martes, 6 de mayo de 2014

La sierra cuando llega la invernada

José Ramón Muñiz
LA SIERRA CUANDO LLEGA LA
INVERNADA

http://jrma1987.blogspot.com

Es Gredos, cuando llega la invernada, lugar para lamentos y tristezas que quieren los momentos de la nieve. El viento corre rápido en las cumbres, gimiendo con sus tristes alaridos, fantasma solitario en las alturas. Diciembre ve morir el bosque bello que queda al pie del monte y, moribundo, regala al lugareño cada fruto. Después, enero llega con tristezas, con nieves, con heladas y amarguras que encienden la hermosura del invierno.
Es Gredos una zona de labriegos, de gente dedicada al pastoreo, de sendas para cabras en los montes. La lluvia da la vida a aquellos pastos, que dan a los ganados el forraje que debe ofrecer siempre la majada. Las cuevas de la sierra y sus leyendas llenaban los momentos más ociosos de quienes descansaban del trabajo. Y el premio a sus esfuerzos no era grande si el lobo, en las durezas del invierno, llegaba del cordal, con sus aullidos.
El Tiétar se alimenta de los ríos que saltan con apuro y se remansan, buscando nuevos cauces y caminos. Son bellas sus orillas, siempre verdes, si no es en el verano caluroso, que niega el verde a todos los paisajes. Los árboles acaso son hermosos, si acaso en el otoño, cuando toman colores tan variados como vivos: hermosos son los ocres, los rojizos, el pardo amarillento que se enseña, callado en la hojarasca de la zona.
Arenas de San Pedro mira el monte, las cumbres orgullosas y violentas que se alzan contra el cielo azul y claro. Arenas de San Pedro ve el relieve que lucha por alzarse con bravura que calla ante las nieves perezosas. Y es bello el Arenal, bella la espuma que sabe que el cachuelo temeroso se esconde de las garzas peligrosas. No falta, pues, la vida, porque es vida, tal vez, ese misterio que se esconde donde sus aguas se hacen más profundas.
La vida en la comarca es más difícil, y nunca el campesino halla descanso, luchando con tesón por la comida. No es fácil, en las zonas alejadas, hallar ese sustento necesario que da la vida al pobre que se esmera. ¡Son tantos los trabajos para el hombre que sufre cuando llegan la pobreza, el mal, el desaliento, las penurias…! Mas hay amor, y el vínculo a la tierra brindó su fortaleza a los valientes, que premio han de tener tantos azares.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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