
SOLDADO
1 (agitado)-. ¡¡¡¡Que se escapa!!!!
SOLDADO
2 (furioso)-. ¡¡¡¡Ya voy yo!!!!
Pausa.
SOLDADO
3 (firme)-. ¡¡¡¡Sujetadlo!!!!
EL
PERSONAJE (rabiado)-. ¡¡¡¡Quietos!!!!
DON
PERO (airado)-. ¡¡¡¡No!!!!
EL
PERSONAJE (irritadísimo)-. ¡¡¡¡Dejadme!!!!
SOLDADO
1 (autoritario)-. ¡¡¡¡Tenedlo ahí!!!!
SOLDADO
2 (atónito)-. ¡¡¡¡Confusión!!!!
SOLDADO
1 (furioso)-. ¡¡¡¡Jamás lo vi!!!!
EL
PERSONAJE (rabioso)-. ¡¡¡¡No podréis!!!!
LOS
SOLDADOS (con ánimo)-. ¡¡¡¡Lo lograremos!!!!
SOLDADO
3 (iracundo)-. ¡¡¡¡Dadle fuerte!!!!
SOLDADO
2 (bravo)-. ¡¡¡¡Le daremos!!!!
SOLDADO
3 (tenso)-. ¡¡¡¡Que se suelta!!!!
SOLDADO
1 (corajudo)-. ¡¡¡¡No podrá!!!!
SOLDADO
2 (exaltado)-. ¡¡¡¡Tenedlo, cielos!!!!
Se
oye
un
golpe,
después
un
grito.
El
personaje
misterioso
ha
sido
golpeado
duramente
y
su
voz
se
apaga
como
si
se
hubiese
desmayado.
SOLDADO
1 (descansando)-. ¡¡¡¡Ya está!!!!
Pausa.
Durante
unos
momentos
se
escuchan,
exhaustos,
los
suspiros
de
los
tres
soldados,
a
los
que
les
ha
costado
reducir
al
misterioso
personaje.
SOLDADO
3 (desde abajo)-. Es mejor que lo amarremos:
son
sujetos peligrosos
y
saben luchar, a fe,
mas
yo los amansaré,
pues
que son tan belicosos.
DON
PERO (desde abajo, acobardado)-. Los ánimos fragorosos
que
mostráis son gran crueldad.
SOLDADO
3 (desde abajo)-. He de decir, en verdad,
que
tal cosa no comprendo,
pues
esto que estoy oyendo
es
pura curiosidad.
CAPITÁN
(a sus contertulios)-. Decir que este trato es cruel
no
es propio de un asesino
que
espera así, en el camino,
al
rey por vengarse en él.
SOLDADO
2 (desde abajo)-. Y no digáis que sois fiel
a
nadie, porque sois vos
el
mal que confunda Dios,
pues
Dios os dará castigo,
ya
que del mal sois amigo,
pues
no hay hombre como vos.
Escena
XII
Reaparece
la mesonera acompañada de su marido. Detrás los siguen los
soldados, uno con un buen chinchón y otros con moratones.
CAPITÁN (risueño)-. ¡¡¡¡Menuda la
que han formado!!!!
ESCUDERO (sorprendido)-. ¡¡¡¡Desde
aquí lo hemos sentido!!!!
MESONERA (asombrada)-. ¡¡¡¡Pues no
poca cosa ha sido!!!!
SOLDADO 1 (serio)-. ¡¡¡¡De pronto se
hubo escapado!!!!
SOLDADO 3 (satisfecho)-. Mas los hemos
amarrado,
porque, sujetos, en fin,
los verá el buen paladín
que mande el rey de mañana,
que es decisión soberana.
CAPITÁN (burlesco)-. ¡¡¡¡Tendrá el
buitre su festín!!!!
¿No sabéis quién es acaso?
Digo el verdugo.
CABALLERO (encogido de hombros)-. No sé.
CAPITÁN (contento)-. Mañana os lo
enseñaré.
Los dueños del mesón van sirviendo
vino a los comensales.
CABALLERO (disimulando la curiosidad)-.
Partiré tras el ocaso.
SOLDADO 2 (curioso)-. Yo, por mirarlo, me
abraso,
que debe ser hombre cruel.
CAPITÁN (seco)-. Hay algo tremendo en él
que no puedo definir,
que no lo alcanzo a decir.
MESONERO (serio)-. Su mirada es como
hiel:
Puede helárseme el aliento
cuando viene por aquí.
MESONERA (extrañada)-. ¿Tú lo conoces?
MESONERO (con empeño)-. ¡¡¡¡Pues
sí!!!!
Tiene el rostro ceniciento,
y sus melenas al viento
deja con gana crecer,
que por eso han de creer
los condenados que es cierto
que el espíritu está muerto
cuando van a perecer.
CABALLERO (con desdén)-. Pues poco
estimo, señores,
que den muerte a mala gente,
y habré de verme ya ausente
cuando mueran los traidores.
MESONERO (seguro de sí)-. Puesto que son
malhechores
me alegrará que los maten.
CAPITÁN (burlesco)-. Pienso que ya se
debaten
sus encogidas conciencias.
SOLDADO 3 (alegre)-. Pagarán sus
imprudencias.
SOLDADO 1 (prudente)-. Todo es que no se
desaten.
CAPITÁN (confiado)-. Eso no ha de
suceder.
MESONERO (temeroso)-. Miedo tengo.
SOLDADO 3 (alegre)-. Mesonero,
habéis de entender primero
que nada cabe temer.
Son cobardes.
CAPITÁN-. Es de ver:
no lograrán escapar.
MESONERA (con miedo)-. ¡¡¡¡Si se
llegan a soltar…!!!!
CAPITÁN-. No temáis, señora mía,
a esa gente.
SOLDADO 1 (dichoso)-. ¡¡¡¡La osadía
de su afrenta han de pagar!!!!
Y algunos hablan de honor,
pero, aunque de ello me guardo,
ofende cuando un bastardo
quiere decirse mejor.
SOLDADO 3 (risueño)-. Mal hace, si a su
señor
ha de matar, con coraje,
por asuntos de linaje
que no tienen más sentido.
SOLDADO 2-. Él esta muerte ha querido,
pues hizo tan largo viaje.
Y, si bien se hace el valiente,
pienso que el miedo lo llena,
pues su suerte lo enajena
cuando esconde lo que siente.
SOLDADO 3-. Dejad que llegue sonriente
el verdugo.
SOLDADO 2-. Así lo espero.
CAPITÁN (alevoso)-. De cuanto se ha
dicho infiero
que, pues la vida se acaba,
pedirá gente tan brava
el perdón del rey putero.
TELÓN Y FIN
2014
© José Ramón Muñiz Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario