José
Ramón Muñiz Álvarez
“POR
LOS VALLES, EN SU YEGUA, CUANDO NACE
LA
ALBORADA”
(Romance
a modo de cosaute donde se habla
de
las penas del caballero
enamorado)
http://jrma1987.blogspot.com
Versión
I
Por
los valles, en su yegua,
cuando
nace la alborada,
en
la amada va pensando
el
caballero del alba.
Por
los caminos dormidos,
pisando
la escarcha fría,
recordando
los amores,
el
caballero camina.
Por
los montes, a caballo,
cuando
llega la mañana,
el
amor de su señora
el
caballero reclama.
Por
las sendas silenciosas,
al
nacer la luz del día,
pensando
en la bella dama,
el
caballero suspira.
Por
los valles y los montes,
al
morir la hora temprana,
pensando
siembre en su dueña,
el
caballero cabalga.
Por
los rincones oscuros,
entre
las sombras vencidas,
pensando
va el caballero
en
el amor que lo guía.
Por
la orilla del riachuelo,
donde
corre el agua clara,
pensativo,
como siempre,
el
caballero se calla.
Por
los hayedos más densos,
en
las veredas más frías,
triste
pasa, por amores,
porque
el amor lo domina.
Y,
pues así los juglares
(que
son ellos quienes cantan),
nos
cuentan esa tristeza,
es
hermoso retratarla.
Y,
porque siempre lo dice
la
más sabia juglaría,
esa
tristeza tremenda
es
menester repetirla.
2014
© José Ramón Muñiz Álvarez
José
Ramón Muñiz Álvarez
“POR
LOS VALLES, EN SU YEGUA, CUANDO NACE
LA
ALBORADA”
(Romance
a modo de cosaute donde se habla
de
las penas del caballero
enamorado)
http://jrma1987.blogspot.com
Versión
II
Por
los valles, en su yegua,
cuando
nace la alborada,
en
la amada va pensando
el
caballero del alba,
porque
el amor es amor.
Por
los caminos dormidos,
pisando
la escarcha fría,
recordando
los amores,
el
caballero camina,
si
es el amor más amor.
Por
los montes, a caballo,
cuando
llega la mañana,
el
amor de su señora
el
caballero reclama,
porque
lo manda el amor.
Por
las sendas silenciosas,
al
nacer la luz del día,
pensando
en su dama bella,
el
caballero suspira,
si
el amor es más amor.
Por
los valles y los montes,
al
morir la hora temprana,
pensando
siembre en su dueña,
el
caballero cabalga,
porque
lo quiere el amor.
Por
los rincones oscuros,
entre
las sombras vencidas,
pensando
va el caballero
en
el amor que lo guía,
cuando
el amor es amor.
Por
la orilla del riachuelo,
donde
corre el agua clara,
pensativo,
como siempre,
el
caballero se calla,
porque
lo dicta el amor.
Por
los hayedos más densos,
en
las veredas más frías,
va
pensando el caballero,
pues
el amor lo domina,
porque
lo sabe el amor.
Y,
pues así los juglares
(que
son ellos quienes cantan),
nos
cuentan esa tristeza,
es
hermoso retratarla,
aunque
el amor es amor.
Y,
porque son los que cantan
la
más noble juglaría,
esa
tristeza tremenda
es
menester repetirla,
siendo
este amor tal amor.
2014
© José Ramón Muñiz Álvarez
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