jueves, 28 de noviembre de 2013

Dijo el rey que vencería

José Ramón Muñiz Álvarez
“DIJO EL REY QUE VENCERÍA”
(Romance)



Dijo el rey que vencería,
y, lleno el pecho de rabia,
gritó a las tropas valiente,
desenvainando la espada:
–No dejaré que nos gane
quien asolar quiere España,
que la sangre dejaremos
y la vida en la batalla.
Llegó en esto don Fernando,
que, escuchando sus palabras,
sintió en el pecho los bríos
y volvió a tomar la lanza:
–Decís bien, el soberano,
porque se llena de saña
el orgullo del guerrero
que se lanza en la campaña.
El rey, que oyó lo que dijo,
después de escuchar su voz,
el nombre del mozo bravo
a los suyos preguntó:
–Don Fernando lo llamaron
desde el día que nació,
y ha sabido en la batalla
derramar sangre por vos.
–Pues que a mi tienda lo lleven
donde hablaremos los dos
del peligro en el combate
y la maldad de Almanzor.
Con recado del monarca
a don Fernando llamó
el paje del rey, cumpliendo
lo que era su obligación.
–Pasad–, le dijo el monarca–,
pasad, mi buen don Fernando,
que vuestras hazañas saben
quienes con vos han luchado.
Que no son pocos favores
los que os debo, y es honrado,
porque lucháis con el brío,
ofreceros mayor pago.
–El pago, señor, si es cierto
que gustáis en entregarlo,
la libertad os suplico
para mi padre don Carlos.
Y sabed que en una torre
vive por vuestro mandato,
apartado de las gentes
y de placeres privado.
–De la justicia que dicta
el soberano en su reino
no ha de burlarse siquiera
el que fuera caballero.
Que a ese traidor de don Carlos
yo mismo mandé prenderlo,
que cortejó a una doncella
hija de uno de mi séquito.
–Sabed que por vos la sangre
derramó, que el buen guerrero
riega el campo de batalla,
por la defensa del reino.
Sufrió por vos mil heridas,
disparos de mil arqueros,
lanzadas de moros viles,
puñales de vivo acero.
–Ha de quedar prisionero,
como lo estaba en la torre
hasta que revise el caso
con ayuda de los condes.
–Si acaso de los soldados,
pero no habléis a los nobles,
pues que son sus enemigos
y el odio en su pecho esconden.
–No solo tiene enemigos
entre los grandes barones,
sino amigos de valía
que por él la mano ponen.
Con ellos habré de hablarlo,
y, si ellos dicen que nones,
no importará lo que digan
si es mi voto el que se impone.



2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

"Poemas para Mael y Jimena"

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