martes, 29 de abril de 2014

Dios ha muerto



 
¿QUÉ QUIERE DECIR QUE DIOS HA MUERTO?

             La idea de la muerte de Dios tiene un carácter metafórico, como es obvio, al referirse más al abandono de la fe por parte de las diversas épocas históricas que a la muerte de Dios en un sentido biológico, puesto que Dios es visto como un concepto y no como un ente que pueda morir. Sin embargo existe una filosofía que dice que Dios ha muerto. En palabras de Nietzsche, que fue el que más popularizó esta imagen, “todos lo hemos matado”, con lo que se subraya el hecho de que aquella sociedad geocéntrica y medieval quedó atrás, vencida por el Renacimiento, por el escepticismo religioso y anticlerical del espíritu dieciochesco, y, ya en el XIX, desterrado por el darwinismo. Y una sociedad que se queda sin Dios es una sociedad en la que se avecina un profundo cambio moral.
            Dios ha muerto, de modo que el hombre es más libre que antes, no está sometido a mandamientos y puede desnudar su mente de los prejuicios que antes lo condicionaban. Pero Dios deja un vacío, y ese vacío tiene que ser superado por el valor del hombre superior, capaz de crear nuevos valores que vengan a sustituir lo que ha quedado atrás, abandonado como viejo. Estos valores son algo que está por determinar, algo que inaugura una nueva época de libertad, pero una libertad conquistada a base de nihilismo. El nihilismo es la aclaración de la vacuidad que está detrás de esos principios más ensalzados y tenidos como más sagrados que han de quedar atrás desde ahora. La de Dios es una muerte trágica y es también una muerte positiva con la que se acaba el candor de antaño.
                La muerte de Dios es una época de mayor plenitud en el desarrollo humano, más maduro que antes.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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