"Miré la altura y todos los caminos"
(soneto)
El sol se hizo de hielo y esperanza
pensando en el amor, daga escondida,
noche sin luz, crepúsculo, guarida,
del beso, del puñal, de su mudanza.
Cruzó el ocaso el alba con su lanza,
valiente el brazo, rápida, atrevida,
mezclando vida y muerte en su medida,
que no hubo sol ni luna en su balanza.
Después de todo, el aire linsonjero
corrió el camino de un Erebo herido
del sol que se asomaba a su sendero.
Y el sol noche en la sombra halló, rendido,
y halló que era confuso su lucero,
que huyeron, sombra y luz del sinsentido.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
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