jueves, 6 de noviembre de 2014

Teatro


José Ramón Muñiz Álvarez
JORNADA SEGUNDA DE “EL CABALLERO VENCIDO O EL
AMOR QUE NO SE ENTREGA
(breve representación
dramática)

ESCENA PRIMERA:
El escudero habla con el mesonero y la vil canalla:

ESCUDERO-. Mi señor se ha deprimido,
pues, saliendo de un amor,
a costa de ser señor,
en otro amor se ha metido.
MESONERO-. Es la dama que ha querido
ser del duque la invitada.
LONGANIZA-. Pensó que es mejor posada
su palacio que el mesón.
MESONERO-. Puedes callarte, bribón,
si no te preguntan nada.

ESCUDERO-. El caso es que mi señor
siempre se mete en mil líos
con absurdos amoríos
que son algo más que amor.
MESONERO-. Pensarlo me da dolor,
que debe perder dinero.
LONGANIZA-. Para tan gran caballero
poco vale lo gastado.
PANDURO-. Yo, que no gasto un ducado,
tales amores no espero.

Mas moda son los amores,
que, entre gentes de nobleza,
impresiona la belleza
de estos tan altos señores.
ESCUDERO-. Del amor son servidores,
y a fe que lo son e vano,
que, si es el duque hombre ufano,
a la dama a quien convida
verá esquiva y encendida
en el desdén más lozano.

Y así, con sabiduría,
quiere acaso mi señor
jugar sus cartas mejor,
que es hombre de nombradía.
Y, usando la escribanía,
me hace entrega de este escrito
en que publica el delito
de sus altos pensamientos,
que son duros sentimientos
para un desdén de granito.

LONGANIZA-. Mala cosa es el amor
para quien cede a su hechizo,
que en su poder se deshizo
la promesa de un favor.
MESONERO-. Y, pues no le doy valor,
no he de admirarme afanado,que, pues soy desamorado,
pues poco placer recibo,
con el amor soy esquivo,
sin ponerme a su mandado.

PANDURO-. Pues sé yo que es más dichoso,
más ameno y más prudente
ver desdichada a la gente
que entretenerlos quejoso.
LONGANIZA-. La miel quiero como el oso,
que no el dolor del osado,y, pues soy desamorado,
pues poco placer recibo,
con el amor soy esquivo,
sin ponerme a su mandado.

MESONERO-. Llora el triste si lo quiere
a costa de un raro alarde,
que vale más ser cobarde,
si el amor nunca lo hiere.
PANDURO-. Dejemos que desespere
la paciencia del forzado,pues, si soy desamorado,
pues poco placer recibo,
con el amor soy esquivo,
sin ponerme a su mandado.

LONGANIZA-. En cambio yo no quisiera
enredarme en los amores,
que el aliento de las flores
amarga la primavera.
MESONERO-. Es el amor una espera
que condena al desgraciado:y, pues soy desamorado,
pues poco placer recibo,
con el amor soy esquivo,
sin ponerme a su mandado.

PANDURO-. Yo no quiero ser sincero
ni mezclarme en amoríos,
porque suelen ser tan fríos
que en el amor desespero.
LONGANIZA-. Como amante nunca quiero,
que mucho ya lo he pensado,y, pues soy desamorado,
pues poco placer recibo,
con el amor soy esquivo,
sin ponerme a su mandado.

ESCUDERO (leyendo en voz alta)-. “Es la maldad de Cupido
la que fuerza esta traición
que desmaya el corazón
que se pierde sin sentido.
Y yazgo yo, que, abatido,
no dejo de lamentarme.
Poco sirve el alejarme
de esas pasiones malditas,
porque a fuego son escritas
si es que llego a enamorarme.

Mas, si al cabo he de morir,
muerto habré de lamentarme
por el gusto de quejarme
del dolor que he de sentir,
porque no quiero vivir
una vida sin sentido,
sabiendo que se ha perdido
por el amor tanto sueño,
que, si de mí no soy dueño,
vivo mi vida rendido.

