jueves, 13 de noviembre de 2014

El rey putero



José Ramón Muñiz Álvarez
LA VENGANZA DEL BASTARDOOEL PERDÓN DEL
REY PUTERO”
(juguete trágico, redactado en verso
sobre el asunto del
honor)

-JORNADA ÚNICA-

PERSONAJES DE ESTE DRAMA-. Mesonero, mesonera, don Carlos, don Pero, el personaje misterioso, el capitán, tres soldados, el caballero y el escudero, don Beltrán.

ESTAMPA ÚNICA-. Lúgubre y oscuro mesón lleno de telas de araña y de polvo en cada una de sus partes, al lado de cuyas paredes, de una muy ruda construcción, hechas con vulgar sillarejo, descansan gruesos barriles y algunos odres donde se guarda el vino que el mesonero sirve a ricos y pobres.

Escena I

El mesonero limpia con paciencia las mesas en las que suelen sentarse los asiduos y gentes de paso que vienen a probar la cena rústica que se sirve este lugar apartado de la mano de Dios. Su mujer barre con furia el suelo sucísimo, con gesto mohíno.

MESONERO (contento)-. ¡Buena tarde hemos tenido!
MESONERA (alegre)-. ¡Sí, señor, muy buena tarde!
MESONERO (convencido)-. Del vino hay que hacer alarde…
MESONERA (segura)-. Este año bueno ha salido.
MESONERO (secándose el sudor)-. Es trabajo agradecido.
MESONERA (que sigue barriendo)-. Desde luego, pues se vende.
MESONERO (complacido)-. Gusta mucho.
MESONERA (convencida)-. Se comprende:
que es buen vino el que les damos.
MESONERO (feliz)-. ¡¡¡¡Y mira que lo cobramos!!!!
MESONERA (satisfecha)-. Pues digo yo que se entiende.
¡¡Porque quién no quiere añejo,
si es acaso el mejor vino,
que conduce al desatino
y al mundo deja perplejo!!
Porque el vino es el espejo
de la sonada alegría,
y toda la gente fía
de su gracia y su dulzura,
pues en el vino apresura
la mente su fantasía.
MESONERO (secándose de nuevo)-. Es muy cierto, sí, muy cierto.
MESONERA (contenta)-. Y el vino gusta a la gente.
MESONERO (prudente)-. Puede el vino, suavemente,
causar un gran desconcierto.
MESONERA (feliz)-. Pero nos trajo el concierto
de este dinero que vino,
consagrando su destino,
porque el vino así lo pudo,
que todo es dinero y dudo
si con el vino no vino.
Todo será que el buen cura
venga a beber cada día.
MESONERO (pícaro)-. Si viene de la abadía,
ya le falta la mesura,
que entre algunos se murmura
que bebe el vino al abad,
que le da, por caridad,
ese vino venturoso.
MESONERA (risueña)-. No es como el tuyo sabroso.
MESONERO (serio)-. Pues gusta en la vecindad.
El caso es que hay que vender.
MESONERA (serena)-. Digo yo que es importante.
MESONERO (alegre)-. Con un vino semejante,
poco se puede perder.
MESONERA (picarona)-. Tal vez al que ha de beber
y en el tonel se nos quede.
MESONERO (seco)-. Con los borrachos no puede
ninguno tener paciencia.
MESONERA (contenta)-. No es el vino mala ciencia.
MESONERO (agradecido)-. Grandes cosas nos concede.

Escena II

Entra don Carlos en el mesón. Es hombre de buen talle, vestido de manera elegante, al uso de la época, con sombrero de anchas alas, de los que llevan una pluma de color rojizo, elegante gorguera y traje a la flamenca. Pasa con naturalidad y entabla conversación.

MESONERO (cortés)-. Buenas noches, gentilhombre.
DON CARLOS (señorial)-. ¿Quién es aquí el mesonero?
MESONERO (orgulloso)-. Sabed, señor, que estos muros
herencia son de mi abuelo.
DON CARLOS (curioso)-. Quiero, pues, la mejor mesa,
y probar el vino añejo.
MESONERO (seguro)-. Curar puede las fatigas
el mejor tinto que tengo.
DON CARLOS (firme)-. Pues a fe que he de probarlo.
MESONERO (firme)-. Pues a fe que he de traerlo.
DON CARLOS (feliz)-. Pues que venga presto el vino.
MESONERO (dichoso)-. Pues que venga el vino presto.
DON CARLOS (arrogante)-. Habéis de ser generoso.
MESONERO (bravo)-. Generoso como suelo.
Y he de decir que es mi fama
tan grande como es el reino,
y mis vinos los conocen
hombres de rancio abolengo.
DON CARLOS (satisfecho)-. Haré bien yo con probarlos.
MESONERO (jactancioso)-. Siempre es bien si el vino es bueno.
DON CARLOS (risueño)-. Espero aquí a un viejo amigo
y quiere del vino añejo.
MESONERO (confiado)-. Pues habrá que darle gusto.
DON CARLOS (sentándose)-. Pues el gusto le daremos.
MESONERO (yéndose)-. ¿Traeré los vinos más caros?
DON CARLOS (exigente)-. No dejéis de ser espléndido,
pues quiero con vos ser justo
y he de daros buen dinero,
con tal de que nadie diga
que yo escatimé en el precio.

Escena III

El mesonero se retira por una escalera que lleva a la bodega, de la que sube con dos buenas jarras de vino que coloca ante don Carlos. Este prueba el vino, sin hacer muchos ascos, porque el lugar no es todo lo limpio que debiera para gente tan notable. Llega don Pero, que entra y saluda con una reverencia, quitándose el sombrero festivamente.

DON CARLOS (afable)-. El tiempo corre con prisa.
DON PERO (gentil)-. Vos sabéis lo que es el tiempo.
DON CARLOS (cortés)-. Pues justo con vos ha sido.
DON PERO (adulador)-. Con vos no lo ha sido menos.
DON CARLOS (risueño)-. No mintáis, porque las canas
han tomado mi cabello.
DON PERO (amigable)-. Tampoco digáis que es tanto.
DON CARLOS (gracioso)-. Lo digo, pues que soy viejo.
DON PERO (irónico)-. Pues no diréis que soy mozo.
DON CARLOS (serio, en voz baja)-. Poco importa, pues os cuento…
Es preciso darle muerte,
puesto que lo quieren muerto,
que no ha de salir con vida.
DON PERO (hablando bajo)-. Queda ya todo dispuesto:
habrá de morir mañana
en un suceso siniestro,
pues llorarán las naciones
esta muerte.
DON CARLOS-. Sed discreto,
DON PERO (al mesonero, en voz alta)-. Dejadnos solos, buen hombre.
MESONERO (prudente)-. Pues tal pedís, nos iremos.

