viernes, 4 de mayo de 2012

LAS MALDADES DEL AMOR

Letrilla del ciego amor

Dicen bien los cortesanos
que la maldad de Cupido
es que es ciego resentido
con delirios soberanos.
Un arco sobre sus manos
y dispuesta la ballesta,
con su dura flecha asesta
las maldades del amor.

Y, dado que está vendado,
con el ánimo más duro,
infunde el amor más puro
a quien llora desdeñado.
Es un muchacho malvado
cuya locura molesta,
si con dura flecha asesta
las maldades del amor.

Nunca duerme ni descansa,
y dispara, traicionero,
sus puntas de rudo acero
a la inocencia más mansa.
Donde el agua se remansa
y suspira la floresta,
con su dura flecha asesta
las maldades del amor.

Por eso quien es prudente,
confesándose cobarde,
huye al amor cada tarde,
cada mañana luciente.
Nunca sus brillos consiente
quien teme dura respuesta,
si con dura flecha asesta
las maldades del amor.

Viendo ya cada suceso,
he de ser desamorado
de ver al desventurado
que más caro paga un beso.
Pues este niño travieso
a raro licor apesta,
si con dura flecha asesta
las maldades del amor.

Que no hay para qué desdenes,
que no hay para qué lamentos,
si quieren los firmamentos
dar al alma mil vaivenes.
Quebraderos en las sienes
esta pasión jamás resta,
si con dura flecha asesta
las maldades del amor.


2005 © José Ramón Muñiz Álvarez

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