Y, pues tal destino espero,
poco importa si la vida
corre lenta o va seguida
al destino en que me muero.
Y, si es el amor sincero
y no roba el señorío
de cuanto quiero por mío
con torcer mi triste suerte,
no será la vida muerte
ni será el mundo sombrío:

otro albedrío tal vez
tenga la suerte celosa,
en su juego, caprichosa,
con más gala y sensatez.
Y es que en tan triste estrechez,
soporta la incertidumbre
quien, deslumbrado en la lumbre,
quiere morir por amor,
pues que lo quiere el favor
que del amor es costumbre.

Y es triste que esa dulzura
con el sabor de ambrosía
llene de melancolía
al alma triste y oscura.
Mala imagen se figura
la del amor reflejado,
si con su mal ha bordado
la locura del rigor,
que, a fuerza de ser amor,
es el amor un malvado.

Que es el amor traicionero
con los nobles encendidos
que, por su yugo vencidos,
lloran al amor sincero.
Pero nunca es duradero
el amor, cuando se ofrece.
El dulce pecho enternece
y nos llena de pasión,
porque dicta al corazón
lo que mejor le parece.

Y así, en semejante invento,
sospechando la desgracia,
me regalo a la falacia
que me ofrece el pensamiento,
que, al valorar lo que siento,
es el amor un destino
que, antojándose mezquino,
mal y bien confunde y puede,
que aunque con gracia me enrede,
por sus veredas camino.

Y, como soy desdichado
y la desdicha es oscura,
quiero el amor, la amargura
del más triste enamorado.
Hombre vencido y callado,
hombre callado y vencido,
puedo estar arrepentido
o verme siempre fogoso
al ver en su rostro hermoso
la verdad de su sentido.

Mala cosa es el amor,
que más vale no querer.
El amor de la mujer
cárcel es en su rigor.
Vivo lleno de dolor
en este gran laberinto.
Siempre destroza el instinto,
la voluntad para el bien,
y turbar puede la sien,
pues, como mal, es distinto.

Suspendido en este trance,
bien puedo ser caballero
en el combate más fiero
y el más apurado trance,
pues, como cuenta el romance,
quiere el desdén destrozar
un amor al separar
cielo y tierra, tierra y cielo,
que, cuajando el duro hielo,
siempre el desprecio es un mar”.

LONGANIZA-. Es eso el amor cortés,
forma de retorcimiento
cuyas palabras al viento
dignas son de un gran marqués.
Nada dicen, como ves,
pues que no tiene sentido,
que hablan de amor encendido
y, olvidando lo importante,
usan lenguaje inconstante
y por nadie comprendido.

PANDURO-. Gente parecen corriente,
mas están ya bien viciados,
que los vinos escanciados
no son agua transparente.
LONGANIZA-. -. Es acaso alguien demente
quien se rinde ante el amor,
pero en esto es lo mejor
que lo hacen estando ociosos,
que el amor hacen viciosos
los caprichos del amor.

LONGANIZA-. Que, para amar a una dama,
no es preciso hablar del día
como quien la hechicería
de sus conjuros declama.
PANDURO-. Así como el ciervo brama,
brama también la nobleza,
que, con gesto de dureza,
ama blanduras y amores
con los humosos licores
que adormecen su destreza:

no son valientes guerreros,
sino ricos engordados
que empobrecen sus estados
con amores traicioneros.
Beben los vinos groseros
como la cosa más fina,
y, con audacia mezquina,
sabe el mesonero sabio
arrancarles, sin agravio
el oro y la plata fina.

ESCUDERO-. El caso está en conseguir
hacer que llegue el mensaje,
por mediación de algún paje,
a quien lo ha de recibir.
PANDURO-. No me atrevo yo a servir
en caso tan peligroso,
que es el duque rencoroso
y gusta de castigar.
ESCUDERO-. Dispuesto estoy a pagar.
LONGANIZA-. Es arriesgado y costoso.

¿Por qué quién al duque irá
con ropajes semejantes?
Que sin telas elegantes
jamás nos recibirá.
MESONERO-. Esa locura se está
gestando son gran talento.
ESCUDERO-. ¿Tendréis vos atrevimiento
a llegar hasta el palacio?
MESONERO-. Hombre de bien, voy despacio,
que no soy tan avariento.

Pues vale más el pellejo
que medio maravedí.
ESCUDERO-. Longaniza, tu puedes, di,
que se ofrece vino viejo.
LONGANIZA-. Si el pensamiento despejo,
he de decir que el temor
puede más que ese licor
que se ofrece a mi gaznate.
PANDURO-. Me parece un disparate
visitar a ese señor.
ESCENA SEGUNDA:
Llega un ciego acompañado de su lazarillo.