Escena IV

El mesonero y su esposa se van, ante la petición de don Pero, percibiéndose cierto miedo en el rostro de ambos. Prosigue la conversación entre los dos caballeros:

DON CARLOS (sorprendido)-. ¿Decís que es hombre cabal?
DON PERO (satisfecho)-. Digo que es hombre mejor.
DON CARLOS (contento)-. ¿Podrá demostrar valor?
DON PERO (alegre)-. ¡¡¡¡¡Como que vos sois mortal!!!!!
DON CARLOS (dudoso)-. ¿Será capaz de hacer tal?
DON PERO (seguro)-. Sabrá hacerlo con su espada.
DON CARLOS (preocupado)-. ¿Y no ha de cobrarnos nada?
DON PERO (desenfadado)-. No le hace falta dinero.
DON CARLOS (extrañado)-. ¿Mas quién es tal caballero?
DON PERO (risueño)-. Alguien con alma templada.
DON CARLOS (impaciente)-. Digo que tendrá algún nombre.
DON PERO (seco)-. Es un hombre de prudencia.
DON CARLOS (dubitativo)-. Mas tendrá noble ascendencia.
DON PERO (ofendido)-. Puede ser tal que os asombre.
DON CARLOS (exigente)-. ¡¡¡¡¡Decid pues quién es el hombre!!!!!
DON PERO (enfadado)-. No hace falta decir más.
DON CARLOS (irritado)-. ¡¡¡¡¡Por vida de Satanás!!!!!
DON PERO (imponiéndose)-. ¡¡¡¡¡No he de decirlo, señor!!!!!
DON CARLOS (furioso)-. ¿¿¿¿Acaso soy delator????
¿¿¿¿Es que no me lo dirás?????
DON PERO (descontento)-. Sé guardar bien un secreto.
DON CARLOS (empeñado)-. Es fallar a mi confianza.
DON PERO (prudente)-. No es caprichosa mudanza,
si es preciso ser discreto.
DON CARLOS (airado)-. Pues me faltáis al respecto,
que esto es cosa desusada.
DON PERO (precavido)-. No temáis, señor, por nada,
que todo callar es bien.
DON CARLOS (decepcionado)-. ¡¡¡¡¡Y no hemos de saber quién!!!!!
DON PERO (conciliador)-. Es persona renombrada.
DON CARLOS (con empeño)-. ¿Y si doblase la paga?
DON PERO (sereno)-. No es corriente, señor mío.
DON CARLOS (indignado)-. Pues me cuesta un señorío.
DON PERO (insistente)-. En esto nunca se indaga.
DON CARLOS (pesaroso)-. Lograréis que me deshaga,
lleno de curiosidad.
DON PERO (empeñado)-. Vale poco, la verdad…
DON CARLOS (esperanzado)-. He de daros buen dinero.
DON PERO (sorprendido)-. ¡¡¡¡¿Más dinero?!!!! Yo prefiero
que se calle la verdad.
DON CARLOS (molesto)-. Pero yo quiero saberlo.
DON PERO (enfático)-. Vayamos a lo seguro…
DON CARLOS (airado)-. No saberlo me da apuro.
DON PERO (tranquilo)-. Pues fácil es comprenderlo.
DON CARLOS (extrañado)-. ¿Comprenderlo?
DON PERO (sereno)-. No saberlo
es la mayor garantía.
DON CARLOS (exigente)-. ¡¡¡Hablad claro como el día!!!
DON PERO (irónico)-. ¡¡¡¡Claro, como el alba clara!!!!
¡¡¡¡La verdad es siempre avara…!!!!
DON CARLOS (seco)-. ¡¡¡¡No soporto la ironía!!!!

Escena V

Llegada de un personaje embozado. Este personaje misterioso se esconde tras su capa y un sombrero grande, sin dejar que los demás vean su rostro, pero se adivina su rango por la calidad de las telas y el buen vestir, que denotan pertenencia a un alto estamento.

