Para María Dolores Menéndez López
La yegua soberana
Alzóse irreverente
La yegua soberana
Que corre los espacios encendidos,
Lanzándose, arrojándose a su antojo,
Y, abriendo paso franco
A la mañana nueva,
No halló tus ojos bellos ni tu risa.
Alzóse irreverente
La yegua soberana
Que corre los espacios encendidos,
Dejándose llevar, hija del viento,
Y, abriendo paso franco
Al alba dulce y cálida,
No halló tus ojos bellos ni tu risa.
Alzóse irreverente
La yegua soberana
Que corre los espacios encendidos,
Besando los palacios de la noche
Y, abriendo paso franco
Al sol del horizonte,
No halló tus ojos bellos ni tu risa.
“Los arqueros del alba”
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