José Ramón
Muñiz Álvarez
“Y
VENDRÁN OTRAS TARDES DE LLUVIA” O “LOS
VERSOS
SIN VIDA NI
ALIENTO”
Es hermoso seguir los senderos
del paisaje vencido de otoño, cuando rompe, callada, la aurora que recorre el
dorado horizonte, porque el alba destella y se apura mientras trepa la escala
azulada que la lleva a lugares más altos, alcanzando las nubes violentas.
Mas las horas tempranas se
arrojan en torrentes violentos que corren ese cielo en corceles heridos por
tormentas y vientos helados, y las lluvias se apuran y vienen los granizos de
blanca pureza, cuyos brillos, de clara blancura, mostrarán en las cumbres su
magia.
Y vendrán otras tardes de
lluvia que traerán los otoños cansados, y, mirando el paisaje dormido que se
enseña, tras esos cristales, hallaremos que llega la muerte, con su rostro sin
vida ni aliento, con el hambre que llena sus ansias, arrojando a la nada la
vida.
Y veremos que, mustias, las
hojas se desprenden en esa arboleda, la arboleda que duerme callada los
momentos de raro silencio, la vereda que ofrece esa brisa donde muere su beso en el barro, porque,
muerto su beso en el barro, ya no queda esperanza posible.
Y, al hallar que las hojas
cayeron, al saber que la muerte se acerca, pensaréis que hay tragedia en la
herida que os hará, pronunciando el vacío, pronunciando la gran puñalada que os
arrastra, que os lleva y enseña los lugares callados y lúgubres donde tiene sus
altos palacios.
Y esos altos palacios son
suyos, siempre bellos, manchados de escarcha, malheridos de nieve, si cabe,
pues el hielo es hermoso y da lustre, cuando llena los raros tejados y da forma
a carámbanos tristes, a las torres que sirven de cárcel a la voz de los sueños
que cesan.
201o © José Ramón Muñiz Álvarez
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