“NO MUY LEJOS DEL ARROYO”
No muy lejos del arroyo
supo
el aire preguntar
al
caballero cansado
que
sobre el caballo va.
El sonido del riachuelo
se
detuvo al escuchar
la
pregunta que le hicieron
por
saber qué le dirá.
Porque el arroyo es curioso
y
el agua que corre es más,
que,
escuchando lo que dicen,
detiene
su curso ya.
Y se oye al aire sereno,
dulcemente,
preguntar:
“Caballero,
caballero,
dime
en busca de qué vas”.
–Busco a una bella doncella,
cuyos
labios de coral,
por
encenderse en el cielo,
encienden
la vanidad.
Busco a una bella doncella,
cuya
boca de cristal,
si
no confunde la vista,
todo
confunde al callar.
Busco a una bella doncella
cuyo
amor ha de entregar,
si
no acaso los desdenes,
para
verme lamentar.
Busco a una bella doncella,
cuya
mirada es capaz,
de
helar el hielo que estaba
helado
en las cumbres ya.
Busco a una bella doncella
cuya
pasión arderá,
como
mi pecho, que quiere
anticipar
su final.
Y, pues el amor se enciende,
digo
que el amor es mal
que
no curan los más sabios,
si
es que lo quieren curar.
2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
"Poemas para Mael y Jimena"
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