miércoles, 24 de abril de 2013

Soneto para F. Petrovich

Para Federico Petrovich

              La magia de una hermosa sinfonía
que el mundo ve perplejo y admirado,
nos llega a conmover, y en ese estado,
el ímpetu nos llena y la alegría.
               A veces sabe a paz, mas es sombría
en otras ocasiones, y, callado,
parece que musita y acallado
se esconde el arroyuelo entre la umbría.
               A veces se adivina la tormenta,
timbales y violines que se agitan
como un torrente fuerte y tumultuoso.
              La música se siente más violenta
y como Ludwig sabe que tiritan
las cuerdas con su brillo más fogoso.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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