jueves, 24 de mayo de 2012

LOS PIRATAS DEL CARIBE

José Ramón Muñiz Álvarez
“LOS PIRATAS DEL CARIBE” O “EL BAJEL AMENAZADO”
(composición  representable de carácter
breve y de temática
marina)


NARRADOR-. El bello brillo bermejo
apareció, incandescente,
mientras un mar, impaciente,
se bañaba en oro viejo.
Y quiso el raudo reflejo
de aquella aurora de plata,
que viera el barco pirata
otra nave, otro navío,
que navegaba con brío
donde el viento se desata.

Era un hermoso navío
del virrey de Nueva España,
que empujaba, sin gran saña,
al correr, el viento frío.
La vela hinchaba con brío
al nacer la aurora vana.
Por eso aquella mañana
que trajo la brisa fría
la voz oyó del vigía,
que gritando se devana.

VIGÍA-. ¡Capitán, barco a la vista!
¡Tiene la enseña del rey!
CAPITÁN-. ¡La goleta del virrey
es lo que lejos se avista!
VIGÍA-.¡No es necedad quimerista
lo que acabamos de ver!
PIRATA-. ¡Pues no hay tiempo que perder,
que se ofrece un buen botín!
TIMONEL-. ¡Iremos por él, al fin,
que lo habrá que sorprender!

CAPITÁN-. ¡De nuevo corren los vientos!
¡Largad la vela mayor!
VIGÍA-. ¡Hay que virar a estribor
y estar siempre bien atentos!
CORSARIO-. ¡Yo, con los labios sedientos,
cansado estoy de este viaje!
GRUMETE-. ¡Por fin digo, con coraje,
que tendremos mejor suerte!
PIRATA-. ¡No le temáis a la muerte
y vamos al abordaje!

TIMONEL-. ¡Preparad bien los cañones
y desplegad ya las velas!
CORSARIO-. ¡Por qué causa te recelas!
¡No eres de los bravucones!
BORRACHO-. ¡Adelante! ¡Las naciones
temerán nuestra bravura!
VIGÍA-. ¡Mirad cómo se apresura
el miserable bajel!
PIRATA-. ¡No ha de escaparse, a por él,
que ese ya es presa segura!

BORRACHO-. ¡Ese buque está perdido,
de modo que a darle caza!
CORSARIO-. ¡Somos del mar la amenaza
que jamás se ha conocido!
GRUMETE-. ¡Con el enojo encendido,
quiero sangre esta mañana!
COCINERO-. ¡Ese palo de mesana,
que no quiero yo escorarme!
PIRATA-. ¡Venga, dejad de gritarme,
que hoy de lucha tengo gana!

CORSARIO-. ¡No haremos hoy prisioneros,
que hacerlos es algo vano!
PIRATA-. ¡Les sacaré con mi mano
todo el oro y sus dineros!
TIMONEL-. ¡Adelante, bucaneros,
a la caza del tesoro!
GRUMETE-. ¡Es buen barco y mejor oro
el que podemos ganar!
VIGÍA-. ¡Los tenemos que abordar,
y coger al comodoro!

NARRADOR-. La luz de la aurora bella
daba rienda al nuevo día,
que ya la noche sombría
murmuraba su querella.
Y, al morir, la última estrella
se borraba por la altura,
que la sombra más oscura
se diluyó, ola con ola,
donde la nave española
vio el peligro que la apura.

Y en ésta dos oficiales,
contemplando la alborada,
miraban la luz dorada
de los brillos matinales;
mas los fuegos celestiales
del prodigioso lucero
aquel barco bucanero
descubrieron en el mar,
que, al quererlos abordar,
se acercaba pendenciero.

OFICIAL 1-. Siempre son bellos los mares,
si se respira esta paz…
OFICIAL 2-. Mas dura es la tempestad
en tan extraños lugares…
COMODORO-. El destino y sus azares,
cosa que no se concibe…
MARINERO 1-. El destino siempre escribe
a su gusto y su capricho.
MARINERO 2-. Es lo que siempre se ha dicho
en los mares del Caribe.

OFICIAL 2-. Mas ya amanece y el cielo
nos enseña su belleza.
COMODORO-. Otro día al fin empieza
y el sol brinda su consuelo.
MARINERO 1-. La gaviota, con su vuelo,
sabe buscar bien la tierra.
MARINERO 2-. ¿Es ese un buque de guerra
que se divisa a lo lejos?
OFICIAL 1-. ¡Eso, entre raros reflejos,
son piratas de Inglaterra…!

COMODORO-. ¡Ahora me asalta la duda
de si es un barco pirata!
OFICIAL 1-. ¡Quieren robarnos la plata,
si es que el diablo los ayuda!
OFICIAL 2-. Pues la inteligencia aguda
debe sacarnos del trance.
MARINERO 2-. ¡Aquí tendremos un lance,
de no escapar con gran prisa!
MARINERO 1-. Esta brisa nos avisa
de que tendremos percance.

OFICIAL 1-. ¡Prepararse es necesario,
que acaba de amanecer!
MARINERO 1 -. ¡No es correcto enmudecer,
que ese es un barco corsario!
MARINERO 2-. ¡Un valor extraordinario
es enfrentarse a esta gente!
OFICIAL 2-. ¿Tenemos que hacerles frente?
Escapar es más sencillo.
COMODORO-. ¡Id de la popa al castillo…!
¡Navegad contra corriente!

MARINERO 1-. ¡¡Es suicidio el combatir,
que no compensa luchar!!
MARINERO 2-. ¡Si solo quieren robar,
nos podríamos rendir!
COMODORO-. ¡Lo que acabáis de decir
daremos por no escuchado!
OFICIAL 1-. ¡Todo ha de estar preparado
para cuando luzca el sol!
OFICIAL 2-. ¡Por el Imperio Español
moriremos de buen grado!

NARRADOR-. De modo que la mañana,
con sus luces y sus brillos,
elevando sus castillos
sobre el palo de mesana,
descubrió, de buena gana,
con el resplandor del día
aquella piratería
que, celosa del botín,
forzaba su bergantín
con orgullo y osadía.

GRUMETE-. ¡Tendrán cena suculenta
barracudas y marrajos!
VIGÍA-. ¡Tendrán buenos agasajos
y una pitanza sangrienta!
PIRATA-. ¿Se nos escapa? ¿Qué intenta,
que parece que ha virado?
TIMONEL-. ¡Que se rinde, acobardado,
por temor a este combate!
CORSARIO-. ¡Con las olas se debate,
sabiendo que hemos ganado!

CAPITÁN-. ¡Quieren luchar, son valientes,
que se acercan combativos…!
¡Mas nosotros, agresivos,
podremos con esas gentes!
¡No temáis, pues, inocentes,
al enfrentar la batalla,
se acercan a esta canalla
de piratas sin igual,
que les darán mal final,
delante de aquella playa!

COCINERO-. ¡Un barco español parece,
por mis barbas de pirata!
BORRACHO-. ¡Vendrá cargado de plata,
que es botín que me apetece!
COCINERO-. ¡Oro, tal vez, pues parece
que ese barco es de realeza!
BORRACHO-. ¡Yo pienso que con torpeza
buscan por donde escapar!
COCINERO-. ¡Esa gente ha de pagar
en oro, pieza por pieza!

BORRACHO-. Hemos siempre de imponer
en el mar nuestro derecho.
COCINERO-. Los piratas, al acecho,
buscan botín con placer.
CORSARIO-. Bien sabéis qué se ha de hacer
con el botín capturado.
GRUMETE-. ¡Pues vamos a lo mandado,
que solo queda luchar!
VIGÍA-. ¡Más bravura hay en el mar
que en el suelo conquistado…!

NARRADOR-. Y el viejo barco orgulloso,
que con orgullo enarbola
la vieja enseña española,
se acercaba, valeroso.
Mas, dejando su reposo,
sabiendo lo que ocurría,
llegó, con gran bizarría,
la sobrina del virrey,
quien, apelando a la ley,
sus razones discurría.

ESPOSA-. ¡He de decir, oficial,
que es la vuestra empresa mala,
porque, faltando a la gala,
dais las órdenes muy mal!
OFICIAL 1-. ¡Este momento fatal
requiere de gran cuidado,
y a tal estoy obligado,
que lo quiere la nación!
OFICIAL 2-. ¡Cumple con su obligación,
que es lo que tiene mandado!

ESPOSA-. ¡Enfrentarse es peligroso
a gente tan alevosa!
¡Si queréis morir es cosa
que no me resta reposo.
Mas, en México, mi esposo,
esperando mi llegada,
no quiere que asesinada
caiga muerta su mujer!
OFICIAL 2-. ¡No lo queréis comprender,
que es situación apurada!

ESPOSA-. ¡Os digo, y es de razón,
que nos demos a la fuga,
que es cosa que se conjuga
con la mejor intención.
El orgullo y la nación
esperarán su momento:
bajo el ancho firmamento,
nos daremos, enseguida,
al escape, y, en la huída,
será nuestro amigo el viento!

NARRADOR-. Oyendo lo que decía
aquella dama enojada,
preparó la retirada,
al nacer el alba fría,
el oficial que quería
enfrentarse en la batalla
para obtener la medalla
que se concede al valor,
cuando oyeron, con pavor,
que gritaba la canalla.

TIMONEL-. ¡Se nos van los muy cobardes,
que modifican el rumbo,
y, ante tal cosa sucumbo,
después de tales alardes!
VIGÍA-. ¡Será mejor que te guardes
de admirarte, cosas raras
suelen las gentes avaras
por no soltar sus dineros!
CORSARIO-. ¡Temen a los bucaneros
en estas mañanas claras!

Mas no es esto muy sensato
entre gentes marineras!
GRUMETE-. ¡Quieren fugarse de veras,
dejados a su arrebato,
mas no tendrán mejor trato
por tamaña cobardía!
PIRATA-. ¡Morirán, por vida mía,
sufriendo el mayor dolor,
que no es mostrar gran honor
escapar con osadía!

CAPITÁN-. ¡Han de morir a mis manos,
tras acción tan enojosa,
que es la ocasión bochornosa
en los mares soberanos!
BORRACHO-. ¡Alcanzaremos, ufanos
A esa gentuza endiablada
que se escapa, acobardada,
huyendo nuestra dureza!
COCINERO-. ¡La luz del alba bosteza!
¡No verán otra alborada!
¡Hemos pues de castigarlos
con la muerte más terrible!

NARRADOR-. Y, viendo que era posible
escaparse y evitarlos,
procuraron esquivarlos
y buscar otros lugares.
MARINERO 1-. ¡Buscaremos otros mares
y estaremos al abrigo,
puesto que yo soy testigo
de tan raros avatares!

MARINERO 2-. ¡Hemos de salir airosos
de la ocasión complicada,
pues no nos pasará nada
si somos los más juiciosos!
COMODORO-. ¡Son cobardes temerosos
estos rudos marineros
que temen a bucaneros
que apenas saben luchar!
OFICIAL 1-. ¡Tiene su peligro el mar
en estos reinos costeros.

Son los mares del virrey,
de canallas infestados!
OFICIAL 2-. ¡Son los mares apartados
donde no rige la ley,
pues, sin gobierno ni rey,
zona es de libertinaje!
ESPOSA-. Gracias dad a mi coraje,
que podremos escapar,
ya que tan ancho es el mar
como extenso su paisaje.

NARRADOR-. Los piratas, enojados,
gente ruda y con maldad,
mostraban gran ansiedad,
juraban malhumorados.
Eran nombres poco honrados
que, buscaban, con despecho,
darle rienda al duro pecho
y mostrar su negra entraña,
pues, teniendo buena maña,
reclamaban su derecho.

CAPITÁN-. ¡Preparad esos cañones,
que los vamos a abordar!
COCINERO-. ¡No dejéis de navegar,
mis bandidos y bribones!
GRUMETE-. ¡Que soplen los aquilones,
que esta empresa bien promete!
BORRACHO-. ¡No te pares tú, grumete,
y trae ron de la sentina!
PIRATA-. ¡Esto me da mala espina!
¡Si ya estás borracho, vete!

BORRACHO-. ¡No hay buena vida sin ron
ni placer sin la bebida!
VIGÍA (brioso)-. ¡Los cañones, en seguida!
GRUMETE-. ¡Vamos, que tiene razón!
CORSARIO-. ¡Lista ya la munición,
disparad el cañonazo,
que en los mares del Sargazo
no existe un bajel mejor!
VIGÍA-. ¡Esa pólvora!
BORRACHO-. ¡Licor!
CAPITÁN-. ¡Borradlos ya de un plumazo!

NARRADOR-. Y en el bajel español
se asustaban las doncellas,
que, con lánguidas querellas,
miran al cielo y al sol.
Bebe su ración de alcohol
un marino carcamal,
y es que el primer oficial
se muestra atemorizado,
y, viéndolo en este estado,
todo parece estar mal.

OFICIAL 1-. Si se levanta la bruma
nos daremos por salvados.
OFICIAL 2-. Hemos de estar preparados
entre estos mares de espuma.
MARINERO 1-. Es ocasión que me abruma
este estado peligroso.
MARINERO 2-. Mas tenemos cielo hermoso
y las nieblas no vendrán.
COMODORO-. Ese viejo capitán
es un pirata famoso.

DAMA 1-. ¿Pero qué ocurre, señores,
que tenemos este ruido?
DAMA 2-. ¿Tanto grito estremecido,
cuando llegan los albores?
MARINERO 2-. ¡Son esos merodeadores,
gente cruel, hija del mal!
DAMA 2-. ¿Ese pirata fatal,
siempre cruel, es quien nos sigue?
COMODORO-. ¡A su gusto nos persigue,
pero le saldrá muy mal!

MARINERO 1-. ¡Malditos filibusteros
Nacidos de mala madre!
MARINERO 2-. ¡ No conocen ni a su padre
los terribles bucaneros!
DAMA 1-. Con sus ligeros veleros,
siempre en esta inmensidad,
con su gran ferocidad,
atacan a los navíos,
sin importarles los fríos,
el viento y la tempestad…

ESPOSA-. Esos odiosos bandidos,
sin piedad, atemorizan
esos mares que se rizan
con sus golpes y bramidos.
DAMA 2-. ¡Son perversos resentidos
y malvados criminales!
DAMA 1-. Mas los códigos legales
de nuestro buen soberano
los condenan, que, no en vano,
pagarán daños y males.

DAMA 1-. ¡Si volase la neblina
y cerrase, afortunada,
su cortina enmarañada,
como noche blanquecina…!
DAMA 2-. ¡Es una ocasión mezquina
que me rompe el corazón!
COMODORO-. ¡Preparemos el cañón
contra la piratería!
MARINERO 1-. ¡Cielos, no, por vida mía,
que se acerca ese galeón!

OFICIAL 1-. ¡Entraremos en combate
con esa gente endiablada!
OFICIAL 2-. ¡Mala ocasión la alborada
nos regala de remate!
DAMA 1-. Ya mi pecho se debate
entre la furia y el llanto.
MARINERO 2-. ¡Son los piratas!¡Qué espanto,
pues me infunden gran dolor!
PRIMER OFICIAL-. ¡Esta batalla será
como aquella de Lepanto…!

NARRADOR-. Mas no lejos de la playa
donde la luz de aquel día
halló cómo se encendía
cada gente en la batalla,
centinela en la atalaya,
pudo ver, desde el baluarte,
cómo el odioso estandarte
de los piratas malvados
levantaban, agitados
los vientos de parte a parte.

Y, alarmado, oyó sonidos
de cañonazos potentes,
que, gallardos y valientes,
no se dieron por vencidos,
y, como siempre aguerridos,
combatieron, orgullosos,
los españoles briosos
con tanto filibustero
como llena el mar entero
en los mares calurosos.

CENTINELA-. ¿Pero qué ocurre, Dios santo,
que hay ese ruido en el mar?
TENIENTE-. ¡Me acabo de despertar
escuchando tal espanto!
SOLDADO 1-. ¡Menudo escándalo!
GUARDIA-. ¡Tanto!
¡Me ha cogido en un bostezo!
SOLDADO 2-. ¡A pensar que es grave empiezo,
que no ha de ser buena cosa!
GUARDIA-. ¡Es la andanada ruidosa
que señala un mal tropiezo!

CENTINELA-. ¡Pues quedo yo sorprendido
por semejante alboroto!
SOLDADO 1-. ¡Yo, que estoy de sueño roto,
con gran prisa me he venido!
SOLDADO 2-. ¡Digo yo que ese sonido
es, sin duda, algún disparo!
TENIENTE-. ¡Aquí me parece raro
que haya cosa semejante!
GUARDIA-. ¡Otra vez! ¡Es delirante!
¡Miraremos sin reparo!

CENTINELA-. ¡Es un sonido violento
que suena en aquella parte!
SOLDADO 1-. ¡No atacarán un baluarte
tan altivo, en un intento!
SOLDADO 2-. ¡Es esa nave que el viento
Empuja con gran violencia!
GUARDIA-. ¡Es allí! ¡Vaya pendencia
de piratas atrevidos!
TENIENTE-. ¡Sus disparos repetidos
los disparan sin conciencia!

CENTINELA-. ¡Allí están, los puedo ver!
¡Y no es lejos la batalla!
SOLDADO 2-. ¡Subamos a la atalaya
para poderlo saber!
SOLDADO 1-. ¡Acaba de amanecer
en mares adormecidos!
GUARDIA-. ¡Los disparos advertidos
se dirigen a esa nave…!
CENTINELA-. ¡Qué ocurrirá!
TENIENTE-. ¡Quién lo sabe!
¡Si es que estábamos dormidos!

CENTINELA-. ¡Hay que alarmar a la gente
y que toda tropa acuda!
TENIENTE-. ¡Será precisa esa ayuda
y que asista el más valiente!
GUARDIA-. ¡No es un ataque corriente,
pues cerca queda la orilla!
SOLDADO 1-. ¿No es cosa que maravilla
el que sean tan osados?
SOLDADO 2-. ¡Son piratas arrojados
por su nación con mancilla!

CENTINELA-. ¿Una nave de Inglaterra
puede ser su galeón?
SOLDADO 2-. ¡Son de la pérfida Albión!
¡Siempre están buscando guerra!
SOLDADO 1-. ¡Mi compañero no yerra,
a razón de lo que veo!
GUARDIA-. ¡Ingleses, por lo que creo,
han venido aquí a robar!
TENIENTE-. ¡Los habrá que ajusticiar,
que ese es mi mayor deseo!

CENTINELA-. ¿La goleta del virrey
no es la que están atacando?
SOLDADO 1-. No lo sé, yo estoy dudando.
SOLDADO 2-. Poco respetan la ley.
GUARDIA-. Gente son de baja grey
esos piratas mezquinos.
TENIENTE-. ¡Recorred pues los caminos
y avisad a todo el mundo!
SOLDADO 1-. ¡Será cosa de un segundo!
SOLDADO 2-. ¡Vendrán todos los vecinos!

TENIENTE-. ¡En esa goleta viaja
del buen virrey la sobrina!
SOLDADO 2-. ¡Bella mujer!
GUARDIA-. ¡Es divina!
¡Pero nunca se rebaja!
SOLDADO 1-. ¡Poca cosa me relaja
esa gentuza plebeya!
GUARDIA-. ¡Por esa muchacha bella
pedirán alto rescate!
CENTINELA-. ¡No ha de quedar en empate
la batalla, si es que es ella!

2012 © José Ramón Muñiz Álvarez
 “Los piratas del Caribe” o “el bajel amenazado”.

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