Eine Geburstag Sonnet
Für unser geliebte Erich
El beso del granizo que la helada
esparce por los prados se apresura,
que viene de los cielos, de la altura
que el llanto ve del sol a la alborada.
Su luz vive febril y arrinconada
en horizontes tristes donde, pura,
mantiene su prisión la noche oscura
que la mañana advierte derrotada.
Por fin se ve ese sol frágil de enero
que admira aun Erich joven y valiente,
si en su ventana espera el nuevo día.
Un brillo solamente y un lucero
sospechan ese brillo incandescente
que cede con fatal melancolía.
2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
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