viernes, 7 de diciembre de 2012

Quiso la altura del cielo



QUISO, EN LA ALTURA DEL CIELO

Quiso, en la altura del cielo,
ver su brillo la alborada,
encendiendo, con su beso,
el espejo de la escarcha,
cuando, no con poco apuro,
por aquellas sierras altas,
cabalgaba el caballero,
montado en su yegua blanca.

Y la luz resplandeciente
supo ver libres las alas
descubriendo verdes valles
entre las cumbres calladas,
cuando, no con poco apuro,
miró el joven las montañas,
que, justo en el horizonte,
fue encendiendo la mañana.

Y es que el sol supo, al alzarse,
pintar su luz en las aguas
del manso arroyo que corre
buscando la vega llana,
cuando, no con poco apuro,
el caballero cruzaba
con inquietud el hayedo,
desnudo de su hojarasca.

Pero el brillo más temprano
se alzó con las brisas claras,
encendiendo el oro bello
en rápidas pinceladas,
cuando no con poco apuro,
vio la brisa fatigada
que llegaba aquel jinete
al castillo de su dama.

–La noche entera he pasado
montado en mi yegua blanca,
pensando en ver vuestro rostro
con el despuntar del alba,
cuando, no con poco apuro,
la sorprendí reflejada,
en las más altas estrellas
que preludian la mañana.

La luz nació de la aurora,
y, al encenderse sus llamas,
las nieves se deshicieron
y se deshizo la escarcha,
cuando, no con poco apuro,
pude ver, entre montañas,
la claridad de tus manos
y la luz de tu mirada.

Los montes crucé y las sierras,
y el hayedo que alumbraban
los colores de un sol claro
con sus caricias heladas,
cuando, no con poco apuro,
vuestra boca halló hechizada
el capricho de mis ojos
en el placer de mirarla.

Y quise hallar vuestros labios
encendidos como el alba
del arroyo en la corriente,
de la corriente en el agua,
cuando, no con poco apuro,
supe lo cerca que estaba
de la llama que acaricia
las hermosuras del alma.

Así le habló el caballero,
ante el balcón, a la infanta,
bella como lo es el día,
dulce como la mañana,
cuando, no con poco apuro,
en pago a tantas palabras,
un rizo de sus cabellos
le lanzó por la ventana.

2012 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Canciones de un trovador”
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

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