“NO PUDO SENTIR CANSANCIO”
No pudo sentir cansancio
al
adentrarse en el reino
de
las densas hojarascas
y
los verdes del helecho,
peregrino como viene,
que,
aunque perdido el aliento,
si
en la avanzada respira,
siente
más peso en el pecho,
que en estas lejanas tierras
no
canta distinto el viento
cuando
las baladas canta
de
tan extraños sucesos;
sucesos que siempre escucha,
porque
tejen cancioneros
que
sabrá cantar en plazas
con
acento pregonero.
Miradlo, cómo se acerca,
y
siendo extraño su aspecto,
de
las gentes es temido,
mas
no le brindan respeto,
que la limosna le arrojan,
dedicándole
el más gesto
que
le paga las canciones
que
canta ante todo el pueblo,
si bien otros lo defienden,
pues
siempre se hace festejo
cuando
con sus cantos viene
trayendo
entretenimiento,
porque, si es dura la vida,
con
sus cantos, siempre nuevos,
alegra
a las mozas bellas
y
da solaz a los viejos.
Y, pues es digna persona,
su
voz canta un romancero
de
amores y nombradías,
de
traiciones de y de celos.
Igual que los trovadores
que
el amor cortés tejieron
en
el lienzo más hermoso
de
los más tupidos versos,
él sabe tejer su canto
y
contar viejos sucesos
de
damas que amores piden
a
valientes caballeros.
Y sabe contar las luchas
que
tuvieron los ancestros
con
sarracenos traidores
y
malvados agarenos;
agarenos que lucharon
por
robarle los terrenos
a
los godos, si los godos
en
el combate perdieron.
Y, pues sabe mil leyendas,
de
su cantar aprendieron
el
valor los corajudos,
la
prudencia los discretos,
la buena fe los que saben
que
hay moraleja en sus cuentos
y
en sus cantos siempre existen
los
placeres y el provecho.
2013 © José Ramón Muñiz Álvarez
"Poemas para Mael y Jimena"
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