sábado, 16 de agosto de 2014

Para José Blanco Portillo



“LAS CRINES DEL CORCEL
DEL NUEVO DÍA” O
“EL SOL DUERME EN
LOS VIEJOS
HORIZONTES”
Escrito para un excelente
amigo, José Blanco Portillo,
gran
aficionado a la
astrofísica.

Las crines del corcel del nuevo día que busca, raudo, el cielo y las alturas, enciende el horizonte y la alborada que rompe el frontispicio de la noche. Y ve que en los caminos el granizo que vino con las horas de tormenta refleja los colores de esa aurora que llena de dorados el paisaje.
Las horas de silencio se deshacen, se dejan ir y mueren en la nada, para volver después, con un crepúsculo que quiere ser sinónimo de muerte. Y es bello caminar, con la mañana, bajo ese cielo azul, bajo ese cielo que mezcla sus colores en las olas que lloran al llegar a las arenas.
La brisa, que saluda siempre fresca, recorre los lugares, se aproxima y escapa, repentina, a otros lugares que besa con el hielo de su boca. Después cantan las aves y la noche deshace el campamento que ocupaba, se fuga a otras regiones donde quieren sumirse en el silencio las estrellas.
Mas no será preciso que la noche regrese con sus tardes enlutadas, llenándonos de sombras y de muerte, si el sol se duerme en viejos horizontes. Sin sombras, sin estrellas y sin luna, tú sabes, cuando quieres, explicarnos la lógica que vive en la mecánica que pone en marcha todo el Universo.
Y sabes lo que son los agujeros por donde, con apuro, los fotones, se pierden en la gruta de la nada, llenando un bulto denso pero mínimo. Yo quiero que me digas los secretos que sueles comentar a los que saben, y sepas descubrir esa belleza que esconden los misterios de este mundo.

2014 © José Ramón Muñiz Álvarez

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