“PAISAJES DEL ALBA QUE DESPIERTA”
O “LAS HORAS DE SILENCIO”
Retrato de un paisaje en
breves párrafos.
Palabras que dibujan la belleza
que sigue hablando
al alma
del romántico.
por José Ramón Muñiz
Álvarez
La densa oscuridad reina en la noche. Y brillan las estrellas, a lo
lejos, mostrando sus colores temblorosos, su luz que, temerosa de las sombras,
sintió el aliento fresco de la helada. Es cierto que la luz de la mañana nos muestra
su alegría en el paisaje, violento, peligroso y desgarrado, como este
acantilado y su pendiente. Las luces de la aurora, ya cercana, tan solo son
sospecha en las alturas, pues es la noche densa todavía, soñando con la brisa y
el silencio.
Las horas de silencio se terminan. El alba resplandece con su
brillo, buscando las alturas de los cielos y el aire siente al tiempo el beso
tierno que trae la brisa fresca de mañana. Los viejos estorninos han partido y
en los sabores tristes del otoño se nota la nostalgia del aliento que dejan las
neblinas en el aire. La luz que se refleja en los arbustos produce, con los
mínimos destellos, la llama del lucero que el rocío respira en cada brizna,
donde hay hierba.
Y llaman al silencio las malezas. Parece que los viejos avellanos
admiran los colores que transitan detrás de las siluetas de los montes, oscuros
en la noche silenciosa. No lejos, los hayedos, donde vive la voz de los
espíritus callados que temen los pastores cuando cuentan relatos de los duendes
a sus hijos. Y los aromas dulces y el salitre que avisan de los mares que están
cerca, rumor de espumas, verso repetido por olas que caminan a las playas.
La aurora nos enseña su belleza. Podéis hallar el oro de sus trajes
en el color que toma el horizonte que veis en lo lejano, donde nace cuajada de
colores encendidos. Su manto es elegante y con su beso nos llena de optimismo,
aunque el ocaso no tardará en llegar con hielos crueles que saben derrotar
nuestra esperanza. La noche rasgará, con negras sombras el muro del palacio más
hermoso que ofrece, con el alba, el firmamento que nace con su dicha ante
vosotros.
2014 © José
Ramón Muñiz Álvarez
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