DON PERO (irritado)-. ¡Sed, don Carlos, más prudente!
EL PERSONAJE (serio)-. ¡Buenas tardes caballeros!
DON CARLOS (con enojo)-. ¡No encuentro que haya imprudencia!
DON PERO (por lo bajo)-. Es este que, con sombrero,
se esconde y con larga capa.
DON CARLOS (sorprendido)-. ¡¡¡¡¿De modo que es él?!!!!
DON PERO-. Muy cierto.
EL PERSONAJE (serio)-. Hace ya tiempo que vine,
y a vuestras mercedes quiero
dirigirme, pues es justo.
DON PERO (amable)-. Tomad, buen amigo, asiento.
DON CARLOS (cortés)-. Mirad que en la jarra el vino
espera por vos tan fresco.
EL PERSONAJE (despectivo)-. No es el vino lo que quiso
que frecuente estos senderos.
DON CARLOS (serio)-. Hablemos, pues, del encargo.
EL PERSONAJE (decidido)-. No hará menester dineros,
según se os dijo, señores,
porque a los cielos confieso
que es mi razón la venganza,
y es la venganza el acero.
DON CARLOS (intrigado)-. No me han dicho vuestro nombre.
EL PERSONAJE (molesto)-. ¿Para qué queréis saberlo?
DON PERO (temeroso)-. Le dije que no lo hiciera…
EL PERSONAJE (serio)-. Debéis, señor, ser discreto:
no quiero ser conocido,
y no os figuréis que temo
a que venga la justicia.
DON CARLOS (extrañado)-. Pues no es tal lo que yo entiendo:
diréis vuestro nombre, digo.
EL PERSONAJE (colérico)-. ¡¡¡¡¡Medid lo que estáis diciendo!!!!!
Nadie habrá de delataros,
pero debe ser secreto
el motivo que me guía,
porque, siendo mi abolengo
tan alto como su estirpe,
esconder la ofensa debo,
que nadie ha de saber nunca
las palabras que dijeron
esos labios alocados
ni la forma en que me hirieron.
DON PERO (con dudas)-. ¿Y no os hará falta ayuda?
EL PERSONAJE (decidido)-. No más de la que ya tengo.
DON CARLOS (inseguro)-. ¿Sabréis darle muerte, acaso?
EL PERSONAJE (firme)-. Habré de dejarlo muerto.
DON CARLOS (tajante)-. Debéis saber que hay peligro,
puesto que viene en su séquito
gente de mucha valía
que, queriendo defenderlo,
estorbará vuestro ataque.
EL PERSONAJE (decidido)-. No ha de ser impedimento:
él fue quien, con su arrogancia,
con su soberbia y maldad,
mancilló mi dignidad,
nombre de cuna tan rancia;
y, pues era la abundancia
de mi casa gran tesoro,
quiso usurparnos el oro,
la riqueza y el honor,
la nobleza y el valor
que sirvieron con decoro.
Pues es un hombre malvado,
y es que es tal su desvergüenza,
que lamento que me venza
la grandeza de su estado,
que, pues es hombre afamado
y, entre tantos, con poder,
quiero la muerte poner
en ese pecho mezquino
que logró este desatino
en que me pude ofender.
Puesto que vivo sin nada
por culpa de un poderoso,
un hombre cruel y alevoso
que hizo dura su mirada.
Y habrá de poder mi espada,
atravesando su pecho,
darle calma a mi despecho,
su consuelo poder dar
a quien tuvo que llorar
al no asistirle el derecho.
Porque siento que es inmundo
el derecho en esta vida
que se mira, consumida,
en la injusticia del mundo.
Y no dudaré un segundo
en llenarlo con la muerte
que sobre la espada vierte
el veneno vengativo
que me hizo en el mundo esquivo
y en mi pecho se convierte.
Y lo vuestro es otro caso,
pues decís que son razones
que reclaman las naciones,
y en oyéndolo me abraso.
Mas, vayamos paso a paso,
que si su muerte queréis,
os juro que la tendréis
con política y sin ella,
sin importarme la estrella
de lo que aquí defendéis.

Escena VI

Entra un capitán seguido de varios soldados en el mesón, todos con espadas puestas al cinto, gran sonrisa en los labios y actitud de querer beber. La presencia de estos parece molestar al trío de la mesa, que, de pronto, se decide por callarse.

CAPITÁN (a los de la mesa)-. ¡Señores, muy buenas tardes!