ESCUDERO-. Esta gente forastera
suele amar de la aventura,
y suele mostrar bravura,
pues su sangre es pendenciera.
PANDURO-. Solo es un ciego que espera
ejercer la clerecía,
que dirá que cada día
necesita comer pan.
MESONERO-. Los dos de la mano van
como buena compañía.
El ciego empieza a cantar, acompañándose de un rabel o instrumento semejante.

CIEGO-. Malherido el pecho siente
quien tales amores mira,
y, si al mirarlos respira,
de respirar se resiente.
LAZARILLO-. Que es el amor la serpiente
que sabe el juego enredar,
porque sabiendo flechar
al noble y al caballero,se hace Cupido flechero
en el arte de matar.

CIEGO-. Y, pues este jovenzuelo
tiene el nombre del amor,
causará solo dolor
en la tierra y en el cielo.
LAZARILLO-. Que es tremendo desconsuelo
prevenirse y lamentar,
que, si sabe enamorar
con punta de duro acero,se hace Cupido flechero
en el arte de matar.

CIEGO-. Y no parece dichoso
ser la víctima doliente
de ese muchacho valiente
que se muestra quejumbroso.
LAZARILLO-. Siente el pecho doloroso
quien se resigna en su altar,
y, sin saber perdonar
un pensamiento tan fiero,se hace Cupido flechero
en el arte de matar.

CIEGO-. Desdichado el campesino,
desdichado su señor,
cuando sirven al amor,
que es soberano mezquino.
LAZARILLO-. Pues ese triste camino
lo tendrán que caminar
con el lento lamentar
que condena el mundo entero,cuando Cupido es flechero
en el arte de matar.

CIEGO-. Triste dolor es por tanto
y febril melancolía
la noche pasar y el día
soportando tal espanto.
LAZARILLO-. Tiene dureza de amianto,
y es que sabe castigar
a quien no quiere adorar
sus pies con afán sincero,si es ya Cupido flechero
en el arte de matar.

CIEGO-. Hiere con su dardo ardiente
el amor más atrevido,
porque, ya el juicio perdido,
es, a la par, imprudente.
LAZARILLO-. Yo, que siempre soy consciente
de su falta de nobleza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.

CIEGO-. Que sabe herir, orgulloso,
y, con la punta afilada,
cada flecha envenenada
torna a romper mi reposo.
LAZARILLO-. Yo, que siempre fui juicioso
de corazón y cabeza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.
Mientras canta el ciego, el lazarillo pasa una escudilla para cobrar la dádiva. Solamente el mesonero y el caballero le echan unas monedas.

CIEGO-. Lanza sus furias y enojos
ese niño que desnudo
teje el amor, pero mudo,
pero visible a los ojos.
LAZARILLO-. Yo, que todo soy antojos
de su locura y firmeza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.

CIEGO-. Que, si se da a la crueldad,
pues es cruel en demasía,
viendo despuntar el día,
mezcla el bien y la maldad.
LAZARILLO-. Y yo, que, con dignidad,
sigo la senda que empieza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.

CIEGO-. Torna el ánimo en la nada
el amor con ser tan tierno,
que, llegado ya el invierno,
brota tarde a la alborada.
LAZARILLO-. Yo, que admiro en la nevada
la verdad de su certeza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.

CIEGO-. Que, si siempre fue risueño,
no por ello es más clemente,
y, con el rostro inocente,
hace en el alma su empeño.
LAZARILLO-. Yo, que lo advierto pequeño
mas ya sé su sutileza,siento que alegre bosteza
lo que despierta el engaño
que será causa del daño
que me hiera con dureza.
Pausa. El mesonero da al lazarillo y al ciego una jarra de vino y se sientan en una de las mesas. Se hace un profundo silencio. Cantan ahora los mendigos:

ESCUDERO-. Si queréis buena soldada,
escuchadme bien los dos.
LAZARILLO-. Decidnos ya, vive Dios,
que la queremos doblada.
ESCUDERO-. Pensad que es cosa arriesgada,
pero que os dará dinero.
CIEGO-. ¿Quién sois vos?
LAZARILLO-. Es escudero,
y lo que viene a ofrecer
es cosa de padecer
a la luz de lo que infiero.

