“Arqueros
del alba”
Para
María Dolores Menéndez López
Soneto
I
El viento helado que rozó el cabello,
Llenándolo
de escarcha y de blancura,
No
osó matar su hechizo, su ternura,
Sus
luces, sus bellezas, su destello:
Manchado de granizo fue más bello,
Más
puro que la nieve cuando, pura,
Desciende
de los cielos, de la altura,
Tan
diáfano que el sol luce en su cuello.
Hiriéronla los años, la carrera,
El
rápido correr hacia el vacío,
Mas
no perdió la luz de su alegría.
Sus risas, floración de primavera,
Fluyeron
como, rápida en el río,
El
agua en su correr, helada y fría.
Soneto
II
Un ángel vi de niño en la mirada
De
aquella anciana dulce y cariñosa,
Más
bella que la aurora perezosa
Cuando
apagó su voz de madrugada.
En su cabello blanco la nevada
Hirió
el color luciente de la rosa,
Y el
pardo de sus ojos hizo hermosa
De
su mirar la luz, alma hechizada.
De niño vi en su rostro la dulzura
De
aquella vieja a la que, agradecido,
Besaba
con amor en la mejilla.
Su voz hablaba llena de ternura,
Amable
siempre, en tono suspendido,
Mostrando,
con amor, su alma sencilla.
2005
© José Ramón Muñiz Álvarez
“Las
campanas de la muerte”
Primera
parte: "Los arqueros del alba"
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