lunes, 25 de agosto de 2014

Nacieron con el cielo despejado



           Nacieron con el cielo despejado
las llamas del incendio que, en tu boca,
llenó las esperanzas de una roca,
la roca de un amor despedazado.
          Y ardieron como el sol y, al sol curado,
vertió mi corazón su fuerza loca,
amor que, sobre escarcha, se sofoca,
quemando, entre las nieves, pero helado.
          La nieve era tu risa, siempre extraña,
curiosa a la mirada sin defensa,
lacaya de sus odios sin sentido.
          El fuego, mas que el sol, era la saña
de aquella risa loca, cruel ofensa,
dolor para el cansado y el vencido.


2005 © José Ramón Muñiz Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario