miércoles, 3 de abril de 2013

Peña Furada de Candás


Arqueros del alba
 
Para María de los Dolores Menéndez López
 
Soneto XXII
 
            Recuerdo tu mirar, que, perezoso,
A veces quejumbroso de la vida,
Los párpados cerraba, si, dormida,
Buscabas un descanso más gozoso.
            Sentada en la butaca, con reposo,
Solías ver las horas, su partida,
Corriendo a la aventura, y, aburrida,
Salvabas un bostezo generoso.
            El sueño era en tus carnes un consuelo
Que siempre tus plegarias suplicaron
Aquellas tardes grises y otoñales.
            Soñabas, y tus sueños eran cielo,
Descanso a los dolores que segaron
Sonrisas, otras veces, con sus males.
 
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"
Todos los derechos reservados por el autor.

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