“Arqueros
del alba”
Para
María Dolores Menéndez López
Soneto
IV
No oiréis correr de nuevo el arroyuelo
Que,
alegre, se lanzaba a su caída,
Ni
al dulce ruiseñor, cuya venida
La
bóveda alumbró del alto cielo.
Dolores era hermosa como el vuelo
Que
alcanza las antorchas de la vida,
Luciente
como el alba que, encendida,
Cuajaba
en sus cabellos el deshielo.
Mi espíritu poblaron las malezas
Dejándome
en las sombras misteriosas
Que
llenan hoy mis versos de tristezas.
Sus ojos son estrellas luminosas,
Sus
luces, altas torres, fortalezas,
Alegres
sus sonrisas perezosas.
2005
© José Ramón Muñiz Álvarez
“Las
campanas de la muerte”
Primera
parte: "Los arqueros del alba"
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