lunes, 13 de mayo de 2013

Erich Schagerl


Soneto para Erich Schagerl

           El brillo de la luz de la alborada
hallaron, silenciosos, con el día,
los ecos de una fina melodía
al aire por violines regalada.
           La música era bella, si callada,
la oyó volar al fin la brisa fría,
herida por la luz que repetía
un eco de torrente alborotada.
           El aire hizo volar el instrumento
capaz de despertar, a la mañana,
el brillo del jazmín y del rocío.
           Y, rápido, llevado por el viento,
ardió, bostezo raudo con desgana,
herido en el espacio helado y frío.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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