SOLDADO 1 (exultante)-. ¡Que sirvan el vino añejo!
SOLDADO 2 (contento)-. ¡No ha de faltar en mi mesa!
SOLDADO 3 (burlesco)-. ¡Seré dichoso con ello!
CAPITÁN (a los de la mesa)-. ¡Venimos de los caminos,
que se hace el camino eterno,
y aquí nos vemos, señores!
¿Y no está aquí el posadero?
DON CARLOS (seco)-. Debe andar por las bodegas.
CAPITÁN (expresivo)-. ¡Pues tengo el gaznate seco!
SOLDADO 1 (risueño)-. ¡¡¡¡Señores, es gran compaña
para beber vino bueno,
en esta mansión famosa,
el capitán!!!!
SOLDADO 2 (alegre)-. ¡¡¡¡Desde luego!!!!
¡¡¡¡Será bien no perder trago,
pues dicen que en los infiernos
no conocen mejor vino,
ni en las alturas del cielo!!!!
SOLDADO 3 (revuelto)-. ¡¡¡¡Pues a beber!!!!
CAPITÁN (impaciente)-. ¡¡¡¡Solo falta
que se acerque el mesonero…!!!!
SOLDADO 3 (alegre)-. Y ha de venir con gran prisa,
que el escudo que defiendo
es, entre tantos blasones,
el mayor de todo el reino,
con su timbre y con su orgullo,
su linaje y su abolengo,
ya que me llena la tripa
y, pagando el mejor sueldo,
me permite tales vicios…
SOLDADO 1 (impaciente)-. Mas falta aquí el mesonero.
EL PERSONAJE (curioso)-. ¿Vais al servicio del rey?
Pues, según estoy oyendo,
guardáis a gente importante…
SOLDADO 1 (orgulloso)-. Somos guardias de su séquito.
DON CARLOS (nervioso)-. De modo que el rey se acerca…
SOLDADO 2 (altivo)-. Se viene, sí, que al sendero
nos mandó con grandes prisas,
para que le adelantemos
su llegada a quienes viven
en esta villa.
DON PERO (satisfecho)-. Comprendo.
Bien hacéis, señor soldado,
que adelantarse es lo bueno,
y él es hombre de raigambre
y os ha de dar gran dinero,
ya que sois honrada gente.
CAPITÁN (extrañado)-. ¿Mas no viene el posadero
y no hay nadie en la posada…?
DON PERO (prudente)-. Dadme licencia un momento
que lo llame.
CAPITÁN (curioso)-. ¿Está en la casa?
DON PERO (a voces)-. ¡¡¡¡Venid presto, mesonero!!!!
SOLDADO 1 (dichoso)-. ¡Será preciso que sirvan,
señores, el mejor vino,
que es el vino lo más dulce
que existe en el señorío!
SOLDADO 2 (animado)-. ¡Media jarra es poca cosa,
que no alegra, en los caminos,
media jarra al que pretende
su salvación peregrino!
CAPITÁN (ufano)-. ¡Yo tengo seco el gaznate!
SOLDADO 1 (serio)-. ¡Yo estoy seco y es preciso
humedecer la garganta…!
SOLDADO 3 (impaciente)-. ¡Debieran servirlo al tiro!
CAPITÁN (más impaciente)-. ¡Pues tarda ya el mesonero!
SOLDADO 2 (asombrado)-. Entonces yo me despido.
CAPITÁN (seco)-. No es momento.
SOLDADO 2 (serio)-. Si no sirven
habré de partir.
CAPITÁN (molesto)-. ¿Y es digno?
Beberemos los demás
lo que no llevas bebido.
SOLADO 3 (irónico)-. Si acaso no tienes cuartos
basta solo con pedirlos,
porque vengo con dineros,
que no me falta el espíritu
de la gente generosa,
si hace falta pagar vino.
SOLDADO 2 (fanfarrón)-. Tampoco es caso de darnos
tanta voz y tantos gritos,
que, con poner cuatro escudos,
digo yo que ya vais listo.
SOLDADO 3 (enfático)-. ¡Mucho son!
SOLDADO 1 (irónico)-. No lo son tanto,
que, si cuatro hemos venido,
a igual parte tocaremos,
pues hay que pagar el vino.
CAPITÁN (impaciente)-. Tarda mucho el mesonero,
que, pues es hombre sencillo,
debiera llegar al punto,
pero yo nunca lo he visto.
SOLDADO 3 (airado)-. ¡Está bien, guarden silencio
y no griten desvaríos,
que traigo aquí los dineros!
No quiero malentendidos.
MESONERO (desde la bodega)-. ¡Qué razón, pues os escucho,
tenéis para tantos gritos,
que se oyen en la bodega
cuando bajo por más vino!
¡Pues con paso desgraciado
he de llegar y adivino
que viene la soldadesca,
que gusta del griterío,
y tratar con esta gente
suele siempre ser conflictos…!