CIEGO-. Ciego soy y no podría
superar ese trasiego,
pues como veis, siendo ciego,
no sé de la luz del día.
LAZARILLO-. Pero trovaros podría
y cantaros mil cantares
de la sirena en los mares
y del guerrero en la tierra,
de las guerras de Inglaterra
y mil cosas singulares.

PANDURO-. Si se trata de cantar,
nosotros también sabemos,
y hace falta que yantemos
si lo pide el paladar.
ESCUDERO-. Por una carta entregar
ganaríais treinta escudos.
CIEGO-. Podemos quedarnos mudos
con cantidad semejante,
mas es la cosa inquietante
y somos bastante agudos:

si nos dais ese dinero,
debe ser cosa arriesgada.
ESCUDERO-. Una dama enamorada
en manos de un embustero.
LAZARILLO-. ¿Será algún arcabucero
de los que son agresivos?
ESCUDERO-. Pues sí que salís esquivos.
Es un noble.
CIEGO-. Mala cosa.
Diré que imagino ociosa
tal empresa, estando vivos.

Con trovar bellas canciones
nos dan pan de buena hogaza
donde el hambre no amenaza
y buen vino en sus jarrones.
No somos de esos matones
que acechan en cada esquina.
LAZARILLO-. En la bodega vecina
ya hemos alegres comido.
CIEGO-. Un verso es puro sonido.
y produce gran propina.
ESCENA TERCERA:
Llega el caballero, lamentando su tristeza:

CABALLERO-. ¿Has encontrado, al final,
alguien que lleve la carta,
o es que quieres que me parta
en la mansión infernal?
ESCUDERO-. Esta ocasión no es venial,
pero, al cabo, en el intento,
o no saben lo que cuento
o no quieren entender.
CABALLERO-. Pues a fuerza se ha de hacer,
aunque empeñando el aliento.

ESCUDERO-. Pues que estáis enamorado,
que se os ciega la razón,
hablaré del corazón
sin mostrarme interesado:
porque Cupido es malvado
y, apelando a la piedad,quiero solo la bondad,
pero no su sufrimiento,
que, con este pensamiento,
hallo la paz en verdad.

Y, pues saben los amores
lo que es locura inconstante,
huyo el amor delirante,
sus caprichos y rigores,
y, ni son buenos favores
ni dan la felicidad,quiero solo la bondad,
pero no su sufrimiento,
que, con este pensamiento,
hallo la paz en verdad.

De modo que por mendigo
tengo yo al niño embustero,
y, pues siendo yo escudero,
huyo de ser si testigo,
que la esperanza es abrigo
de un dolor sin dignidad,y quiero yo la bondad,
pero no su sufrimiento,
que, con este pensamiento,
hallo la paz en verdad.

De esta manera decido
no entregarme a sus pasiones,
que, si pierde corazones,
no tendrá el mío Cupido,
y, sin verme arrepentido,
pido yo por caridad,que me otorgue la bondad,
pero no su sufrimiento,
que, con este pensamiento,
hallo la paz en verdad.

Por eso quiero yo esquivo
alejarme del amor,
porque su gracia es dolor,
y no es el bien que recibo.
Por esa razón describo
esta tremenda maldad,que yo quiero la bondad,
pero no su sufrimiento,
que, con este pensamiento,
hallo la paz en verdad.

Doblo la suma indicada
para el que quiera dineros.
LAZARILLO-. Quisiera feliz haceros
y no es poca la soldada,
mas es que es esa embajada
una cosa peligrosa.
CABALLERO-. Pues se os pide poca cosa
por el dinero que dan.
CIEGO-. Nos basta con vino y pan,
que no hay cosa más sabrosa.

Es el amor la maldad
y es su flecha la traición
para el pobre corazón
que le entrega la lealtad.
ESCUDERO-. Y, sin tener dignidad,
mostrando actitud dañina,con esa flecha mezquina
con que suele disparar,
lleva el amor a su altar
al que su luz imagina.

CABALLERO-. Es, en verdad, el amor
una dura puñalada
para el alma enamorada
que le entrega su dolor.
ESCUDERO-. Raro caso es el amor,
que, si es venenosa espina,con esa flecha mezquina
con que suele disparar,
lleva el amor a su altar
al que su luz imagina.

