viernes, 19 de febrero de 2016

Yo digo la vereda (para Alejandro García González)


“Yo sigo la vereda”

Yo sigo la vereda
de viejas humedades que los bosques
albergan al momento del ocaso.
Me pierdo en los caminos
y quiero imaginar que estoy gozando
del mundo, de la vista, del entorno.
También sienten fatiga
las piernas que sostienen al viajero
que quiso explorar llanos y montañas.
Comprendo que el aliento
se torna en desaliento si el camino
se vuelve interminable con la noche.
A veces me imagino
perdido en unos valles alejados,
hermosos como densos son sus bosques.
Allí las sensaciones
se vuelven algo extraño para todos
aquellos que recorren sus paisajes.
Hay grandes desazones
en ese lugar mágico que llora
como hace el caminante en sus caminos.
Es un rincón que habita
quizás en el espacio incomprendido
que no fue nunca espacio, que fue tiempo.
A cada paso siento
que hay alguien tras de mí, que me vigila,
que no es parte de mí y está conmigo.
Y pienso que pudiera
tratarse de un curioso personaje
que gusta de burlarse a cada rato.
Quién sabe si es Silvano,
si acaso es el Busgosu, que, en Asturias,
arranca a las mujeres del camino.
Me dice la prudencia
que tal vez mi locura me acompaña
por estos valles verdes pero tristes.
Yo sé que es la tristeza
que juega a perseguirme nuevamente,
pues sé que este camino ya se agota.
No ignoro que estoy solo,
que debo ser yo mismo el compañero
que viene tras de mí como inquietándome.
O son, probablemente,
tensiones que uno tiene en la aventura
de ser en esta senda un peregrino.
Y entiendo que mis miedos
disfrutan, sin dejar de acompañarme,
de todas las penurias que soporto.
Quizás es un demiurgo
que juega, caprichoso, con nosotros,
negándonos verdades merecidas.
Acaso es solamente
la llama de un temor de aquellos tiempos
dejados en la infancia más remota.
Posiblemente es algo
que no pueden nombrar los que conocen
su vuelo, verso tierno y melancólico.
Tal vez es un misterio
que no ha de conocer el que lo sufre,
como la piedra herida por el musgo.

2015 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Sonetos y otras trovas de los siglos”

Segunda parte: “Otras trovas”

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