SABE
EL AMOR, SI ES DAÑINO
Sabe
el amor, si es dañino,
pues
es mala enfermedad,
atacar
con la maldad
digna
de un niño divino.
Y,
pues, dulce como el vino,
a
su mesa nos convida,
malo es probar la bebida,
malo es probar su licor,
que las penas del amor
un jaque son a la vida.
De
modo que quien refiere
sus
vicios y sus locuras
cuenta
raras aventuras
y
cómo su flecha hiere.
Y,
si aquello que prefiere
deja
el alma confundida,
malo es probar la bebida,
malo es probar su licor,
que las penas del amor
un jaque son a la vida.
Por
eso es siempre temido,
por
eso las malas lenguas
pregonan
las muchas menguas
en
que se enreda atrevido.
Y,
quien se viese vencido
dirá
que, estando servida,
malo es probar la bebida,
malo es probar su licor,
que las penas del amor
un jaque son a la vida.
Y
hacer caso del prudente
es
renunciar a un placer
que
tal daño puede hacer
que
da luz al inconsciente.
Y
es que, mirando una frente
con
la cuerna bien crecida,
malo es probar la bebida,
malo es probar su licor,
que las penas del amor
un jaque son a la vida.
Y
es religión del tormento
de
quien es hombre valiente
alejarse
de la gente
como
dicta el pensamiento,
que
siempre dirá violento
que,
ciervo en selva florida,
quiere probar la bebida,
quiere probar su licor,
que las penas del amor
un jaque son a la vida.
2012 © José
Ramón Muñiz Álvarez
“Canciones de
un trovador”
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
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