“Arqueros del alba”
Para María de los Dolores Menéndez
López
Soneto XVI
La espuma que rizaba tu
cabeza
Manchaba los cabellos blanquecinos,
Hermosos como mares coralinos
Que dejan en la costa su pereza.
Tu rostro fue bandera de
nobleza,
Los ojos vivarachos, peregrinos,
Atentos a los brillos cristalinos
Del aire que enseñaba su pureza.
Halló en tu pecho un rico
posadero
La luz de tu cariño y tu ternura,
Nacida de tu voz, raro lucero.
Jamás bebió tu voz de la
amargura
Ni el brillo ardió en tus ojos sin
esmero,
Mas tu cabello heló la nieve pura.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del
alba"
Todos los derechos reservados por el
autor.
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