El ser es la conciencia
que tienen de la
muerte
los mismos que
caminan a la muerte
y viven
angustiándose
con esas
frustraciones
que tiene andar
la suerte de la nada.
La muerte es esa nada que quiere, con ser muerte,
llevarnos a los
reinos de la muerte,
por esas
angosturas que parten de la vida
para llegar del
ser hacia la nada.
La nada es la inconsciencia que entraña toda muerte,
llegados al
imperio de la muerte,
lugar donde no
importan las raras sensaciones
que caen en el
olvido
y en la nada.
y en la nada.
La nada es el olvido
que lleva hasta
la muerte,
que llega a los
jardines de la muerte,
y juega con el
llanto
que encienden las
quimeras
que alumbran las
antorchas de la nada.
Hablad de muerte y nada, si nada con la muerte
un hálito que
arranca, con la muerte,
el beso de la
vida que añora unos afectos
que flotan en los
mares de la nada.
Y no digáis acaso que el sueño es pura muerte,
pues no es
posible el sueño con la muerte
que el sueño
desconoce, pues no soñó su sueño
en los profundos
charcos
de la nada.
de la nada.
2013 © José Ramón
Muñiz Álvarez
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