viernes, 17 de mayo de 2013

No dicen las estrellas

Für Erich Schagerl, mit ganzen Herzen 

           No dicen las estrellas
secretos susurrados en silencio
al aire que las mira, dejando que el destino
desnude las verdades que se esconden,
pues nadie ha de saber lo que deparan
la suerte y los caminos
que corren, al azar, en la vorágine.
           Parece que no quieren
mostrar lo que nos tiene tan inquietos,
pues todos quieren algo que venga a sugerirles
aquello que vendrá cuando el futuro
se torne en el presente que vivimos,
acaso resignados
en la celeridad vertiginosa.
           El mundo es una rueda
que gira como un vuelo inexplicable
que infunde miedo a veces, que invita a la aventura,
que corre, que se apura, que acelera,
y no podrá llegar a detenerse,
no siendo que la muerte
imponga el fin con aire pendenciero.
           Pero hay quien ha podido,
y sale vencedor de tantas lides,
sabiéndose seguro, señor en ese suelo
de barros engañosos y de lodos
que pueden desplomarse hacia la nada,
que pueden embaucarnos,
pues son, acaso, arenas movedizas.
           Y hoy vemos cómo Schagerl
se muestra vencedor de la batalla,
igual que quien doblega las fieras que se lanzan,
mordiendo y arañando al caminante
que vaga por las sendas más oscuras,
pues nadie ha de quitarle sus tesoros.
           La música esacaso
el sueño en el que vive el violinista
que el aire llena siempre de notas coloridas,
pues sabe que su música es hermosa,
y corre como un halo de poesía,
buscando los nadires
y alzándose a ese cénit ambicioso.

2013 © José Ramón Muñiz Álvarez

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