“Arqueros del alba”
Para María de los Dolores Menéndez
López
Soneto XX
Fue el fruto silencioso del
manzano
De aquel color, al tiempo que
dormía,
La luz que despertó la brisa fría
De aquel diciembre gris pero lozano.
La luz del sol nacía en lo
lejano
Y el verde de los mares presumía
De verse tan hermoso, pues el día,
Madrugador, alzóse aún más temprano.
La lumbre se apagaba en tu
mirada,
Rendida ya a la sombra, que, al
acecho,
Borrar quiso su hoguera resignada.
Así calló tu voz, cedió tu
pecho,
Dejó de respirar y, derrotada,
Un féretro de rosas fue tu lecho.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del
alba"
Todos los derechos reservados por el
autor.
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