Escena VII

Mientras todos esperan la aparición del mesonero, que habría de llegar con vino suficiente para la nueva clientela, llegan al mesón un caballero y su escudero, ambos vestidos dignamente, según los usos de la época, pero con polvo en los ropajes, de tanto andar caminos.

CABALLERO (picado)-. Acaso vos, buen señor
me parecéis conocido.
EL PERSONAJE (muy serio)-. Tal no es cierto ni lo ha sido.
DON CARLOS (desafiante)-. ¡¡Vamos, haced el favor!!
CABALLERO (curioso)-. ¿Sentís entonces temor
de decirme vuestra gracia?
EL PERSONAJE (furioso)-. ¡Buscaréis vuestra desgracia
con tan torpe proceder!
DON PERO (nervioso)-. ¡¡Si valiente habéis de ser…!!!
CABALLERO (burlesco)-. ¡¡Es tal vez lo que me sacia!!
EL PERSONAJE (irónico)-. Bien pudiera ser que acierte,
para veros bien saciado,
en ser hombre muy calmado
y perdonar vuestra suerte.
Pues otro os daría muerte
en pago a tanta insolencia.
CABALLERO (desenvainando)-. He de decir, en conciencia,
que vos me sois conocido.
EL PERSONAJE (desenvainando)-. ¡¡¡¡Digo que estáis confundido
y agotaréis mi paciencia!!!!
CAPITÁN (altisonante)-. Señores, soy capitán,
y la guerra es cosa mía,
que tengo la sangre fría
y el coraje del volcán.
Os ordeno, por Satán,
que, dejando las espadas,
luzcáis las bocas cerradas
con espíritu prudente.
EL PERSONAJE (envainando)-. Yo lo haré serenamente.
CAPITÁN (al caballero)-. ¡Vos también y aquí no hay nada!
CABALLERO (envainando)-. ¡¡¡Está bien, me he equivocado
y me digo confundido!!!
EL PERSONAJE (risueño)-. ¡¡¡No me doy por ofendido!!!
CAPITÁN (triunfante)-. ¡¡¡Vamos, que ya se ha acabado!!!
ESCUDERO (al caballero)-. ¿Y quién es?
CABALLERO (al escudero)-. Un alocado.
ESCUDERO (al caballero)-. ¿Es seguro?
CABALLERO (al escudero)-. Como os digo.
ESCUDERO (al caballero)-. Pues poca esperanza abrigo
de que se digne a ceder.
CABALLERO (al escudero)-. ¡¡Pues es lo que debe hacer!!
ESCUDERO (al caballero)-. ¡¡No las tengo yo conmigo!!
CABALLERO (nervioso)-. Y no son pocos rumores,
que se dice que asesinos
recorren estos caminos
con ánimos malhechores.
Son, según sé, desertores
que, por ricos contratados,
hacen graves atentados
contra gente de nobleza.
ESCUDERO (asustados)-. Pues me quedo de una pieza
ante esos hombres malvados .
En fin, señor, que no es bien
dejar en nada el asunto,
pues en todo esto barrunto
que no es bueno ese desdén.
Y si estas cosas se ven
en zonas tan apartadas,
acaso evitar celadas
parece lo más prudente,
que miedo tengo a esa gente,
pues son miasmas desalmadas…
CABALLERO (en voz alta)-. Pues detener a un traidor
es cosa tan importante,
atento yo a cada instante,
buscaré al conspirador.
Pues dicen que es el valor
de la soberbia el que mueve
a todo aquel que se atreve
contra el fuego del poder,
y aquí será menester
hacer el caso más breve.
Que dar a un traidor la muerte
cosa es de gran importancia,
si, preludio de abundancia,
me pagan bien, que es la suerte.
Pues siempre en esto se advierte
la dureza de quien sabe
que el poder es cosa grave
y con ello no se juega,
que a dar una muerte llega
a la osadía, si cabe.
Y, porque soy tan osado,
que me puede la osadía,
quiere ya mi bizarría
la liza contra el malvado.
No será descabellado
ganar aquí ese favor
de quien más alto el honor
quiere acaso mantener,
si es que amenaza el poder
la palabra de un traidor.
EL PERSONAJE (a don Pero y don Carlos)-. Debo, señores, partir,
que hay peligro en la posada,
pues es esta gente airada
y nos han de descubrir.
DON PERO (bajo)-. Ir ahora es admitir
que somos conspiradores.
CAPITÁN (curioso)-. Y vos me diréis, señores,
vuestro nombre y apellido.
DON PERO (seco)-. Yo soy don Pero Garrido.
DON CARLOS (seco)-. Yo soy don Carlos de Alcores.
CAPITÁN (impaciente, al personaje)-. ¿Y vuestro nombre, señor?
EL PERSONAJE (mofándose)-. No lo tengo, capitán.
CAPITÁN (airado)-. ¡¡¡Todo el mundo tiene nombre!!!
EL PERSONAJE (desafiante)-. Tiene nombre al que lo dan:
yo, señor, no tengo nombre.
CAPITÁN (irónico)-. ¿Es que no podéis callar?
EL PERSONAJE (serio)-. Si vos queréis, yo me callo.
CAPITÁN (furioso)-. Entonces desenvainad.
EL PERSONAJE (serio)-. ¡¡¡Por cuestiones amorosas
ved que me quiero callar!!!
CABALLERO (gritando)-. ¡No puedo, señores míos,
en nombre de la verdad,
dejar que diga mentira
quien su nombre ha de callar!
CAPITÁN (volviéndose)-. ¿Es que vos lo conocéis?
CABALLERO (serio)-. Os digo que el mismo mal
arde dentro de sus venas,
que piensa solo en matar,
y no respeta linajes.
EL PERSONAJE (serio)-. Soy de sangre principal,
mas no he de decir mi nombre.
CABALLERO (imperante)-. Debierais prenderlo ya,
puesto que sois la justicia.
LOS SOLDADOS (valientes)-. ¡¡Lo que mandéis, capitán!!
Si es que queréis verlo preso,
con él hemos de luchar,
si es que preso no se entrega.
CAPITÁN (exigente)-. Dadme pues la espada ya.
CABALLERO (triunfante)-. Eso es justo, según digo.
CAPITÁN (al caballero)-. Vos también.
CABALLERO (sorprendido)-. ¡¡¡¡Mas, capitán…!!!!
CAPITÁN-. Es lo justo, señor mío,
pues que sabéis acusar,
si a este debo detenerlo,
que conmigo vos vengáis,
que estáis los dos en arresto.
DON PERO-. ¡¡¡Un momento, capitán!!!
Yo os digo que no hay problema,
que nadie quiere hacer mal,
sino este mozo que acusa.
CAPITÁN-. Las espadas quiero ya.
DON PERO (seco)-. Cometéis un error grave.
CAPITÁN (autoritario)-. Nunca hay error, que arrestar
no es dar muerte, y esta gente,
arrestada, explicará
lo que tiene que contarnos,
pues somos autoridad,
sobre quiénes son, qué buscan,
a dó vienen, de dó van,
qué les pasa y por qué luchan.
LOS SOLDADOS-. ¡¡¡Las espadas vengan ya!!!
CABALLERO (airado)-. ¡¡¡¡Sabed, capitán, que sé
que es este un cruel asesino
de quien me dijo un vecino
muchas cosas que os diré!!!!
EL PERSONAJE (colérico)-. ¡Os confundís!
CABALLERO (serio)-. Yo os diré
que es conocido en Sevilla,
donde saben la mancilla
de su madre.
