José
Ramón Muñiz Álvarez
“NADIE
SABE LAS RAZONES”
(Romance)
No
muy lejos de la fuente
dijeron
de una serrana
que
llorar sabe sus penas
con
la primera del alba.
Temprano
acude a la fuente,
porque
fresca quiere el agua,
que,
por tener agua fresca,
será
menester buscarla.
–¿Dónde
vas, mozuela dulce,
que
llegada la mañana,
se
te ve dónde la fuente
de
la que brotan las aguas?
–Voy
buscando el agua fresca,
para
llevarla a mi casa,
porque
sabe su frescura
como
el mayor bien del alma.
Y
el agua recoge y llora,
y,
porque quedan las lágrimas,
lleva
en el cántaro firme
de
la fuente el agua clara.
Nadie
sabe las razones
que
su pecho desamparan,
porque
tal desasosiego
no
es normal en la zagala.
–¿Dónde
vas, mozuela dulce,
que
llegada la mañana,
se
te ve por estos bosques,
entre
densas hojarascas?
–Voy
buscando el agua fresca,
para
llevarla a mi casa,
porque
sabe el agua pura
como
el amor que me abrasa.
Mas
los ruiseñores saben,
con
curiosidad probada,
extender
raros rumores
con
las coplillas que cantan.
Que
la hacen de un caballero
triste
víctima engañada,
porque
tomó su cariño
para
luego abandonarla.
–¿Dónde
vas, mozuela dulce,
que
llegada la mañana,
si
parece que no llega
el
amor con la esperanza?
–Voy
buscando el agua fresca,
porque
mi pecho descansa,
cuando
bebe el agua fresca
de
la mañana temprana.
Y
dicen que allí lo espera,
y
que, yendo por el agua,
sueña
que lo verá un día
cuando
vuelva por su dama.
Que
ha de llevarla a la corte,
que
habrá allí de desposarla
cuando
de la guerra vuelva,
si
es que gana la batalla.
–¿Dónde
vas, linda mozuela,
que
en el robledo te lanzas
por
un amor que no encuentras,
al
romper otra alborada?
–Voy
buscando el agua fresca,
para
dar reposo al alma,
que
la fuente es bello signo
del
amor y su llamada.
Y,
aunque duda si se ha muerto,
no
le falta la esperanza,
si
bien dice todo el mundo
que
su inocencia la engaña.
Y
nadie quiso decirle,
por
no desesperanzarla,
que
todo es puro delirio
y
en el delirio se apaga.
–¿Dónde
vas, mozuela dulce,
que
llegada la mañana,
a
lo lejos ves los brillos
de
la mañana callada?
–Voy
buscando el agua pura,
porque
sale pura el agua,
de
la fuente en que la bebo,
pues
es la fuente más clara.
Y
el tiempo corrió sin prisa,
y
llegó cada mañana
detrás
de una nueva noche,
sin
que la moza faltara.
Y
alguien dijo que era injusto,
pues
el joven no llegaba,
que,
con engaños, la pobre
fuese
siempre por el agua.
–¿Dónde
vas, mozuela dulce,
pues
todos dicen, zagala,
que
por amores se pierde
esa
mirada tan clara?
–Voy
buscando el agua fresca,
que
es preciso refrescarla,
cuando
ya la brisa fresca
la
roza con mano helada.
Y,
con hablar, vio a lo lejos
a
un joven en su alazana,
que,
vistiendo su armadura,
desnuda
mostró la espada.
2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
"Poemas para Mael y Jimena"
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