CABALLERO -. Pero quien tiene linaje
ha de amar en demasía,
y, si es la dama más fría,
sufrirá más su coraje.
Como un helado paisaje
que la pasión adivina,con esa flecha mezquina
con que suele disparar,
lleva el amor a su altar
al que su luz imagina.

ESCUDERO-. Viendo yo vuestras pasiones
me alegro de ser plebeyo,
que ese torcido destello
rompe nobles corazones.
CABALLERO-. No son claras intenciones,
cuando, mostrando su inquina, con esa flecha mezquina
con que suele disparar,
lleva el amor a su altar
al que su luz imagina.

ESCUDERO-. Dichoso yo que no quiero,
dichoso yo, que no afano,
dichoso yo que, temprano,
gasto en vino mi dinero,
que, con ser un escudero,
soy el señor de mí mismo,
lejos siempre de ese abismo
que toda la vida mata,
con colores de oro y plata,
pero que es vil ostracismo.

CIEGO-. Mira bien, que, aunque soy ciego,
por una mujer hermosa,
todo en el alma reposa
y la dicha se hace ruego.
Que esta noche en que navego
pueden ser acaso cien,
que nada mis ojos ven,
pero saben de hermosura.
LAZARILLO-. No me parece locura,
que hay ciegos que ven muy bien.

CABALLERO-. Y en su mirar insolente
mata al más enamorado,
que puede un mirar helado
ser el mirar más hiriente.
Sabe beber de la fuente
con la mayor sutileza.No conozco más belleza
que los ojos encendidos
cuyos brillos presumidos
hieren con rara dureza.

ESCUDERO-. De modo que llora el triste
que, sabiéndose en sus manos,
ama unos ojos lejanos,
si es que el ánimo resiste.
Y, pues el amor insiste,
mezquindad es su nobleza.No conozco más belleza
que los ojos encendidos
cuyos brillos presumidos
hieren con rara dureza.

CABALLERO-. Tiene el amor tanto fuego,
tanta fuerza en su valor,
que me abrasa su color,
ignorante de mi ruego.
Y es este mar que navego
el desdén de su firmeza:no conozco más belleza
que los ojos encendidos
cuyos brillos presumidos
hieren con rara dureza.

ESCUDERO-. Sabe el amor confundir
a quien esta vida quiere
por el amor que prefiere,
si es ya preciso morir.
Y es tan alto este sufrir
que arranca mi fortaleza.No conozco más belleza
que los ojos encendidos
cuyos brillos presumidos
hieren con rara dureza.

CABALLERO-. Y ella sabe que me mata
cuando muestra la hermosura
que en su mirada se apura
y el cristalino delata.
Y si el alba la retrata,
miente al calar su fiereza.No conozco más belleza
que los ojos encendidos
cuyos brillos presumidos
hieren con rara dureza.

CIEGO-. Miente el amor al decir
de sí mismo que es hermoso,
pues, si es duro, es enojoso,
y, si es cruel, triste es vivir.
LAZARILLO-. Pero, pues sabe fingir,
nos engaña en la andadura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

CIEGO-. Y, como al ser mentiroso,
nadie quiere ya escucharlo,
su modo de pregonarlo
es fingir que es más hermoso.
LAZARILLO-. Pero nos roba el reposo
y, en secreto, nos apura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

LONGANIZA-. Que del pecho que delira
siempre nace falsedad,
y tal es su mezquindad
que hace verdad la mentira.
CIEGO-. Bien lo sabe el que suspira
bajo una pena tan dura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

PANDURO-. De esta manera os diría
con un muy cumplido afán
que sus molestias se van
con pasar tan solo un día.
CIEGO-. Mas es necio en la porfía
y siempre aguantar procura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

PANDURO-. Y es así que los temores
tienen muy bien advertido
a quien su yugo ha sufrido,
su dureza y sus rigores.
LAZARILLO-. Que, llorando a los albores,
se espera la noche oscura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

CIEGO-. Por esa razón os digo
que no es amar buen consejo,
y esta experiencia que os dejo
rubrico como testigo.
LAZARILLO-. De tal jamás me desdigo,
faltando ya la bravura,porque parece locura
regalarse a tal exceso,
siendo Cupido travieso
en la misma sepultura.

TELÓN

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

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