EL PERSONAJE (irritado)-. ¡¡¡¡Mal habláis!!!!
¡¡¡Es preciso que sepáis
Que es la más noble en la villa!!!
CAPITÁN (sagaz)-. ¿Entonces os conocéis?
CABALLERO (serio)-. Lo conozco, y cierto día
me contaron que quería
dar muerte al rey.
EL PERSONAJE (a voces)-. ¡¡¿Callaréis?!!
CAPITÁN (seco)-. Bueno será que calléis,
que habréis de ser escuchado.
CABALLERO (jactancioso)-. Dijo: “Si el rey me ha engendrado
y su bastardo he de ser,
poco me importa tener
que ser por él deshonrado.
Pero a mi madre, que es buena,
dulce mujer, pese a todo,
la hiere, de extraño modo,
ese abuso que envenena.
Y es que de rabia me llena
que el rey, con ser soberano,
ame a las damas, ufano,
para luego abandonarlas,
porque, después de gozarlas,
se hace su amor algo vano.
Porque el rey es hombre cruel
que burla de las mujeres,
y, esquivando sus deberes,
en el amor nunca es fiel.
Yo correré cual lebrel
para buscar mi venganza,
y, puesto que el rey alcanza
a viajar hasta Aranjuez,
será todo de una vez,
si el destino trae bonanza.”
Esto le oyeron decir
ciertas gentes sevillanas,
y en estas tierras lejanas
con él vengo a coincidir.
Luego se puede decir
que, estando el rey tan cercano,
es matar al soberano
la razón que lo ha traído.
EL PERSONAJE (airado)-. ¿Acaso soy un bandido,
un sinvergüenza, un villano?
No es cierto lo que ha contado,
y, de tener el acero,
pudiera con alto esmero
defender que soy honrado.
CAPITÁN (sereno)-. Teneos y estad calmado,
que os puede costar la vida
mostrar el alma encendida
en semejante ocasión,
pues el rey de la nación
ha de estar aquí enseguida.
Y, pues soy el capitán,
esta gente, incluso vos,
seréis presos, vive Dios,
hasta que acabe mi afán.
SOLDADO 1-. Y dura cosa os dirán
ante el rey, vuestro señor,
que suele tener rencor
a la gente traicionera.
SOLDADO 2-. ¡¡No debe tener espera
la ejecución de un traidor!!
DON PERO (a los soldados)-. ¡Pues dadnos la muerte ya,
que este no es juicio que valga!
CAPITÁN-. El rey hacia aquí cabalga
y es él quien os juzgará.
MESONERO (al capitán)-. Estaba temiendo ya
a estas gentes, señor mío,
porque fue un escalofrío
lo que enseguida sentí,
que hablaron de muerte, sí,
y estaban llenos de brío.
Y a pesar de la elegancia
que lucen, contra la ley,
querían matar al rey
por dineros y abundancia.
CABALLERO-. Son los espías de Francia,
según mi impresión abriga.
SOLDADO 3-. Sigue siendo la enemiga
del poderío español,
porque tiene bajo el sol
el fruto de su fatiga.
CAPITÁN (burlesco)-. No hay más que decir, señores,
pues será el rey vuestro juez
y la muerte en Aranjuez
podrá daros sus rigores.
SOLDADO 1 (con odio)-. ¡¡Pagaréis como traidores
ante el odio de la gente!!
SOLDADO 2 (despectivo)-. ¡¡Habréis de morir vilmente!!
CAPITÁN (al personaje)-. Quien ataca a un soberano
igual muere que un villano,
y vos no sois inocente.
EL PERSONAJE (con coraje)-. Sabed que no soy espía
y que nunca fui traidor,
pues soy noble sevillano,
y acaso igualara al sol
mi linaje, si es que os cuento
cuál es mi nombre y quién soy,
para que hagáis alharacas,
pues pongo en esto tesón,
pues que traidor me llamáis,
en igualarme con vos.
Y, sabed que, si bastardo,
orgulloso de ellos estoy,
que en mis venas llevo acaso
sangre de bien y de pro,
porque es la sangre de reyes,
como de rey es la voz
que estas verdades os dice.
CAPITÁN (sorprendido)-. Pues raro es ser un traidor
y mostrarse presuntuoso,
que os lo juro.
SOLDADO 3 (temeroso)-. ¡Vive Dios
que nos prepara una treta!
CAPITÁN-. Eso mismo digo yo,
pero habrá que interrogarlos
a los tres, pues ellos son
los que saben del engaño
con que forjó la traición
quien al rey muerto quería.
DON PERO (asustado)-. Hablo por nosotros dos
y os digo que todo es falso,
pues falsamente acusó
el que habló de esa manera,
que, si nos comprometió,
si nos acerca al cadalso,
ha de pagar ante Dios,
porque somos inocentes.
CAPITÁN-. Pues eso al juez, porque yo
no quiero escuchar lamentos
ni mentiras, que no halló
comprensión el que traiciona
en un noble corazón.
EL PERSONAJE (jactancioso)-. Si el rey ha de preguntarnos,
será linda la ocasión
(aunque la vida me cueste),
de decirle, con valor,
cómo a mis venas su sangre
puedo decir que llegó
y cómo, sin más escrúpulos,
a una mujer engañó
con la maldad de su lengua
y con su escaso valor.
¡¡¡¡La llama Sevilla puta!!!!
CAPITÁN (irónico)-. ¡Puta será!
EL PERSONAJE-. Pero no…
Ella no es puta señores,
que puto es quien mal obró,
dejándola a su abandono.
CAPITÁN (sarcástico)-. ¿Y hay abandono mejor?
Le dejaría dineros
antes de partir.
EL PERSONAJE-. ¡¡¡¡Señor,
era mi madre una niña,
y en la deshonra cayó,
siendo mujer de linaje,
siendo la hija de un señor,
teniendo, como tenía,
gente que bien la sirvió,
como para esperar de nadie
dineros que no pidió
ni la estirpe que tenía
ni el nombre que se le dio,
pues era orgullo y raigambre
aquel nombre, vive Dios!!!!
CAPITÁN (burlesco)-. Eso contadlo al verdugo,
que estáis de la muerte en pos.
Y, buscando vuestra ruina,
habéis patinado.
EL PERSONAJE (digno)-. Yo
me quejo de los engaños
y los abusos que halló
un corazón malherido
en los brazos del amor,
por culpa de un rey putero.
CAPITÁN (dándole un golpe)-. ¡¡¡¡Cerrad la boca, por Dios!!!!
EL PERSONAJE (risueño)-. No habrá de cerrar mi boca
ese leve bofetón
que herir puede, en todo caso,
la carne, mas no el honor.
Al rey lo llamo putero,
que tal es la condición
de quien trata como a putas
a mujeres cuyo honor
sucumbe, en fin, a un monarca.
SOLDADO 2 (seco)-. ¡¡Son palabras de un traidor!!
Nadie hará caso a quien habla
destemplado y sin honor,
lleno de rabia y de furia,
falto de vida y valor.
CAPITÁN (agresivo)-. ¡¡¡Y sabed, amigo, en fin,
lo que os he de decir hoy,
que es que es puta vuestra madre,
si como puta gozó
los placeres de un monarca
cuya sangre tenéis vos!!!
EL PERSONAJE (indignado)-. Sabed vos, el capitán,
que os retorciera la lengua,
pues que queréis hacer mengua
de una mujer.

