viernes, 4 de diciembre de 2015

El Cuélebre de Pablo Queipo

El sol alumbra el mundo con sus llamas,
mostrando, con su ardor, sus altos bríos,
que eleva los más altos desafíos
filtrando sus colores por las ramas.

El Cuélebre retuerce sus escamas
igual que el agua fresca de los ríos,
si baña los callados señoríos
que saben de la siesta de las damas.

Y vuelven a ser bellos los salones
que sienten el sonido desatado,
lugares consagrados a la danza.

El genio toma ya los corazones,
la música es un áspid despiadado
y al débil corazón con fuerza alcanza.



 2015 © José Ramón Muñiz Álvarez

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