NO
VIERON MEJOR SALIDA
No
vieron mejor salida
los
siervos del amor ciego,
consumidos
por su fuego,
al
entregarle la vida.
Y
esa pasión encendida
dura
fue como el acero,
cuando acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
Que,
si pudo hacer mancilla
de
tan altas dignidades,
blandas
son las majestades
al
amor que los humilla.
Y
es la pócima sencilla
para
el alquimista artero,
porque acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
Por
eso enciende temores
entre
las gentes prudentes,
que
entre las brasas ardientes
arden
ya los servidores.
No
lo curan los doctores
ni
lo calma el curandero,
si es que acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
Y,
porque el amor es cruel,
suele
ser tal su osadía
que
mira la luz del día
su
luz reflejada en él.
Y
es infeliz el doncel
que
lo sirve con esmero,
que es que acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
De
modo que al fin la muerte,
al
pronunciar su sentencia,
viene
en hábito de ausencia,
causando
el dolor más fuerte.
Pues
la vida se pervierte
con
el amor traicionero,
donde acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
Y
es capricho del ocioso
enfermar
del corazón
para
luego, a la sazón,
ser
un pecho receloso,
si
es que el afán codicioso
se
describe lisonjero
cuando acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
Y
hay quien dice que es vicioso
y
que tiene su castigo
hallar
del amor abrigo
para
mostrarse quejoso.
Y
sabréis que es doloroso
decir
que noble es su fuero,
cuando acierta el ballestero
con la flecha equivocada,
cuya punta envenenada
arranca el dolor más fiero.
2012 © José
Ramón Muñiz Álvarez
“Canciones de
un trovador”
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
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