martes, 11 de diciembre de 2012

Los requiebros amorosos




LOS REQUIEBROS AMOROSOS
Los requiebros amorosos
bien haría en olvidar,
puesto que causan pesar
los pensamientos fogosos.
Tras momentos tan hermosos
se enciende la sinrazón,
y es mengua del corazón
que se siente acorralado.
¿Pues estar enamorado
no es dejarse a la traición?

Bien me dice el corazón
que no es fuente de placer.
Tal materia conocer
es de gente de razón.
Mas debe haber opinión
que contradiga el sentido.
Me parece divertido
que haya gente para todo,
y he de decir, de este modo,
que es el caso un sinsentido.

Por amores consumido
aquí estoy, que de amor muero,
y esta pasión la prefiero
pese a todo lo sufrido.
Y me digo arrepentido
como un loco delirante
que, mudando en un instante,
quiero servir al amor.
Si no me hace gran favor,
que es maldición del amante.

Pero lo más inquietante
es que el amor es vicioso.
Pues si turba mi reposo,
me hace ser más inconstante.
Mas me quiero verme errante
que en la red del niño alado.
Es Cupido niño airado
que la fortuna desecha,
si lanzándome su flecha,
otra vez me ha capturado.

2012 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Canciones de un trovador”
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

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