miércoles, 3 de abril de 2013

Peña Furada de Candás


Arqueros del alba
 
Para María Dolores Menéndez López
 
Soneto XIV
 
           La sombra que borró su rostro bello
Volviéndolo cenizas en la nada
Negar quiere mi voz, cuando, callada,
Se rinde al alumbrarla en un destello.
           La nieve que fue antorcha en su cabello
Haciéndolo más claro, a la alborada,
Recuerdo pudo ser, donde, apagada,
Revive, al recordarla en todo aquello.
           Hirió su voz sin lucha el sinsentido
Que arranca de los pechos el aliento
Que ceden, quejumbrosos, su sonido.
           La muerte arrebató su sentimiento,
Y el hielo sus rosales hizo olvido,
Hiriéndola con fuerza el raudo viento.
 
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"
Todos los derechos reservados por el autor.

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