Escena VIII

Don Beltrán se asoma por la puerta del rústico mesón, haciendo una graciosa reverencia a todos los presentes y luciendo su buen humor.

SOLDADO 2-. ¡¡¡Por Satán,
que aquí viene don Beltrán,
y es que llega con apuro!!!
DON BELTRÁN (entrando)-. ¡¡¡Tened todos por seguro
que, pues es cosa de ley,
llegará a esta villa el rey!!!
CAPITÁN (al personaje)-. Será con vos hombre duro.
EL PERSONAJE (orgulloso)-. No imaginéis que, asustado,
he de llorar a sus pies.
CAPITÁN (jactancioso)-. He de veros del revés,
compungido y humillado.
DON BELTRÁN (al soldado 3)-. Mas ¿qué ocurre aquí, soldado?
SOLDADO 3 (respetuoso)-. Cosas de honor.
DON BELTRÁN (al soldado)-. ¿Cómo ha sido?
SOLDADO 3 (serio)-. Rápidamente ha ocurrido,
yendo a la espada la mano:
por dar muerte al soberano
sabemos bien que han venido.
DON BELTRÁN (asustado)-. ¡¡¡¡¿Qué queréis al rey matar?!!!!
SOLDADO 2-. Parece que son espías…
DON BELTRÁN (más asustado)-. ¡¡¡¡Deben morir!!!!
SOLDADO 3-. ¡¡¡¡Qué agonías
les tocará soportar!!!!
DON CARLOS Y DON PERO (a voces)-. ¡¡¡¡No nos hemos de asustar
ni habéis de infundirnos miedo!!!!
SOLDADO 1 (calmado)-. Rogad a Dios y os concedo
que os ha de dar su perdón.
EL PERSONAJE (insolente)-. ¡¡¡¡Nada temen, con razón,
y también decirlo puedo!!!!
¿Qué he de temer, si la muerte,
que en plena noche despierta,
viene llamando a la puerta
para dar fin a mi suerte?
Y, pues la suerte lo advierte,
y pues hemos de morir,
no es necesario sufrir
por lo que está destinado,
si no es por no haber vengado
de mi madre su sentir.
Que el rey es un rey putero,
y, en llegando a señoríos,
se entretiene en amoríos
como gran aventurero.
Y lleno está el mundo entero
de esas calladas mujeres
que supieron los placeres
del malvado soberano,
que las deja, pues, no en vano,
tiene más altos quehaceres.
Que bastardo me dijeron
cuando ya en la misma cuna
se cifraba mi fortuna,
porque tal nombre me dieron.
Y sabiendo lo que hicieron,
quise yo, con sangre fría,
dar justicia a la porfía,
los caprichos de ese rey
que faltar supo a la ley
para la desdicha mía.
En todo caso, diré
que tengo razón en todo,
y, siendo de cualquier modo,
poco importa: moriré.
Pero no me humillaré
para dar satisfacción
de mi muerte a la nación
más injusta, que, en verdad,
es morir con dignidad
no darles más la razón.
Que no es cosa de dineros
lo trajo a esta aventura
esta crispada locura
ni los ánimos más fieros,
sino los reyes puteros
que ofenden a la mujer
para obtener un placer
tan efímero y mundano
que a quien tienen en la mano
han de hacerla perecer.
Que, dispuesto ya a la muerte,
no tiene miedo mi pecho,
que su lema es el despecho
y ningún temor advierte.
Cúmplase al cabo la suerte
y dadme la muerte ya,
que la vida se me va,
y, pues se me va la vida,
dejo aquí mi despedida.
SOLDADO 2 (sorprendido)-. De su razón fuera está…
EL PERSONAJE-. Y sepa Sevilla entera
que, si soy hijo bastardo,
son los rencores que guardo
la razón para que muera.
Y no es acaso quimera
lo que me llena, pues ved,
que, si vine hasta Aranjuez,
fue por dar muerte y morir,
que poco habré de sufrir
si han de matarme esta vez.
CAPITÁN (irónico)-. Y no dudo que lo harán,
que, a la luz de lo que hacéis,
pronto la muerte hallaréis.
SOLDADO 3 (risueño)-. ¿Los llevamos, capitán?
CAPITÁN (autoritario)-. No, dejadlos donde están,
pues no tenemos prisión.
MESONERO (contento)-. Les servirá de mansión,
si queréis, esta bodega
donde el aire helado llega
por un hueco.
SOLDADO 2 (serio)-. ¡¡¡No hay razón!!!
Los tendremos vigilados.
CAPITÁN (cansado)-. Haced caso al mesonero,
porque ya me desespero
de ver a estos desgraciados.
SOLDADO (burlesco)-. Mientras os veis encerrados,
probaremos del buen vino,
que el cansancio del camino
hace hablar a la barriga,
que suspira, en la fatiga,
comer el manjar más fino.

Escena IX

Los soldados conducen a los prisioneros a la bodega, siguiendo al mesonero, que se cruza con su esposa, que trae vino y pan para el capitán. Estos entablan conversación, mientras ella le sirve el vino en un vaso.

CAPITÁN (cansado)-. Traedme vos, mesonera,
pues es hora de yantar,
buen cordero del que habéis,
y vino con el que dar
descanso a esta sed perversa,
que por estas sendas van
perdidos cien pasos, miles,
porque van quedando atrás,
de la que Aranjuez venimos
con el rey.
MESONERA (respetuosa)-. Vos, capitán,
permaneced bien sentado,
si lo queréis, descansad,
y no temáis más peligros,
puesto que los tienen ya
en la bodega los vuestros
y su culpa han de pagar.
CAPITÁN (presuntuoso)-. Esta vida de aventuras
nos muestra, en cada lugar,
las gentes más variopintas
y las que al acecho están,
pues siempre ha de haber misterio,
buen vino y algún manjar
con que entretener las tripas,
si os he de decir verdad.
Que van tres años en Flandes
y, ya para Portugal,
justo a punto de embarcarme,
de pronto me hacen llamar,
pues el rey a su servicio
me quiere por capitán.
Y han sido muchas mujeres,
y digo que más serán,
las que he gozado en su lecho
de París a Perpiñán,
que esta vida, aunque sin orden,
tiene gracia y es verdad
que es bien vivirla contento,
porque los días se van,
y en llegando a viejo nada
podremos de esto catar.
MESONERA (sirviendo)-. El vino, señor, es bueno,
y os lo dirá el paladar,
que es el mejor de la zona.
CAPITÁN (tras probarlo)-. Puedo jurar que es verdad,
y que este vino es tan bueno
que lo habremos de pagar
por su sabor, ya que es fuerte,
por su buena calidad.
MESONERA (orgullosa)-. De ello sabe mi marido,
que es buen vino, capitán.
CAPITÁN (satisfecho)-. Querrán probarlo mis hombres,
y es preciso que traigáis
más bebida, pues merecen
de sus pasos descansar.
MESONERA (alegre)-. El vino tendréis al punto.
Ahora vengo, capitán…

Escena X

La mesonera desaparece en busca de más vino, sabiendo que los soldados acompañarán al capitán durante la cena. El caballero, a quien le han devuelto su espada, y el escudero se sientan con el capitán.

CABALLERO (prudente) -. Habladnos de vuestra vida,
que sois hombre al que escuchar…
CAPITÁN (dichoso)-. Es la vida del soldado,
que, después de caminar,
siente, lleno de aventura,
el corazón palpitar.
Y no faltan desafíos
donde la galera va,
donde las espumas gimen
si gimen el viento y mar…
CABALLERO (interesado)-. ¿Conocéis muchos lugares
después de tanto luchar?
CAPITÁN (presumido)-. Desde Flandes hasta Italia
mil caminos, si no hay más,
y soy capitán del rey,
pues me dan cargo de tal,
vivo dichoso en el mundo,
sigo el paso con afán,
doy la muerte al enemigo,
lucho y defiendo mi pan…
Ni el diablo sabe enfrentarme,
que bien lo sabré ahuyentar…
Y, pues es fuerte mi espada,
mi coraje puede más
que el de quien quiere dar muerte
a la gente principal.

Escena XI

Pronto se oyen gritos desde abajo, como si, de repente, se liberara un torbellino, porque el personaje misterioso se rebela ante los soldados que lo tienen prisionero.

EL PERSONAJE (alterado)-. ¡¡¡¡Miserables!!!!
LOS SOLDADOS (nerviosos)-. ¡¡¡¡Quieto ahí!!!!
SOLDADO 1 (agitado)-. ¡¡¡¡Que se escapa!!!!
SOLDADO 2 (furioso)-. ¡¡¡¡Ya voy yo!!!!

Pausa.

