Los ángeles de piedra contemplaron
la lluvia en que, contenta, te mojabas,
cuando, sin saludarlos, caminabas,
las sendas, los espacios que habitaron.
Palacios solitarios custodiaron
sus mármoles, la alcoba que habitabas,
los parques, los jardines que pisabas
de niña, cuando allí los colocaron.
La lluvia los llenaba de tristezaq,
cayendo suavemente, como un beso,
un lento despertar a la pereza.
Detrás, aquel castillo, que, al regreso,
alzaba, majestuoso, la grandeza,
los siglos derrotando con su peso.
2005 © José
Ramón Muñiz Álvarez
José Ramón Muñiz Álvarez nació en la villa de Gijón y sigue residiendo en Candás (concejo de Carreño). Su infancia transcurre de manera idílica en dicho puerto, donde pasa su juventud hasta el término de sus estudios. Licenciado en Filología Hispánica y especialista en asturiano, vive a caballo entre Asturias y Castilla León, comunidad en la que es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Su afán por las letras y las artes lo ha llevado al cultivo de la poesía.
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