domingo, 24 de agosto de 2014

Los parques




          Los parques, al crepúsculo, dormían,
cubiertos por los velos apagados
de fuegos misteriosos y dorados,
de llamas silenciosas que morían.
          En ellas, a la noche, respondían
las aguas de la fuente en que, callados,
dormían los tritones fatigados,
si, acaso, no jugaban y dormían.
          Los parques solitarios se apagaban,
dejándose morir con el ocaso,
momento de emociones y tristezas.
          en ellos, lentamente, murmuraban
las aguas que siguieron, paso a paso,
su curso entre las rosas y malezas.

2005 © José Ramón Muñiz Álvarez

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