SOLDADO 3 (firme)-. ¡¡¡¡Sujetadlo!!!!
EL PERSONAJE (rabiado)-. ¡¡¡¡Quietos!!!!
DON PERO (airado)-. ¡¡¡¡No!!!!
EL PERSONAJE (irritadísimo)-. ¡¡¡¡Dejadme!!!!
SOLDADO 1 (autoritario)-. ¡¡¡¡Tenedlo ahí!!!!
SOLDADO 2 (atónito)-. ¡¡¡¡Confusión!!!!
SOLDADO 1 (furioso)-. ¡¡¡¡Jamás lo vi!!!!
EL PERSONAJE (rabioso)-. ¡¡¡¡No podréis!!!!
LOS SOLDADOS (con ánimo)-. ¡¡¡¡Lo lograremos!!!!
SOLDADO 3 (iracundo)-. ¡¡¡¡Dadle fuerte!!!!
SOLDADO 2 (bravo)-. ¡¡¡¡Le daremos!!!!
SOLDADO 3 (tenso)-. ¡¡¡¡Que se suelta!!!!
SOLDADO 1 (corajudo)-. ¡¡¡¡No podrá!!!!
SOLDADO 2 (exaltado)-. ¡¡¡¡Tenedlo, cielos!!!!

Se oye un golpe, después un grito. El personaje misterioso ha sido golpeado duramente y su voz se apaga como si se hubiese desmayado.

SOLDADO 1 (descansando)-. ¡¡¡¡Ya está!!!!

Pausa. Durante unos momentos se escuchan, exhaustos, los suspiros de los tres soldados, a los que les ha costado reducir al misterioso personaje.

SOLDADO 3 (desde abajo)-. Es mejor que lo amarremos:
son sujetos peligrosos
y saben luchar, a fe,
mas yo los amansaré,
pues que son tan belicosos.
DON PERO (desde abajo, acobardado)-. Los ánimos fragorosos
que mostráis son gran crueldad.
SOLDADO 3 (desde abajo)-. He de decir, en verdad,
que tal cosa no comprendo,
pues esto que estoy oyendo
es pura curiosidad.
CAPITÁN (a sus contertulios)-. Decir que este trato es cruel
no es propio de un asesino
que espera así, en el camino,
al rey por vengarse en él.
SOLDADO 2 (desde abajo)-. Y no digáis que sois fiel
a nadie, porque sois vos
el mal que confunda Dios,
pues Dios os dará castigo,
ya que del mal sois amigo,
pues no hay hombre como vos.

Escena XII

Reaparece la mesonera acompañada de su marido. Detrás los siguen los soldados, uno con un buen chinchón y otros con moratones.

CAPITÁN (risueño)-. ¡¡¡¡Menuda la que han formado!!!!
ESCUDERO (sorprendido)-. ¡¡¡¡Desde aquí lo hemos sentido!!!!
MESONERA (asombrada)-. ¡¡¡¡Pues no poca cosa ha sido!!!!
SOLDADO 1 (serio)-. ¡¡¡¡De pronto se hubo escapado!!!!
SOLDADO 3 (satisfecho)-. Mas los hemos amarrado,
porque, sujetos, en fin,
los verá el buen paladín
que mande el rey de mañana,
que es decisión soberana.
CAPITÁN (burlesco)-. ¡¡¡¡Tendrá el buitre su festín!!!!
¿No sabéis quién es acaso?
Digo el verdugo.
CABALLERO (encogido de hombros)-. No sé.
CAPITÁN (contento)-. Mañana os lo enseñaré.

Los dueños del mesón van sirviendo vino a los comensales.

CABALLERO (disimulando la curiosidad)-. Partiré tras el ocaso.
SOLDADO 2 (curioso)-. Yo, por mirarlo, me abraso,
que debe ser hombre cruel.
CAPITÁN (seco)-. Hay algo tremendo en él
que no puedo definir,
que no lo alcanzo a decir.
MESONERO (serio)-. Su mirada es como hiel:
Puede helárseme el aliento
cuando viene por aquí.
MESONERA (extrañada)-. ¿Tú lo conoces?
MESONERO (con empeño)-. ¡¡¡¡Pues sí!!!!
Tiene el rostro ceniciento,
y sus melenas al viento
deja con gana crecer,
que por eso han de creer
los condenados que es cierto
que el espíritu está muerto
cuando van a perecer.
CABALLERO (con desdén)-. Pues poco estimo, señores,
que den muerte a mala gente,
y habré de verme ya ausente
cuando mueran los traidores.
MESONERO (seguro de sí)-. Puesto que son malhechores
me alegrará que los maten.
CAPITÁN (burlesco)-. Pienso que ya se debaten
sus encogidas conciencias.
SOLDADO 3 (alegre)-. Pagarán sus imprudencias.
SOLDADO 1 (prudente)-. Todo es que no se desaten.
CAPITÁN (confiado)-. Eso no ha de suceder.
MESONERO (temeroso)-. Miedo tengo.
SOLDADO 3 (alegre)-. Mesonero,
habéis de entender primero
que nada cabe temer.
Son cobardes.
CAPITÁN-. Es de ver:
no lograrán escapar.
MESONERA (con miedo)-. ¡¡¡¡Si se llegan a soltar…!!!!
CAPITÁN-. No temáis, señora mía,
a esa gente.
SOLDADO 1 (dichoso)-. ¡¡¡¡La osadía
de su afrenta han de pagar!!!!
Y algunos hablan de honor,
pero, aunque de ello me guardo,
ofende cuando un bastardo
quiere decirse mejor.
SOLDADO 3 (risueño)-. Mal hace, si a su señor
ha de matar, con coraje,
por asuntos de linaje
que no tienen más sentido.
SOLDADO 2-. Él esta muerte ha querido,
pues hizo tan largo viaje.
Y, si bien se hace el valiente,
pienso que el miedo lo llena,
pues su suerte lo enajena
cuando esconde lo que siente.
SOLDADO 3-. Dejad que llegue sonriente
el verdugo.
SOLDADO 2-. Así lo espero.
CAPITÁN (alevoso)-. De cuanto se ha dicho infiero
que, pues la vida se acaba,
pedirá gente tan brava
el perdón del rey putero.

TELÓN Y FIN

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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